El Tabaco
Norlymar1212 de Julio de 2013
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Tabaco, es originario de América, su nombre científico es Nicotiana tabacum. Familia: solanaceas
El género Nicotiana abarca más de 50 especies clasificadas en cuatro grupos principales: N. tabacum, N. petunoides, N. rustica yN. polidiclia. La especie N. tabacum, se puede clasificar en cuatro variedades:havanesis, brasilensis, virgínica y purpúrea, que son el origen de las distintas variedades usadas en la comercialización.
Plagas que afectan el tabaco
Los áfidos (pulgones o piojillos)
En particular el Myzus nicotianae y el Myzus persicae, afectan al tabaco directamente, ya que favorecen el desarrollo de la fumagina, e invalidan la hoja para uso comercial. Sin embargo, su efecto más negativo es como vector de virus, los cuales sí pueden provocar pérdidas económicamente importantes en el tabaco. Para evitar la propagación de este insecto, se debe fumigar con el insecticida adecuado inmediatamente después de su aparición
Cogollero del tabaco
Plantas de tabaco afectado por el cogollero del tabaco.
El Heliothis virescens Fabricio, o cogollero del tabaco, es un Lepidóptero que puede provocar cuantiosos daños en el tabaco, si no se controla de forma adecuada. Desafortunadamente no se cuenta con variedades resistentes y su control se tiene que hacer con medios químicos y biológicos, tal como lo orienta la dirección nacional de sanidad vegetal. Por tanto, se tiene que ser exigente en extremo en el cumplimiento del programa fitosanitario, debe atenderse al momento, tipo de producto y dosis a aplicar en cada caso, para que no ocurran daños importantes económicamente.
TIERRAS Y CLIMAS
Las mejores tierras para el tabaco,' son las sueltas, areno-arcillosas, con subsuelo permeable, arenosas o areno-arcillosas;siendo las que acabo de mencionar los mejores suelos para la capa. Los terrenos para tripa deberán tener una mayor cantidad de arcilla y una buena proporción de piedras calizas.
Respecto al clima diré, que a pesar de ser el tabaco una planta tropical, ésta gusta más de los lugares frescos. Cuando se emprende el cultivo en lugares muy cálidos, deberán hacerse las siembras en los meses más frescos del año.
ALMACIGOS
En mis recientes jiras por el interior, pude observar el poco cuido que le presta nuestro cosechero, a esta fase tan importante del cultivo del tabaco habiendo encontrado muchos de ellos, que en vísperas de hacer las siembras, con las tierras ya preparadas, se ocupaban de buscar almácigos para comprarlos, habiéndoseles perdido los suyos, más que todo por descuido.
El terreno para almácigos, debe ser nuevo, o en tierra que haya estádo en barbecho por 4 ó 5 años. Este debe escogerse, de calidad areno-arcillosa, nunca deberán hacerse almácigos en terrenos pesados arcillosos, pues éstos tienen el grave defecto de retener mucha humedad, lo que haría perder las plantitas irremediablemente. El terreno deberá estar lo más cerca posible del sitio destinado para la siembra; éste debe tumbarse con anticipación (3 a 4 meses antes de sembrar las semillas), luego ararse y dejarse por algún tiempo. Tres semanas antes de sembrar las semillas se dará un segundo paso de arado seguido de uno de rastra, procediéndose en seguida a hacer los canteros, procurando que las separaciones o desagües queden en tal forma que impidan el estancamiento de agua, y también el deslave excesivo del terreno. El terreno deberá quedar bien desmenuzado y libre de piedras, troncos, etc. Los canteros se harán de 80 centímetros a un metro de ancho y de largo invariable. Preparados los canteros de esta manera, y si el terreno es muy suelto es a veces conveniente cercarlos con planchas de madera, en forma de marcos, que pueden sobresalir hasta 15 centímetros del nivel de la tierra. Estos marcos, impedirán el arrastre de la tierra por las aguas.
Si hubiere necesidad de hacer los semilleros en tierras de labrantío, y especialmente si se ha cultivado en ellas tabaco, habrá necesidad antes de sembrar las semillas de esterilizar los canteros para eliminar hongos, insectos y semillas de plantas adventicias; esto se puede conseguir regando los canteros con una solución de formalina al 2 010de modo que la tierra quede mojada hasta una profundidad de 5 a 6 centímetros cubriéndose con papeles o con sacos durante cuatro días y dejándolos airear luego por cuatro días más. Entonces se le pasará superficialmente un rastrillo y estarán listos para recibir la semilla. También se podrán desinfectar regándolos con Caldo Bordelés (fórmula 1-1-100). Para destruir las semillas de malas yerbas, se podrá poner sobre los canteros una ligera capa de paja menuda que se quemará, mezclando en seguida la ceniza y la tierra en un ligero pase de rastrillo.
