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El modo de desarrollo informacional y la reestructuración del capitalismo.


Enviado por   •  26 de Enero de 2013  •  Tesis  •  1.868 Palabras (8 Páginas)  •  1.965 Visitas

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Curso: Teoría Sociológica 4

Profesor: Orlando Plaza

Alumno: Ricardo Olivares

Código: 20094418

Fecha: 23/08/2011

CASTELLS, Manuel

1995 La ciudad informacional (Introducción y Capítulo 1: El modo de desarrollo informacional y la reestructuración del capitalismo). Madrid: Alianza Editorial.

1.-Sinopsis comparativa

El objetivo de Castells en este texto, explicitado en la introducción, es reflexionar acerca de la relación existente entre las llamadas nuevas tecnologías de la información y los procesos sociales, tomando en cuenta el contexto (de los 70 en adelante), y la transformación histórica del mismo (tomando como punto de referencia la etapa anterior, aquella que se ubica temporalmente entre los años de post-guerra y los 70), en el que nace y se desarrolla dicha interacción. La hipótesis que plantea el autor señala que tal contexto se caracteriza por la convergencia de dos fenómenos. Se habla, entonces, por un lado, del surgimiento de un nuevo modelo de organización socio-técnica, al que se ha denominado modelo informacional, y, por otro, de la reestructuración del capitalismo como elemento fundamental para la organización social. El análisis se centra en los Estados Unidos. El autor lo cree pertinente por dos motivos: por el hecho de que la sociedad norteamericana es quizás la más avanzada en la producción y puesta en práctica de las nuevas tecnologías de la información y por la intensidad con la que se viene llevando a cabo desde los 80s el proceso de reestructuración capitalista.

La motivación del autor por trabajar este tema tiene que ver con el proceso de cambio estructural que viene experimentando la sociedad occidental desde los años 70s, la cual sería producto del modelo de desarrollo informacional. En contextos de cambio como éste nunca faltan las profecías que, lejos de proponer un análisis serio de los procesos, basado en la observación real de las tendencias sociales, optan por los caminos del optimismo (liberación del individuo) y/o pesimismo (alienación de la vida social) simplistas. Se debe ser muy cauto al momento de referirse a las tendencias sociales, ya que, si bien es cierto, las tecnologías de la información repercuten significativamente en muchas ciudades, los resultados reales y el devenir de los procesos no son iguales, dado que estas nuevas tecnologías entran en contacto con diferentes elementos políticos, sociales y culturales de cada locación. Si volvemos a las últimas líneas del párrafo anterior, todo esto nos lleva a entender que los datos empíricos que resultan de la observación de un contexto específico, en este caso en los EE.UU., no deben pensarse como piezas que encajarán perfectamente en otras realidades. Es necesaria una interpretación y adaptación de las categorías.

Habiendo señalado el objetivo general del texto, pasamos a sintetizar los principales puntos del capítulo 1. Este capítulo pretende a) presentar el marco teórico (es decir, definir “modo de desarrollo informacional” y “reestructuración del capitalismo), b) proponer y desarrollar brevemente los que se consideran los principales alcances de la revolución tecnológica a la que se hace referencia y c) dar cuenta de las relaciones e interacción entre las nociones de capitalismo, informacionalismo y cambio tecnológico.

Castells parte señalando los que para él son los elementos que componen a toda sociedad y sobre los que actúan el “modo de desarrollo informacional” y la “reestructuración del capitalismo”; éstos son la producción (alude a la forma en la que el ser humano actúa sobre la materia, ya sea apropiándose de ella y/o transformándola para sus intereses, en tanto para el consumo inmediato como para acumular el excedente), la experiencia (alude al trabajo humano sobre sí mismo, tanto en el plano biológico como en el cultural, con lo que se busca la satisfacción de las necesidades y/o los deseos) y el poder (entendida básicamente en términos weberianos: la imposición de la voluntad de “x” sobre la de “y”, determinada por la producción y la experiencia, incluso mediante mecanismos violentos).

De ahí en adelante, el proceso de producción se compone por la fuerza de trabajo y las organizaciones de la producción. La(s) fuerza(s) de trabajo (capacidad, fuerzas físicas y espirituales para trabajar) se diferencia interiormente a partir de los roles jerarquizados que cumple cada actor social en el proceso de producción, el cual se define, dependiendo del caso, por la manera en que el hombre se apropia de la materia (que va desde lo producido por el ser humano hasta las modificaciones que éste le puede hacer a la naturaleza) a través de los medios de producción o tecnología. Históricamente, se identifica que la tecnología se compone por dos elementos: la energía y el conocimiento. Lo que se debe recalcar en este punto es que, hasta antes del asentamiento del modo de desarrollo informacional, primaba la energía como motor del proceso de producción. Hoy en día, el modo de desarrollo (informacional) se define por el uso del conocimiento teórico (sobre todo, por la capacidad que hay para transformar rápidamente la información en conocimiento; es decir, la capacidad de producir sistemas simbólicos) como motor y vínculo entre la fuerza de trabajo y la materia. Así, podemos ver que el modo de desarrollo, en este caso, informacional, se define a partir de las relaciones técnicas de producción y no depende exclusivamente de los modos de producción; en este caso, del capitalismo (basado en la acumulación) y el estatalismo (mayor control del Estado en el excedente). Es decir, no se cumple la premisa de “a un modo de producción x, le corresponderá necesariamente un modo de desarrollo y”.

Ahora bien, ¿por qué Castells habla de una reestructuración

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