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El Orden Interno, El Orden público Y La Seguridad Ciudadana

JUALMAN31 de Mayo de 2013

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EL ORDEN INTERNO, EL ORDEN PÚBLICO Y LA SEGURIDAD CIUDADANA

Caminando juntos hacia una visión de futuro del Orden y la Seguridad

“…Un país es también empresa, proyecto de vida en común, instrumento de trabajo en función del porvenir”.

“más que amor al pasado urge el amor al porvenir, no porvenir utópico e idílico”

“… el Perú evidencia su actitud…...para convertirse por fin en una morada mejor para nuestros hijos”.

Jorge Basadre

Jorge Basadre Grohmann, consagrado maestro y educador de varias generaciones de jóvenes peruanos, trasmitió una visión optimista sobre el futuro promisorio del Perú, por ello las frases mencionadas al comienzo son muy pertinentes para abordar el tema de de la inseguridad interna que actualmente es causa de desasosiego en muchos sectores y personas, por las manifestaciones objetivas y subjetivas de la criminalidad que se han dado en los últimos años en el país que si bien es cierto constituyen un problema complejo por resolver tienen definitivamente una solución posible.

La Inseguridad Ciudadana que acontece en nuestro país y en muchas naciones del mundo, no se supera con buenas intenciones o soluciones coyunturales. Debe resolverse a partir de una concepción filosófica, teórica y doctrinaria que permita el estudio múltidisciplinario de la pluralidad causal del delito orientado a encontrar resultados sostenibles mediante el diseño y aplicación profesional y técnica de los objetivos, políticas y estrategias de Estado y de gobierno, para transformarse en la aspirada Seguridad Ciudadana.

Necesidad de generar una visión compartida para el Orden y la Seguridad

Todos los estudiosos del Orden y la Seguridad coinciden en la necesidad de generar una visión compartida de los conceptos teóricos y prácticos en dicho campo basados en la realidad del país. Teoría y praxis en armonización, pues la teoría sola es ilusión y a la vez, praxis sin teoría es improvisación. La concurrencia de ambas es razonabilidad y sabiduría que llevará a dotar a nuestra patria de una situación de estabilidad de los poderes, equilibrio social y convivencia pacífica. Es decir la de un futuro promisor.

En la actualidad no existe una visión compartida del Orden y la Seguridad en el Perú, para entenderlo basta recordar las disimiles opiniones que expertos y no expertos emiten a través de diversas publicaciones. Así, por ejemplo, unos opinan por la inmediata implantación de respectivos regímenes de emergencia en los territorios amenazados por la delincuencia mientras que otros se oponen tajantemente a dicho status. Unos reclaman sanciones penales drásticas y hasta pena de muerte, mientras otros defienden a rajatabla los procedimientos estrictamente preventivos sin considerar sanción alguna.

Peter Senge, dice que cuando la gente comparte una visión está conectada por un interés común generando una fuerza impresionante de poder. La visión compartida es el primer paso para comenzar a trabajar en conjunto. Es establecer a futuro lo que se pretende alcanzar en el desarrollo de una organización. Es una fuerza en el corazón de las personas (1).

¿Cómo generar la visión compartida de futuro para la Seguridad Interna?

Se recomiendan muchas formas de generar una visión compartida. Estas formas se constituyen en complejas si se trata de un país tan diverso como el Perú y más aun si se trata de un ámbito como el del Orden y la Seguridad. No basta diseñar una visión; cada persona debe asumirla por convicción, comprometerse en su logro y acatarla auténticamente.

La importancia de generar una visión compartida en Seguridad Ciudadana lleva a reflexionar sobre la determinación de los pasos que debemos dar para lograrla, aunque pareciera una labor dificultosa está no lo será si los peruanos nos proponemos decididamente a hacerlo por el bien de la actual y futuras generaciones.

Una visión compartida de futuro no debe imponerse, se debe comenzar preparando las mentes para eliminar las resistencias y prejuicios para avanzar hacia un futuro deseado por todos.

Debemos respondernos a preguntas como ¿Cuál es la situación actual del Orden y Seguridad? ¿Cuáles son los antecedentes? ¿Cómo es nuestro ambiente interno y externo? ¿Cómo será en el futuro? ¿Qué acciones debemos tomar para lograr la visión?¿Qué obstáculos existen?

