El Nuevo Docente
rouse.trani29 de Octubre de 2012
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INTRODUCCIÓN
Es prioritario que todos los profesores conozcamos a profundidad las distintas competencias docentes que se requieren con base en la RIEB, pues ellas expresan con claridad el perfil deseable que deben poseer todos los docentes en las sociedades del conocimiento. En el marco de la RIEB, y en lo particular en la Reforma Curricular de Educación Primaria (2009), la planeación didáctica guarda un espacio articulador, pues es la que permitirá que los alumnos logren tener los aprendizajes esperados, los cuales se traducirán a priori en la movilización de saberes. La planeación didáctica implica una serie de consideraciones que deben ser tomadas en cuenta, pues ya no es vista como un elemento administrativo, sino como un elemento operativo esencial en el hecho educativo .El uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en el aula permitirán generar ambientes de aprendizaje que coadyuven a la movilización de saberes. En este sentido, los maestros tenemos la obligación de manejar esta tecnología para incorporarla en nuestra planeación e impacte positivamente en los procesos formativos del alumno. La creación de objetos, los cuales se consideran como la colección de documentos con características específicas digitales, son un recurso innovador que permitirá crear ambientes de aprendizaje en donde los alumnos podrán acercarse al logro de la movilización.
Los constantes y marcados cambios en el mundo contemporáneo hacen que los profesores deban desarrollar nuevas competencias y habilidades a modo de dar una adecuada respuesta a las recientes demandas que la sociedad hace a la educación. El presente trabajo busca introducir el tema en cuestión recopilando algunas aportaciones de diversos autores acerca de la formación del profesorado y de las nuevas competencias que los docentes requieren para el Siglo XXI.
De una u otra forma, las competencias que deben lograr los profesores se van a relacionar con las tareas que deben realizar, lo que hace necesario conocerlas. Imbernón (1998) las agrupa en tres grandes categorías, las cuales, advierte el autor, se encuentran en relación de interdependencia: el profesor en relación con la comunidad, el profesor en relación con la escuela como institución y el profesor en relación con el alumno y el grupo clase. La primera clasificación, exige al profesor el conocimiento profundo de la comunidad donde se desempeña de modo que pueda incorporar a su gestión los valores cultura y tradiciones que son propios de esa comunidad. Agrega Imbernón: "Este conocimiento del medio enlaza directamente con la toma de decisiones para diseñar proyectos curriculares, ya que todos estos elementos del medio deberán estar presentes en la curricula prescindiendo de manuales únicos que dicen el qué enseñar en cualquier circunstancia." (Imbernón, 1998:30) Vemos como el autor rompe con los esquemas rígidos que buscan uniformidad y toma una opción por incorporar las variables contextuales locales en la planeación y gestión del proceso enseñanza aprendizaje.
La segunda categoría apunta al conocimiento que debe tener el profesor del sistema educativo para que pueda integrarse y adaptarse a él y desarrollarse plenamente. Se pueden extraer una serie de características o competencias posibles de inferir de lo que Imbernón señala en este punto. Paso a listarlas a continuación:
-Preparación cultural
•análisis crítico
•capacidad reflexiva
•conocimiento técnico
•capacidad de adaptación
•capacidad de trabajo en equipo o cooperativo
•capacidad organizativa
•competencia en áreas de gestión administrativa
Estas características, por cierto todas muy deseables en un profesor, nos entregan las primeras luces en el tema de las nuevas competencias en los docentes.
El tercer ámbito, relación profesor-alumno y grupo clase, es, a juicio de Imbernón, el más importante, ya que en él suceden la mayoría de las actividades que buscan maximizar la relación enseñanza-aprendizaje. Entre mejor conozca el docente a sus alumnos mejor podrá adaptar sus intervenciones pedagógicas al grado de madurez, necesidades e intereses de sus alumnos. Imbernón finaliza esta sección de su libro, sugiriendo que el profesor deberá tender a buscar la mejor forma de evaluar el proceso de aprendizaje de sus alumnos y también de evaluarse a sí mismo.
