El derecho diplomático y algunas de sus actividades son muestra de que una sociedad requiere ciertas normas de conducta y urbanidad, para que el desempeño de las actividades de sus integrantes pueda ser armonioso y sin contratiempos.

Título: Derecho diplomático

Introducción: Por siglos, el protocolo y el ceremonial han sido  y seguirán siendo en el mundo oficial, empresarial y profesional, el mejor medio a través del cual la convivencia humana se haga más agradable, respetuosa. En cuanto al protocolo y el ceremonial, el estudio presenta de manera práctica aquellos aspectos que son propios para que la sociedad y quienes interactúan en los ámbitos público y privado, tengan herramientas para conducirse con propiedad.

Contenido:        Aun cuando las relaciones diplomáticas son necesarias para un acercamiento a todos los niveles, su establecimiento y ejercicio respeta la soberanía  de los Estados.

El derecho diplomático y algunas de sus actividades son muestra de que una sociedad requiere ciertas normas de conducta y urbanidad, para que el desempeño de las actividades de sus integrantes pueda ser armonioso y sin contratiempos.

A partir del siglo XVII, la práctica internacional consagra la costumbre de que los Estados sujetos de derecho internacional se intercambien representantes permanentes. La puesta en práctica del jus legatio (derecho de legación), también conocido con las denominaciones de derecho de misión y de derecho de embajada considerado en su carácter de institución engloba los aspectos de jus activum (derecho de enviar) y de jus passivum (derecho de recibir). Se ha manifestado que dicha práctica es tan antigua como la propia historia.

Tal derecho puede ser utilizado libremente por todos los Estados libremente con personalidad y capacidad jurídica internacional ante otros Estados y ante las organizaciones internacionales.

Se considera al derecho de legación como aquella facultad que tienen los entes de derecho internacional para enviar y recibir enviados oficiales residentes o ad hoc (llámense agentes diplomáticos, agentes especiales, etc.), que lleven la representación de su gobierno.

México sostiene actualmente relaciones diplomáticas con 191 países y mantiene en el extranjero 67 embajadas, 63 consulados y 5 delegaciones permanentes ante las organizaciones internacionales (ONU, OEA, OI, OPA-NAL, UNESCO, UNIÓN EUROPEA); todas las representaciones diplomáticas de México son de primer orden, esto es, a nivel de Embajadas. Hay que señalar, asimismo, que 78 países y 37 organizaciones internacionales extrajeras acreditadas ante el gobierno de la República mantienen embajadas y oficinas con residencia en la capital mexicana y existen 65 representaciones consulares.

Antiguamente, los embajadores cuyo título completo en la actualidad es embajador extraordinario y plenipotenciario y enviados de primera clase, eran los únicos considerados representantes del jefe de Estado y, por

lo mismo, solamente ellos se encontraban en la posibilidad de negociar con el soberano del país donde estén acreditados, y de ser recibidos por éste en cualquier momento. Los ministros plenipotenciarios cuyo nombre completo es enviado extraordinario y ministro plenipotencia constituyen, conjuntamente con Ios internuncios, la segunda categoría de jefes de misión.

Actualmente, además de los Estados y las organizaciones internacionales, otros sujetos de la comunidad internacional gozan del ejercicio del derecho delegación.

Los Estados han sentido la necesidad de organizar un cuerpo de enviados que pueda, de alguna manera, garantizar sus acciones de política exterior en el ámbito internacional.  Un país puede elegir, indudablemente, a quien le parezca mejor para representarlo en el extranjero; pero es indiscutible, así mismo, que las autoridades del gobierno que van a recibirle pueden, en virtud de igual derecho, no aceptarlo en su territorio.

La obtención del beneplácito para el agente diplomático propuesto no obliga al gobierno solicitante a enviar como representante al mismo agente para el cual fue solicitada la anuencia.  El jefe de misión, una vez designado, tiene el compromiso de dirigirse al país de su nueva adscripción a Ia brevedad posible; deberá respetarse el plazo fijado, si existiese alguno en los reglamentos del país de procedencia. Antes de emprender el viaje, es propio del nuevo agente diplomático jefe de misión, proveerse de diversos documentos, como cartas credenciales, plenos poderes --de ser el caso-, pasaporte (salvoconducto o laissez passer; en tiempo de guerra), instrucciones y claves.

La cortesía y Ia costumbre señalan que es pertinente que el jefe de misión, una vez designado, visite al jefe de misión del país en donde desempeñará sus funciones,  con el propósito de intercambiar impresiones que puedan contribuir  a un mayor conocimiento de aquellos asuntos de sumo interés para ambos Estados. Después de haber realizado las visitas correspondientes, el jefe de misión designado procederá a viajar al país de su adscripción.

Los árabes acostumbran que a Ia llegada de un nuevo jefe de misión de esa esfera, acudan a recibirlo junto con el personal de la embajada, como muestra de apoyo y solidaridad. Al llegar aI país donde fue acreditado, el jefe de misión deberá enviar una nota diplomática a la cancillería, comunicando su llegada y solicitando que Ie sean fijados día y hora para la primera audiencia con el ministro de Relaciones Exteriores.  Suele llamarse a esta entrevista visita previa, por ser anterior a la fecha de presentación de los originales de las cartas credenciales al jefe de Estado.

En todos los ceremoniales se hace una diferencia entre la recepción de embajadores y la de ministros plenipotenciarios: se da mayor relevancia a la primera; por otra parte, se establecen reglas más o menos uniformes para aquellas formalidades a que tales actos se encuentran sujetos.

Hoja de aprendizaje:

Es muy importante para la vida pública y también para la vida privada la formalidad y el protocolo, ya que esto facilita cualquier meta que nos fijemos y además crea un entorno adecuado y nos ayuda con la convivencia diaria.

Hoy en día las buenas costumbres son medios de demostración para el derecho y las relaciones internacionales, todo esto es una realidad en el desarrollo de la vida internacional de hoy.

Las Relaciones Internacionales son necesarias para tener una unión y también respetar la libertad de todos los Estados. A la autoridad suprema de cada país tiene la obligación de nombrar a sus agentes diplomáticos.

En la actualidad los Estados tienen la necesidad de relacionarse con los gobiernos de otros países. En las Relaciones Internacionales el Estado cumple una función muy importante, en general, el estado funciona como elemento regulador, dado que establece las normas de ejercicio para los particulares para mantener las relaciones internacionales.

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