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El modelo asociativo como estrategia para el protagonismo de Jóvenes Rurales.

lauracorrientesTesina20 de Julio de 2016

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Indice

Pagina

  1. INTRODUCCION
  2. METODOLOGIA
  1. Modalidad
  2. Justificación
  3. Contexto Teórico
  4. Objetivos
  5. Delimitación del Objeto
  6. Participación en las Experiencias
  7. Registro de las Experiencias
  1. RECUPERACIÓN DEL PROCESO
  1. Reconstrucción de la Experiencia
  2. Análisis crítico del proceso
  1. El Emprendimiento Productivo
  2. La Tierra
  3. El Grupo
  1. SINTESIS Y CONCLUSIONES
  1. Resultados a nivel personal
  2. Resultados a nivel grupal
  3. Capital Social
  4. Capital Simbólico
  5. Capital Económico
  6. Recomendaciones y Aprendizajes
  1. El emprendimiento productivo
  2. La Tierra
  3. El Grupo
  1. Bibliografía

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  1. INTRODUCCION

 

“La juventud en general y la juventud rural en particular es un sector poblacional con inmensas potencialidades. Son sujetos sociales de pleno derecho” Con esta convicción compartida por un grupo de organizaciones e instituciones que trabajan con Jóvenes Rurales del Norte Argentino se inicia un proceso de generación de espacios de encuentro y reflexión para jóvenes rurales y de discusión de estrategias de trabajo sobre juventud rural y promoción de políticas sobre el tema.

En la provincia de Corrientes, desde el año 1993 y a partir de la Investigación sobre jóvenes rurales “¡Aquí están! ¡Estos son!” el Instituto de Cultura Popular desarrolla diversas estrategias para favorecer el protagonismo de la juventud.

En articulación con el Programa Social Agropecuario y la Comisión Departamental de Pequeños Productores de Saladas se inicia un proceso de capacitación, asistencia técnico productiva y socio organizativa al grupo de jóvenes rurales denominado La Nueva Esperanza.

Este trabajo pretende sistematizar la experiencia del grupo juvenil en sus aspectos socio organizativos, el acompañamiento técnico y las articulaciones interinstitucionales. Además, se describen las estrategias productivas, económicas y culturales que se adoptaron durante el proceso.

 

La sistematización se realizó utilizando documentaciones de la intervención; planificaciones, informes de seguimiento, evaluaciones, fotos, videos, grabaciones, publicaciones, etc.

La sistematización permite conocer la experiencia del grupo y adaptarla para ser  replicada en otras comunidades. La intervención buscó favorecer el protagonismo y visibilidad de los jóvenes en sus propias vidas y en las de sus comunidades a través de la participación en procesos de desarrollo rural.


2. METODOLOGIA  

Sobre la Sistematización de Experiencias

 “...el nuevo escenario de este fin de siglo ha puesto en cuestión las prácticas y las concepciones teóricas de los movimientos sociales y las ciencias sociales latinoamericanas. Nos enfrentamos a nuevas preguntas y a desafíos inéditos. Es un momento histórico privilegiado para la creación, pero las respuestas a las nuevas preguntas no van a surgir de ningún otro lugar sino de la propia experiencia histórica acumulada. Lamentablemente no hemos acumulado aún los aprendizajes necesarios contenidos en esas experiencias.

La sistematización, como ejercicio  riguroso de aprendizaje e interpretación crítica de los procesos vividos, sigue siendo una tarea pendiente y hoy –más que nunca- puede contribuir de forma decisiva a recrear las prácticas de los movimientos sociales y a renovar la producción teórica de las ciencias sociales, desde la experiencia cotidiana de los pueblos de América Latina, en particular de aquellas comprometidas con procesos de educación y organización popular...”[1]

Es frecuente encontrar escasa correspondencia entre los aportes teóricos que brindan los espacios académicos y las intervenciones sociales, es por ello que la sistematización de los conocimientos no académicos se tornan especialmente valiosos.

