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El Juego Con títeres Un Taller Laboratorio


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2011  •  6.257 Palabras (26 Páginas)  •  1.043 Visitas

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¿Por qué los títeres?

Los chicos naturalmente, dan vida a todo lo que tocan. Se relacionan igual con los seres del mundo animal, vegetal, mineral o material. Animan objetos y se comunican con la naturaleza. Hablan con los árboles, con las piedras, cucharas y sillas, con su gato, o con un mono salvaje creando en su imaginación conversan con el viento y con las nubes. Son naturalmente animistas….

Sus pensamientos son transformaciones, tanto de sí mismos como del universo que los rodea.

Exactamente de eso se tratan los títeres, transformación de lo social y transformación de las leyes del universo material.

“Las imágenes internas que los niños poseen se expresan a través del juego con títeres; esas imágenes internas, al ser meditadas por el títere se tornan tridimensionales y móviles; en consecuencia, la fuerza que cobran puede ser mayor que la fuerza de la realidad.

EI teatro de títeres, entonces, tiene una relación directa con el pensamiento animista tiene todas las condiciones para satisfacer las ansias de transformación que los niños tienen de tornar reales sus sueños de poder. Tornar fantástico el mundo real.”

El títere resulta ser un elemento altamente valioso como media¬dor entre el mundo interno infantil y la realidad. Y debido a esa estrecha relación que los chicos tienen con el mundo (animado de acuerdo con sus deseos), es que resulta mucho más sencillo de lo que a ve¬ces creemos lograr que las pro¬puestas de juego con títeres sean bien recibidas por ellos.

Inventar y reciclar

Durante mi infancia, tuve el privile¬gio y la desdicha de conocer, cuan¬do no eran demasiado populares, las muñecas “Barbies” de manos de una amiga que las tenía todas, con sus vestidos, sus muebles, sus zapatos... Una vez por semana, me estimulaba jugar con las maravillo¬sas divas, quedando luego sumida en una sana envidia constructiva, que me obligaba a inventar para satisfacer la carencia de las rubie¬citas el resto de los días. Así creció mi mundo interno más y más.

Entonces, los sifones vacíos acu¬mulados en un rincón del patio se transformaban en doncellas. Cómo lograba yo creer que esos cuerpos pesados y torpes podían reempla¬zar a las perfectas modelos de plástico, no lo sé; sí sé que rápida¬mente olvidaba el prototipo de be¬lleza impuesto y me creaba un mundo rico en fantasía.

Hoy, hay montones de juguetes que funcionan con pilas, con baterías, articulados y convertibles, de to¬dos los tipos, por lo que es raro ver a los niños jugar espontáneamente con objetos no estructurados o re-inventando formas. Aunque cuando lo hacen experimentan un gran pla¬cer, como los chicos de nuestra in¬fancia.

Rescatando los viejos tiempos, los trastos, los muñecos rotos teléfonos, calcu¬ladoras, radios, relojes, zapatillas viejas, utensilios de cocina rotos, en fin, todo lo que “no sirve~~, po¬dremos dar a los chicos la posibi¬lidad de que tengan contacto, que desarmen esos objetos y re-inventen y construyan otros, pa-sando de lo viejo a lo inaudito.

No olvidemos qué al “tirar” los ob¬jetos que “no sirven” afianzamos la idea del consumo.

Reciclar, en cambio, es promover el reingreso de un objeto en un nuevo ciclo de vida, diferente, recreado.

Es con esta concepción que se de¬sarrolla el planteo de este taller-la¬boratorio, ya que armar títeres puede ser una de las tantas formas de dotar de nueva vida a elementos archivados o en desuso.

Una lectura de la realidad

Generalmente, los chicos que deci¬den espontáneamente tomar un tí¬tere para jugar, de la caja que pue¬da tener el jardín, se encuentran con un personaje que impone una personalidad. Puede ser un león, una flor, una vaca, casi siempre de paño y confeccionado para el tama¬ño de la mano de los adultos, con lo cual la posibilidad de investigar los movimientos se ve frustrada. Los juegos suelen comenzar dulcemente con un títere que se presenta diciendo hola, y que termina pegándole a quien se ponga en su camino, sea persona un objeto, al mejor estilo de los tradicionales títeres de cachipo-rra. La actividad, en muchas ocasio¬nes, no logra un desarrollo del juego de títeres y acaba con la paciencia de la docente mucho antes de ha¬berse producido un encuentro crea¬tivo con el “ser” del títere.

Cuando el juego con títeres logra un desarrollo, a veces guiado por la do¬cente, suele ser una actividad pla¬centera. Lamentablemente, en gene¬ral, este juego se caracteriza por sostenerse mientras es dirigido y culmina con la presentación de los personajes (dedos pintados, sacos de papel madera, o títeres construi¬dos en alguna técnica, guante, o tí¬teres planos), que los chicos suelen llevar a casa. La actividad, entonces, no se integra dentro de un núcleo mayor y muere en la confección del títere, descartable y efímero, que sólo será conservado por algunos ni¬ños, aquéllos que pudieron lograr una comunicación con el alma, con el ser del títere, en ese breve tiempo que duró la actividad.

Esos niños seguramente continua¬rán relacionándose con este visible amigo invisible. Para el resto, el juego no habrá trascendido el en¬cuentro plástico.

Muchas veces se utiliza el títere como un recurso que conduce a una finalidad que nada tiene que ver con la expresión dramática: para presen¬tar una técnica plástica nueva; para realizar un desplazamiento ordena¬do; para acompañar la vida cotidia¬na a lo largo del año; en ocasiones cobrando vida como un amigo más de la sala, como si estuviera vivo o bien con la fun¬ción de “juez” de las actitu¬des de alguno; como un pro¬ducto al que se llega al finali¬zar una activi¬dad plástica; o como elemento “salvador” de alguna fiesta escolar... Pocas son las veces en las que se explotan sus posibilidades como un medio de expresión, un medio que requiere ser explorado, reconoci¬do, gozado por los chicos, del mismo modo que otras áreas artísticas.

Considerando esto, sería convenien¬te que se le diera una importancia similar a la que se le da al juego dramático, la música o la expresión plástica y se trabajara una secuencia de actividades a través de las cuales se fuera profundizando y enrique¬ciendo la investigación.

Para ello será necesario proponer actividades. A lo largo de este texto serán sugeridas algunas como para abrir la llama de la curiosidad. Será preciso que

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