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El desarrollo del Capitalismo


Enviado por   •  1 de Marzo de 2015  •  Trabajos  •  2.755 Palabras (12 Páginas)  •  169 Visitas

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INTRODUCCIÓN.

El desarrollo del Capitalismo, a pesar de tener sus orígenes en la antigüedad, es un fenómeno europeo; fue evolucionando en distintas etapas, hasta considerarse establecido en la segunda mitad del siglo XIX. Desde Europa, y en concreto desde Inglaterra, el sistema capitalista se fue extendiendo a todo el mundo, siendo el sistema socioeconómico casi exclusivo en el ámbito mundial hasta el estallido de la I Guerra Mundial, tras la cual se estableció un nuevo sistema socioeconómico, el comunismo, que se convirtió en el opuesto. .

AUGE DEL CAPITAL INGLÉS.

El Capitalismo es un sistema socioeconómico basado en el reconocimiento de los derechos individuales en el cual los medios de producción y distribución son de propiedad privada y con fines de lucro. Las decisiones relativas a la oferta, la demanda, el precio, la distribución y las inversiones no son tomadas por el gobierno. Los beneficios se distribuyen a los propietarios que invierten en empresas y a través de estas los salarios se pagan a los trabajadores.

El Capitalismo es dominante en el mundo occidental desde el fin del feudalismo en el siglo XVII en Inglaterra, y se rige por el dinero, la economía de mercado y los capitales. En una sociedad capitalista, el gobierno tiene tres órganos competentes: la policía, el ejército y los tribunales de justicia.

Cuando a partir de las revoluciones liberales se asentó definitivamente la burguesía en el poder, entiéndase ya el poder económico y el poder político, este creó leyes económicas que lógicamente iban a favorecer sus propios intereses; tales leyes se basaban en la no-intervención del Estado en la economía, la ley de la oferta y la demanda como base de la regulación del mercado donde la mano de obra era tratada como una mercancía más. Señalar también que mediados del siglo XIX fue la época del gran capital, que sin enormes inversiones fue imposible hacer frente a la renovación tecnológica que exigía la competencia, las empresas de carácter familiar fueron desapareciendo y los grandes bancos iban adquiriendo cada vez más protagonismo. El volumen de intercambios comerciales experimentó también un gran desarrollo. Si se toma como referencia dos años, 1870 y 1914 veremos como el comercio internacional casi se ha cuadriplicado.

De todas las transacciones comerciales aproximadamente el 75 % eran realizadas por Europa. Este desarrollo comercial fue dado también por la profundización en los avances de esta II revolución industrial que generó productos elaborados en grandes cantidades y a precios muy asequibles. Señalemos también que Europa (y Estados Unidos) se especializaban y especializaron en la producción de productos industriales mientras que, debido al desarrollo de los transportes, África, América del Sur y Asia fueron y serán solamente productoras de materias primas, materias primas indispensables para la industria europea y por la obtención de las cuales los países europeos se enfrentarán en guerras.

Los grandes costes de capitales que se necesitaban para ampliar las empresas, así como el tratar de obtener mejores beneficios controlando distintos sectores productivos, hicieron que muchas empresas se concentrasen para mejorar su situación frente a la competencia, esta concentración podía ser de dos tipos, o bien vertical que consistía en la agrupación de empresas que intervenían en la elaboración de un producto desde sus orígenes hasta el producto acabado, o bien horizontal, empresas de un mismo producto se unieron para luchar contra la competencia.

REVOLUCIÓN DEL MEDIO SIGLO.

El pensamiento liberal seguía difundiéndose por el mundo de Occidente, y llegaba hasta América en el periodismo y en la literatura, en las ideas de los comerciantes y de los políticos, conocedores de otros idiomas, otros pueblos y otros conceptos culturales, religiosos y filosóficos. La Constitución del 43, con el peso de la autoridad organizadora y centralista, fue para muchos el motivo de esta reacción liberalizante que pretendía poner al país en el aire de los nuevos tiempos.

La juventud de la Nueva Granada, que se formaba en los claustros universitarios con una enseñanza indudablemente mejorada por la administración de Márquez y la de Herrán, se fue forjando en los conceptos avanzados de los franceses y los ingleses, en especial en el pensamiento de autores como Saint-Simon, Fourier, Proudhon y Condorcet. .

En el pensamiento liberal europeo tiene, pues, frente el que se denominará radicalismo neogranadino de esta época. Los liberales franceses, en especial, aspiraban a darle realidad a las aspiraciones más concretas del ideario de la Revolución de 1789, con su característica irreligiosidad y la influencia socialista de sus pensadores. También en Europa, la hegemonía de la Iglesia tocaba a su fin desde la rebelión de Lutero, y por ello se buscaba mantener separados los negocios de la salvación de las almas, y del bienestar terrenal de las personas. Las instituciones aclaraban los campos de lo eclesiástico y lo militar para darles su precisa ubicación dentro de la vida civil y como parte de ella, pero sin tolerarles injerencia ni dictadura sobre la vida del común. .

A mediados del siglo XIX, Europa había madurado su actitud democrática, y fueron varios los movimientos interesantes dirigidos a ampliar y consolidar la actitud igualitaria en los pueblos, y sobre todo en las clases y castas que lo dirigían. La unión de las monarquías, organizada por Metternich desde 1815, no había logrado superar las crisis económicas: la quiebra o estancamiento de las industrias y el consecuente desempleo constituían terreno abonado para las protestas, paro, huelgas y motines, y Europa toda fue en su momento sacudida por el inconformismo. El pensamiento revolucionario desarrollado en Francia y en Inglaterra dirigía sus baterías contra el monarquismo, y en favor de la democracia y el estado nacional. El resultado, en Francia, fue el derrocamiento de Luis Felipe, l rey ciudadano, y un breve período de estructura republicana hasta 1852 cuando Napoleón III proclamó de nuevo el imperio. La década del 40 es, asimismo, la de expansión y difusión del pensamiento comunista original, y de la consolidación de las alianzas internacionales del proletariado o clase trabajadora europea y norteamericana. A los socialistas utópicos, Saint-Simon, Owen, Sismondi, Fourier, seguían los postulados

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