Es decir, es un proceso de retroalimentación permanente que requiere dedicación, entusiasmo y mucho esfuerzo. Hay que estar convencidos y creer en él.

Objetivo del presente artículo

La ausencia de información ágil, integral y sistematizada contribuye a la desorientación. No hay unidad de doctrina y por ende no hay unidad de dirección y por consiguiente la unidad de acción es inexistente. Esta desorientación causa mayor desorden y favorece la delincuencia.

En el presente artículo se busca brindar información que permita aproximarse a conocer parte de las respuestas a algunas de las preguntas planteadas, que por supuesto no será esfuerzo suficiente por la naturaleza del problema pero si se constituirá en una pequeña contribución para generar una visión compartida, que permita la creación de un modelo peruano de Orden y Seguridad basado en la realidad de los diversos campos de la actividad de nuestro país (económico, jurídico, político, policial, militar, etc.).

Se tendrán presentes fundamentos doctrinarios, históricos, filosóficas y otras concepciones teórico- practicas que profesional y técnicamente deben aplicarse, recordando permanentemente que del concepto que se tenga del Orden y la Seguridad dependerá que medios se utilizarán y que responsabilidades corresponderán.

El modelo económico, por ejemplo, ha conseguido ciertas mejoras que propiciaron el alto crecimiento económico del país, aunque no todos estén de acuerdo porque se ha suscitado mucha discusión en relación a la desigualdad en la distribución de los réditos.

Sin embargo, algo se ha avanzado respecto a la generación de consenso en relación al modelo económico faltando por supuesto mucho camino por recorrer y se logrará cuando todos nos encaminemos a incluir a todos los sectores en sus beneficios, en especial a los más desplazados.

Pero ese consenso económico se basa en estudios técnicos y profesionales de la realidad y los errores cometidos se corrigen también con análisis técnicos. Así también, el camino para lograr el consenso del modelo peruano de Orden y Seguridad debe partir de fundamentos técnicos y doctrinarios - no de improvisaciones- que deberán ser trasmitidas a la comunidad en lenguaje sencillo pero convincente para generar visión compartida.

La tarea del presente artículo es ofrecer conocimientos doctrinarios básicos con la expectativa que su difusión contribuya a la generación de una visión compartida para lograr un modelo de seguridad ciudadana en el Perú.

Antecedentes del concepto de orden y seguridad.

El concepto de orden público aparece por vez primera en la Declaración de los Derechos del hombre y del Ciudadano de1789, que en su artículo 9, dice:

“Nadie puede ser inquietado por sus opiniones, incluso las religiosas, siempre y cuando su manifestación no altere el orden público establecido por la ley”.

Asimismo, el artículo 4 de la misma declaración dice:

“La libertad consiste en poder hacer todo lo que no sea perjudicial al otro. Así, el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tienen otro límite que aquellos que aseguren a los otros miembros de la sociedad el disfrute de estos mismos derechos; estos límites sólo pueden estar determinados por la ley”.

Ricard Brotat, en interpretación sistemática al respecto, dice: “Si mudamos el concepto de orden público del ámbito estricto de la libertad ideológica del artículo noveno a uno más genérico del artículo cuarto, formularemos la siguiente definición de orden público:

El orden público se establece como garantía y límite de la libertad y, como ésta, consiste en que nadie puede hacer nada que sea perjudicial a los demás.

Desde esta perspectiva, que no hemos de perder nunca de vista, libertad y seguridad son dos caras de la misma moneda: Sin seguridad no hay libertad ya que la falta de ésta, inquieta el libre ejercicio de los derechos y libertades” (2).

Orden Público, en la concepción liberal, significaba mantener la autoridad, forzar la obediencia de los ciudadanos a la norma; hoy en día se han agregado otros contenidos como el de garantizar la calidad de vida de los ciudadanos y protegerlo no solamente de la inseguridad real sino también de la subjetiva.

Algunos países, al final del siglo pasado, optaron por utilizar el término de “Seguridad Ciudadana” por razones de carácter ideológico. España lo hizo al término de la dictadura de Franco que había implantado el Tribunal de Orden Público de índole eminentemente represiva que desnaturalizo la autentica concepción doctrinaria del Orden. Otros países, en especial en Latinoamérica, incorporaron a su legislación el término “Seguridad Ciudadana” con características propias de acuerdo a su realidad, pero el resto de Europa continental, hasta la actualidad emplea el término “Orden Público” con su nuevo contenido democrático

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