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El Oficio de ser Docente


Enviado por   •  10 de Febrero de 2017  •  Tareas  •  2.438 Palabras (10 Páginas)  •  241 Visitas

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El Oficio de ser Docente

“La educación constituye una variable clave en la consolidación de la identidad nacional, en la formación de una ciudadanía democrática y en el desarrollo de la competitividad sustentable de nuestro país. Estas dimensiones sólo pueden realizarse plenamente en el contexto de una sociedad donde la justicia social sea el principal objetivo. Si desde el gobierno se toman medidas acertadas, es muy probable que se logren resultados parciales importantes. Pero si se cometen equivocaciones frente a los docentes, sería imposible transformar lo que sucede en las aulas. La única posibilidad de llegar a las aulas es con el trabajo cotidiano de los docentes.

(…) Desde los estudios presentados en dicho ámbito de reflexión, los trabajos presentados coincidieron en la profunda dificultad que encierra el resolver, el cambio en la composición social de los docentes y el hecho de que los mismos provienen de un circuito educativo deteriorado.

La mayor parte de quienes eligen la docencia provienen de sectores socioeconómicos que no accedieron al nivel superior, a diferencia de lo que ocurría en la mitad del siglo XX, cuando la mayoría de los docentes eran mujeres de clase media destacadas en sus estudios, formadas con un importante capital cultural; ahora el sistema educativo no les esta brindando una sólida formación general y tampoco una educación de calidad a los sectores mas bajos de la población. La capacitación, la formación y la selección de los docentes, resulta fundamental para la fortaleza del sistema educativo, científico y tecnológico de cualquier país. Es válido preguntarnos entonces cómo recuperamos el prestigio de la carrera docente, como garantizamos que la elección de la carrera sea por vocación, no por descarte.

Los distintos estudios realizados en nuestro país plantean que los docentes determinan como prioritario el tema salarial pero al mismo nivel que el prestigio profesional. Implícita a estas dos dimensiones se halla la cuestión de la culpabilidad que la sociedad ha atribuido a los docentes en relación a muchos males sociales, de los cuales la escuela no esta exenta pero en ningún caso es responsable.

(…) El problema de la pobreza genera una realidad muy dura para trabajar en las escuelas. Ello involucra dos aspectos que tienen que ver con las condiciones de educabilidad; por un lado, no desconocemos que muchas veces trabajamos con niños que lo único que comen en el día es el alimento que se les ofrece en la escuela. La contracara de esta realidad es la pérdida de confianza del docente respecto de la capacidad de aprendizaje de los alumnos, y éste es otro debate. Es imprescindible confiar en que los alumnos pueden aprender para vencer la desconfianza de los docentes respecto de su propia capacidad de enseñar. La influencia que el trabajo del maestro puede tener en los alumnos, la relación cotidiana y permanente entre docentes y alumnos, es una relación que encierra una profunda discusión ideológica, que se vincula a la capacidad de transformación y la influencia que los docentes ejercen frente a los alumnos, aun en condiciones muy difíciles.

Asimismo, es fundamental abordar el tema de los resortes, los mecanismos que nos permitan trabajar para recuperar la formidable capacidad de transformación que poseen los docentes, a través de la implementación de políticas que los representen. Si se logra una mejora genuina de las condiciones de trabajo y logramos debatir lo sustantivo de la carrera docente, habremos llegado a una situación privilegiada. No sabemos que pasaría si Argentina no creciera, pero si sabemos que si no se invierte mucho más en educación el país no crecerá, la alternativa de transformación social posee estrecha vinculación con una distribución más democrática del conocimiento.

Amerita un debate profundo, desprovisto de prejuicios, sin considerar cual es nuestra posición frente al gobierno de turno sino frente a las ideas que nos permitan transformar la realidad. La inversión en educación es estratégica.”

        Daniel Filmus  

Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la República Argentina.

Seminario Internacional sobre “Gobernabilidad de los Sistemas Educativos en América Latina”.

24/11/2003.

La educación es la condición de posibilidad de todos los valores humanos. En ella está en juego el destino del hombre y de todos los hombres. Y en nuestro presente, cuando se habla de los docentes, de nuestros maestros, caemos en el debate instalado sobre la tarea y el rol de aquéllos, relacionado directamente con el lugar destacado e importante ocupado antes en la sociedad y los cambios que se han producido en el mundo que  han llevado a que  la escuela no sea lo que era hace cincuenta años.

La profunda aceleración del cambio social modifica vertiginosamente nuestras formas de vida, introduciendo nuevas concepciones económicas, nuevos desarrollos científicos y tecnológicos y nuevos valores sociales, imposibilitando una tregua en las demandas de cambio de la sociedad sobre los sistemas educativos. El sentimiento de “desborde” afecta la moral de los cuerpos de profesores, quienes se convierten en críticos de sus propios sistemas educativos, en tanto que desde un punto de vista social no se concede importancia a los éxitos, interpretados como consecuencias naturales del desarrollo y del progreso, y se magnifican las deficiencias como un desastre colectivo cuando en realidad, las mismas responden a reformas mal diseñadas por la falta de una visión de conjunto y de previsiones mínimas sobre los nuevos problemas emergentes.

Las medidas tendientes a reafirmar la identidad profesional de los docentes pasa necesariamente por una reforma en profundidad de los enfoques de la formación inicial y continua de nuestros docentes, abandonando el intento de formarlos para un sistema educativo que ya no existe e intentando formarlos para las nuevas exigencias de la sociedad del conocimiento, considerando el concepto de cambio social como elemento central para entender los problemas de identidad que afectan a los docentes y los nuevos desafíos que éstos deben enfrentar en el ejercicio de su trabajo profesional.

Los docentes hemos de advertir la permanente necesidad de mirar a nuestra espalda para responder a los cambios actuales, a la auténtica revolución educativa que se produce desde los últimos treinta años, atento a la profundidad de los cambios acontecidos y que continúan adueñándose de la realidad educativa en cada escuela, en cada aula. Hemos de profesionalizar el análisis del cambio social y educativo como la primera tarea para así desempeñar un trabajo educativo de calidad.

El cambio educativo, señala Cuban (1992), se produce siempre en la línea de las revoluciones silenciosas, ya que todas las transformaciones implican una reconstrucción dialéctica de lo existente. Así, suelen ser resistidos los intentos de reformas que no tienen en cuenta la cultura profesional, las opiniones y las condiciones de trabajo de los docentes, ya que ellos y las instituciones escolares tienen sus propias tradiciones y estructuras de trabajo.

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