Prosiguiendo con las nuevas demandas y lo que se le pide al profesor hoy en día, la OECD junto con la UNESCO (2001) señalan que las expectativas son cada día más altas. A juicio de estas instituciones, existe una creciente exigencia por calificaciones académicas más altas y hacen ver la necesidad de una actualización continúa, tanto de la pericia didáctica como del conocimiento de los profesores. Para la OECD y la UNESCO, esto es esencial "ya que para brindar al mundo de mañana el conocimiento y las competencias de las que dependen tan críticamente el progreso económico y social, las instituciones de educación y los docentes necesitan responder desarrollando e impartiendo el contenido educacional adecuado. Agregan que es necesario complementar el manejo de los profesores de su disciplina con la competencia pedagógica para facilitar el desarrollo de competencias de alto nivel en sus alumnos. Dentro de estas competencias se mencionan la motivación para aprender, la creatividad y la cooperación. Al respecto me gustaría indicar que nadie puede transmitir lo que no tiene por lo que estas competencias deberían, en primer término, ser logradas por los propios docentes.
Para la OECD y la UNESCO, la tecnología aplicada a la Educación se ha convertido en una nueva característica de la enseñanza profesional. Esto obliga al profesor a comprender el potencial pedagógico de esta herramienta y a ser capaz de integrarla eficientemente al proceso de enseñanza aprendizaje. Además, estos organismos internacionales, dan por superada la enseñanza como una competencia individual para convertirla en un proceso grupal o cooperativo dentro del ámbito de las escuelas como organizaciones que aprenden. Bajo esta concepción, los profesores deberán enriquecer sus conocimientos y gestión pedagógica con las experiencias de otros, basar sus decisiones en las características del entorno donde se desempeñan y tomar un rol más protagónico en la gestión del sistema escuela.
Otro interesante aporte al tema de las competencias para la sociedad del conocimiento lo realiza Rychen (2002). Si bien se refiere a las competencias que los ciudadanos pertenecientes a los países de la OECD debieran desarrollar y no directamente a las competencias que los docentes debieran lograr para enfrentar los nuevos desafíos, he decidido incluir sus ideas debido a que son, en buena parte, los profesores quienes tendrán la misión de desarrollar estas competencias en sus alumnos y, como se ha señalado con anterioridad, es muy difícil que un docente pueda lograr en sus educandos algo que él no haya conseguido primero. En consecuencia, considero que estas competencias, pensadas originalmente para los individuos miembros de la OECD y a partir de ellas para el resto del mundo, también son aplicables y deseables en los profesores del nuevo milenio.
En el marco de la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB), se han diseñado una serie de orientaciones normativas que dictan las pautas de desempeño y actuación para definir los perfiles de desempeño de competencias docentes, las cuales son básicas para trabajar el currículo a implementarse en 2009.
La Secretaria de Educación Pública, a través de la Dirección General de Formación Continua para Maestros en Servicio (2000) establece las competencias que el docente requiere para un adecuado perfil de desempeño:- Es necesario que el profesorado tenga un amplio dominio de los contenidos de enseñanza del currículo, así como de los elementos para el desarrollo de habilidades intelectuales y el pensamiento complejo en el alumnado.- Conocer ampliamente los enfoques y fundamentos disciplinares de cada una de las asignaturas.- Identifica los distintos factores necesarios para que el alumnado logre construir sus aprendizajes.- Favorece y promueve el uso e innovación de los recursos didácticos en el aula, que estimulen la creación de un ambiente de aprendizaje favorable.- Genera en el aula un ambiente interactivo que propicie la convivencia, la democracia y espacios para la reflexión.- Atiende de manera efectiva y eficaz la diversidad en el aula en sus aspectos lingüísticos y culturales; estilos de aprendizaje y particularidades del alumnado que incidan en los aprendizajes.
Favorece el trabajo colaborativo y genera un quehacer colectivo con los docentes de la misma escuela y de otras comunidades educativas, que propicien la innovación e investigación educativa.- Da seguimiento a su propia práctica a través de la investigación acción, lo que lo lleva a reflexionar y reconstruir en forma permanente su propia práctica educativa, con miras a la mejora.- Incorpora de manera didáctica y pedagógica las tecnologías de la información y comunicación en los procesos formativos del alumnado.- Se mantiene en constante actualización y capacitación en torno a su práctica educativa y de las nuevas tendencias en educación, ya sea de manera autónoma como colaborativa.
Las anteriores competencias docentes son las que exige y requieren las sociedades del conocimiento, en la cual nuestra sociedad mexicana está inmersa. Es necesario, generar las condiciones curriculares, pedagógicas, tecnológicas, de formación y actualización que promuevan en todo el profesorado una dinámica
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