Ya preparados los canteros, se procederá a sembrar las semillas. Se tomará un gramo de éstas, con buen porcentaje de Germinación y se mezclará con un cuarto de litro de ceniza vegetal bien fina; se pondrá la mezcla en perolitos cilíndricos que contengan más de un litro, los cuales tendrán en el fondo, agujeritos concéntrico s de 1 mm. Con esta cantidad de semillas, se podrá sembrar un metro cuadrado de cantero. Las semillas una vez esparcidas sobre los canteros, se pisarán levemente con una tabla con el fin de ponerlas bien en contacto con la tierra. En caso de que las plantitas salieren aún muy apiñadas, se eliminarán las que se vean más débiles.
El riego se hará con regadera fina, y teniendo en cuenta el estado de humedad de la tierra, pues el exceso de ésta acarrearía grandes perjuicios. Cuando las matitas tengan de 10 a 15 cms. ya estarán listas para el trasplante. Antes de arrancarlas se humedecerá el terreno para que las raicillas no sufran. El transporte al lugar de la siembra, se hará en canastas o cajones. Háganse tres o cuatro almácigos a intervalos de dos semanas, con el objeto de tener posturas de diversos tamaños para el caso que hayan que hacerse resiembra s, y para alargar la época durante la cual se tienen posturas propias para el trasplante.
PREPARACION DEL TERRENO
La mayoría de nuestros cosecheros de tabaco, tienen por Costumbre, preparar el terreno pocos días antes de empezar la siembra, método éste rutinario y poco lucrativo.
La preparación del terreno debe empezarse con bastante anticipación. Si éste está en barbecho, se tumbará, y si en las malezas no hay arbustos, éstas podrán enterrarse con el primer pase de arado, este trabajo se hará tres o cuatro meses antes de la siembra; dos o tres semanas antes del trasplante, se dará otro pase de arado o cruzado, seguido de un pase de desterronadora o rastra; procediéndose en seguida a hacer los drenajes. Para este trabajo, también podrá usarse el arado, con mucha economía. Se procederá primero a hacer las zanjas madres, alrededor del terreno y luego las que se juzguen necesarias al interior.
Un agricultor consciente, no debe hacer economía en el drenaje si no quiere que su siembra resulte un fracaso. El exceso de humedad en d suelo es el peor enemigo que puede tener el tabaco.
ABONOS
Nuestro cosechero de tabaco confiado en la feracidad de sus tierras no ha pensado todavía en los abonos, no obstante que la mayoría de ellos comprenden que sus tierras se han ido agotando progresivamente. El método generalmente usado cuando esto ocurre, es el cambio de terrenos, hablando en otros términos, emplean una cierta rotación, corrientemente trianual, es decir cultivan tres años seguidos un mismo terreno y luego lo dejan 3 años en barbecho. Cuando se dispone de suficiente tierra este método puede ser una solución, en el caso contrario resulta poco económico. Con el empleo de buenas fórmulas de abonos estos terrenos abandonados por años, pueden convertirse en buenas y lucrativas fuentes de producción, obteniéndose otros frutos como algodón, papas, maíz, etc.
El tabaco como todas las plantas, necesita en la tierra para poder prosperar una buena cantidad de materias nutritivas asimilables. Entre éstas las principales son el nitrógeno el fósforo, la potasa y la cal. El nitrógeno hace crecer la planta, pero no es esta substancia la única. Este abono empleado en mucha cantidad perjudica la calidad aumentando mucho la cantidad de nicotina en la hoja, y empleándolo solo, causaría un crecimiento anómalo, adquiriendo la hoja una textura muy gruesa y un exceso de miel. Parece que el ácido fosfórico, es el que menos necesita la planta, pues en los análisis de la ceniza de la hoja es el que se ha encontrado en menos cantidad; además se ha demostrado que su exceso en la tierra puede dar un producto de mala quema. La substancia que más necesita la planta, es la potasa, esto se demuestra por ser este elemento, el que se encuentra en mayor cantidad en la hoja, y es el que más favorece su buen arder. Debo hacer una advertencia con respecto a esta substancia, esto es, que nunca debe emplearse en forma de cloro, pues el resultado sería contraproducente. El cloro en más de 0,6 por ciento dificulta la combustión. La forma de sulfato de potasa es la que más corrientemente se emplea Digamos en fin, que la cal da fuerza al tabaco, no debiendo faltar ésta, sobre todo en las tierras donde se cultiva tabaco para tripa. No conociendo la composición química de los diversos terrenos, es algo difícil dar una fórmula racional de abono; sin embargo, a título de ensayo podría emplearse la siguiente:
5-6--7, es decir 5 por ciento de nitrógeno, 6 por ciento de ácido fosfórico y 7 por ciento de potasa; usando de 6 a 800 kg por hectárea. Su empleo se hará una semana antes del trasplante, regándolo bien en el surco y teniendo el cuidado de mezclarlo bien con la tierra. La potasa se pondrá
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