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El surgimiento de la cultura nacional


Enviado por   •  20 de Octubre de 2017  •  Apuntes  •  3.472 Palabras (14 Páginas)  •  258 Visitas

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EL SURGIMIENTO DE LA CULTURA NACIONAL: MESTIZAJE Y HERENCIA CRISTIANA VIRREINAL

En México, la conquista y colonización que los españoles impusieron a los pueblos originarios del territorio se fundaron en una idea de superioridad de los pueblos europeos y cristianos sobre los pueblos de este “nuevo continente”. Incluso algunos conquistadores llegaron a negar la humanidad misma de los naturales de estas tierras para tratar de justificar su dominio. Esto fue posible precisamente por la limitación de las categorías de pensamiento y modelos morales de los conquistadores europeos, los cuales impedían comprender la complementariedad entre la diferencia y la igualdad entre seres humanos. Esa negación del otro fue epistemológica y, sobre todo, ético-política. Se expresó primero de modo muy violento en la conquista, en la dominación; y después, en el virreinato, principalmente en el sistema de castas (que diferenciaba con estratos sociales rígidos los tipos de mestizaje entre europeos, criollos, mestizos, indios y negros), que delataba claramente la incapacidad de concebir la diferencia cultural (y étnica) de otra manera que no fuera de forma jerárquica, violenta y excluyente. La identidad mexicana, como la nación misma, surgió de un choque cultural y ha tenido que construirse necesariamente a partir de la alteridad y de esa ruptura originaria.

Durante la colonia, los pueblos indios mantuvieron una lucha para preservar sus territorios, sus usos y costumbres, ya fuera mediante la rebelión armada o bien aprovechando los espacios que les dejaban las leyes coloniales o la protección de la Iglesia católica. En efecto, las órdenes religiosas católicas, por una parte, y la propia Corona Española, por la otra, ayudaron a mitigar la opresión que ejercían los encomenderos. Los derechos de los indios fueron reconocidos en las Leyes de Indias (siglo xvi) y éstos lograron preservar una organización de base, la comunidad, en la que se conservaron costumbres e instituciones antiguas, mezcladas con creencias católicas. Las comunidades lograron mantener el régimen comunal de tierras y la posibilidad de elegir a sus propias autoridades.

No obstante, se trató de imponer un único modo de vida como modelo de identidad, basado en los preceptos de la religión católica como religión “oficial” de la Nueva España.

La guerra de Independencia se inició como una protesta de los criollos contra los abusos de la burocracia española y la falta de derechos. Los primeros líderes independentistas se planteaban reformas sociales como la abolición de la esclavitud y el reparto de los latifundios. Miguel Hidalgo y José María Morelos soñaban con una nueva sociedad regida por los principios de justicia, igualdad y caridad. Pero conforme el movimiento avanzó, surgieron nuevos líderes con otros objetivos. La proclamación de la Independencia en 1821 no fue la culminación del movimiento iniciado por Hidalgo: los ideales de justicia social se habían perdido pronto, a tal grado que, desde una perspectiva histórica el siglo xxi, lo único que se puede encontrar de común entre Agustín de Iturbide y Miguel Hidalgo es el rechazo a la hegemonía de los españoles peninsulares.

De este modo, bajo el mando de Iturbide, el Virreinato se transformó en un Imperio.

Al poco tiempo, una rebelión acabó con el naciente Imperio, el país se vio nuevamente envuelto en una guerra civil, en la que los liberales trataron de consumar la ruptura con el modelo colonial y los conservadores se empeñaron en mantener la supremacía de los criollos. Al triunfar los liberales, asumieron en sus políticas principios ilustrados: la tolerancia religiosa, los derechos de los individuos, la libertad intelectual, el progreso científico y técnico, así como la fe en la razón.

A partir de estos principios se organizó la nueva realidad sociopolítica. El nuevo Estado liberal mexicano del siglo xix afirmó los principios de pretendida validez universal, como la libertad del individuo y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. El problema en México fue que este modelo lo impuso una minoría sobre una población muy diversa y formada por comunidades con fuertes tradiciones a las que estas nuevas ideas les parecían muy lejanas de su realidad. De esta manera, los principios liberales resultaron vacíos de contenido histórico concreto.

En el siglo xix se consolidó el proyecto liberal de nación y ésta se constituyó como un Estado homogéneo. Este proyecto terminó con las tierras comunales y propició la segregación de las comunidades indígenas. Las tensiones políticas padecidas en el siglo xix se deben, en gran medida, a la contradicción entre el intento de establecer un Estado homogéneo y la realidad de un país formado por comunidades y pueblos diversos, apegados a sus tradiciones.

La Revolución de 1910, en la concepción de Francisco Villa y Emiliano Zapata, representaba un intento de recobrar un modelo de organización social y política más acorde con la diversidad cultural existente en el país; pero este intento fracasó y triunfó nuevamente la idea de la unificación de la nación en un Estado-nación de corte liberal que se consolidó en el proyecto “modernizador” de los gobiernos priístas de la segunda mitad del siglo xx.

En la actualidad, como ya se ha analizado, son cada vez más las voces que llaman a reconocer a México como una nación pluricultural y aceptar la necesidad de construir un proyecto político y jurídico de Estado plural (multicultural).

Carlos Fuentes, escritor mexicano, autor de Los cinco soles de México, ha dicho que las preguntas planteadas por los mexicanos a lo largo de su historia de mestizaje, preguntas de identidad, preguntas de justicia, son las preguntas más relevantes para este tiempo: Porque las preguntas de la fundación del México mestizo son las preguntas de la sociedad contradictoria y migrante de nuestro tiempo, capturada entre la identidad tradicional y la alteridad moderna, entre la aldea local y la aldea global, entre la interdependencia económica y la balcanización política.

La necesidad de búsqueda de una identidad que ha sido, como se ha visto, uno de los temas más importantes del pensamiento mexicano, hace que muchas veces ésta se defina frente a un “otro”, lo que no se es y que debe ser, por tanto, excluido o hasta eliminado, ya que pone en peligro con su alteridad, esta identidad considerada tan valiosa. Pero la identidad cultural mexicana no puede ser pensada ya como algo homogéneo.

Las naciones se conciben en torno a factores que las unifican: unidad de lengua, unidad de cultura, unidad de historia y de valores. Esta unidad se busca a través de procesos educativos. En el mundo virreinal hispanoamericano, la percepción de un grupo de que ya no se podía seguir siendo parte de España porque se pertenecía a una nueva nación hizo surgir la necesidad de la Independencia. A su vez, la independencia de las corona española trajo consigo la necesidad de definir la nueva nación mexicana. Esto se hizo siguiendo el modelo europeo de nación homogénea, a pesar de que la población en México distaba mucho de serlo.

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