“La metodología de sistematización de la práctica profesional, propone producir avances en el conocimiento de problemáticas sociales, revalorizando aspectos del trabajo institucional;

  • La experiencia que se acumula en el trabajo de campo en torno a los temas  en que se interviene.
  • La proximidad con que se observan los fenómenos en estudio.
  • La información que se documenta durante la intervención.”[2]

Las diferentes definiciones sobre sistematización coinciden en tres elementos fundamentales[3]:

  • Es un proceso de reflexión crítica que tiene el propósito de provocar procesos de aprendizaje.
  • Se orienta a describir y entender lo que sucedió en una experiencia y a explicar por qué se obtuvieron esos resultados con la finalidad de mejorar para el futuro.
  • La reflexión se basa en la idea de ordenar lo disperso o desordenado (prácticas, conocimientos, ideas, datos, percepciones, opiniones, etc.)

Es posible definir a la Sistematización como una metodología de indagación ex post, que toma la práctica social como objeto de problematización y producción de conocimiento para: describir, caracterizar y conceptuar fenómenos asociados a los problemas sociales en su expresión microsocial. (A. Clemente 1995)

Principios de la Sistematización

En lo que respecta a la objetividad por parte del investigador… como premisa de la práctica investigativa tiene vigencia como principio, pero no refiere a una meta de neutralidad, sino a la búsqueda de una objetividad que extreme los esfuerzos del investigador por no forzar la realidad según su voluntad.

En lo que hace a validez, entendida como la pertinencia de lo sindicadores para predicar atributos del objeto de conocimiento. Lo importante es evitar hacer generalizaciones y reforzar el carácter exploratorio de las conceptualizaciones logradas.

En cuanto al principio de confiabilidad, entendida como la posibilidad de que un instrumento arroje los mismos resultados en las mismas circunstancias. Los instrumentos con que se obtiene la información están sesgados por la impronta de la intervención (direccionalidad de las acciones), tanto en sus formas como en su contenido.[4]

El proceso metodológico

Oscar Jara[5] en “Para sistematizar experiencias” nos propone cinco tiempos, que al ponerse en práctica en un sentido dinámico,  pueden ser  cuestionados, modificados, enriquecidos  y adaptados a situaciones particulares.

No existe una respuesta única a esta interrogante, ni una secuencia exacta de pasos a modo de receta. En lo que muchos coinciden  es que se necesita un método, una ruta que nos señale el camino a seguir.

Estos  cinco tiempos consisten en:

PRIMER TIEMPO: EL PUNTO DE PARTIDA

  • Partir de la propia práctica significa que hay que partir de lo que hacemos, sentimos y lo que pensamos. No se puede sistematizar algo no vivido. Puede sistematizar quien ha formado parte de la experiencia. Es decir que para que la sistematización sea real y efectiva debe efectuarse poniendo en movimiento a los propios actores.
  • Toda experiencia que se piense sistematizar es un proceso que ha transcurrido en el tiempo y es preciso tomar en cuenta que en ese trayecto se han realizado muchas y diferentes cosas.

Esto no significa que se debe concluir la experiencia para sistematizarla, porque la sistematización debe hacerse para ir alimentando la práctica.

Un aspecto primordial, a tomar en cuenta es el de contar con registros  de todas las acciones realizadas a lo  largo del proceso.

Los registros no sólo son escritos, que pueden ser muchos y diversos, sino también grabaciones, fotografías, videos, etc. Los registros nos permiten reconstruir los momentos tal como sucedieron.

SEGUNDO TIEMPO: LAS PREGUNTAS INICIALES

En este segundo tiempo se inicia propiamente la sistematización respondiendo a tres interrogantes, que no tienen secuencia, pero que precisan ser respondidas:

  • ¿Para qué queremos sistematizar? - Definir el objetivo

Permite definir de manera clara y concreta el sentido, la utilidad, el producto o el resultado que esperamos obtener de la sistematización. Podemos tomar como referencia tres grandes parámetros:”para comprender y mejorar nuestra propia práctica”, “para extraer sus enseñanzas y compartirlas”, “para que sirva de base a la teorización y generalización”, etc.

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