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¿Es justificada la violencia de los hinchas en los estadios?


Enviado por   •  11 de Junio de 2018  •  Ensayos  •  3.038 Palabras (13 Páginas)  •  138 Visitas

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¿Es justificada la violencia de los hinchas en los estadios?

Benjamín Heredia

IVº medio B

El futbol, uno de los deportes más visto en el mundo, tiene la característica de que cada uno de los clubes participantes tiene detrás de ellos una “hinchada”, es decir, un grupo de individuos destinados a arengar y apoyar a su equipo partido a partido, pero ¿es este apasionamiento sano? Resulta que en esta última década el simpatizante de este deporte ya no es el mismo, este sufrió un cambio drástico y quizás no en la última década sino hace más tiempo aun; al hacerse hincha de un equipo ahora siente que es parte de algo importante, una familia, como su misma sangre, una religión, que va más allá de disfrutar el espectáculo deportivo. Ahora, estos no asisten al estadio de manera “pacifica”, sino a brincar en las gradas con un ambiente similar al de una caldera a punto de explotar, con canticos para apoyar a su equipo, refiriéndose con insultos al rival.

En Chile, en los últimos años, exactamente hace 5 años, en el Gobierno de Sebastián Piñera se promulgó una ley con el fin de detener esta violencia: la Ley Estadio Seguro. Viendo los resultados, se ve que esta no ha sido efectiva. ¿Qué sucede con eso? ¿Es la gente que creó esta ley gente con conocimiento suficiente sobre la cultura del futbol para ver cuáles son los causales de la violencia dentro y fuera de los estadios?

        Desde nuestro punto de vista, a través de la violencia el hincha busca imponer su respeto y dignidad. En la actualidad, ya no se trata de ser parte de un equipo que ganó, sino que se busca ser parte de una tribu que defiende su territorio a muerte con ridículas trifulcas dentro y fuera de la cancha con el objetivo de conseguir el trofeo de “campeón” con daño o muerte del rival, imponiéndose y demostrando quién manda. Creemos que la violencia en los estadios es totalmente injustificable, es un daño para el deporte, para sociedad y sus individuos, ya que genera otras causas. No es que el futbol llame a la violencia con su desarrollo del juego, sino que es como un incentivo y tiene el campo perfecto para que esta acción de violencia sea desarrollada, ya que son dos fuerzas de equipos con sus respectivas barra, provocando el choque tanto dentro y fuera de la cancha como en las gradas. Antes todo era más pacífico, una competitividad sana; el buen perdedor y el buen ganador. En estos momentos, los hinchas buscan defender su “religión” a muerte sin que sea pasada a llevar. Protegen sus colores, guiándose por las emociones, dejando de lado la razón con acciones que terminan sin fortalecer a nadie. El hincha cree que dañando y peleando con el otro hincha defiende a su equipo, imponiéndose a su rival entiende que gana un trofeo y ayuda a su club.

A más emoción menos razón. Aristóteles dice en su teoría ética que la felicidad en sí se logra encontrar en un punto medio, sin ir a los extremos. Estos hinchas de barras bravas se van completamente a un extremo, lo malo es que se satisfacen con lo que hacen, el matar a tu enemigo es en un premio, que según el que lo ejecuta, te hace sentir completamente feliz y como un ganador,  pero y si eso solo busca demostrar temeridad y buena “dignidad”, ¿dónde queda el punto medio ahí? Si la temeridad es un punto extremo dentro de esto, el miedo al igual que la temeridad queda como punto extremo, entonces en este caso se debe buscar el equilibro entre estos dos. El ser un miembro de una barra brava no debería buscar temeridad, tampoco el miedo, debería buscar el lugar donde disminuya la parte peligrosa de los valores absolutos y en realidad apoyar a tu club y no buscar el daño al prójimo. (Introducción)

La definición de violencia dice: “Uso de la fuerza para conseguir un fin, especialmente para dominar a alguien o imponer algo”. Moralmente la violencia en sí es malísima debido a que daña y pasa a llevar a otro individuo de mala forma e incluso puede llevarlo a la muerte. Con el fin de tener un buen ambiente en los estadios, se busca la felicidad de los propios hinchas y que esto se desarrolle con tranquilidad para este espectáculo deportivo.

¿Es moralmente correcto justificar la violencia que vemos hoy en día en torno a este deporte? Resulta que en si la violencia es injustificable porque la desmedida pasión lleva al hincha a cometer locuras que son inexplicables, un fanático generalmente se deja llevar por la emoción en esto prima el actuar sin un sentido crítico, haciendo matar o morir en el apasionamiento por tu club. Pero siempre se ha tenido una duda, ¿cuándo y porque empezó todo esto?

No se trata de que la violencia en los estadios chilenos no haya existido antes (…)En fin, es posible rastrear otros hechos como los anteriores, pero el mismo hecho de que es posible un recuento, nos indica que la violencia constituía más bien una excepción, que lo habitual en esa época. En cambio, en los últimos años se ha convertido en una práctica mucho más recurrente. Todavía en 1974 se podía caracterizar al hincha chileno diciendo que...Nuestro público no es agresivo (...) pero el hincha chileno es exigente, no se conforma con cualquier cosa y le pide el máximo a los jugadores. Silba cuando se dejan estar y los anima cuando juegan bien. Son los propios jugadores los que levantan el ánimo al público (...) En general, un público frío y poco aspaventoso... Cada vez menos dicha descripción corresponde a lo que se observa en las canchas nacionales (…). (Santa Cruz, 1991:150).

La violencia es un instinto, una respuesta a algún hecho; instinto muy extremista pero lo es, siempre ha existido, pero nunca ha sido una acción “común” y que tenga alta concurrencia en los humanos debido a nuestro “raciocinio”. Como se señala en la cita anterior, los hinchas chilenos antes se caracterizaban por ser no agresivos, sino que solo críticos, lo cual es lo normal en un simpatizante de cualquier deporte, en si era una excepción en cada encuentro del futbol chileno; esta situación es la otra cara de la moneda de lo que ocurre hoy en día, donde la violencia es pan de cada día.

La virtud es, por tanto, un hábito selectivo, consistente en una posición intermedia para nosotros, determinada por la razón y tal como la determinaría el hombre prudente. Posición intermedia entre dos vicios, el uno por exceso y el otro por defecto. Y así, unos vicios pecan por defecto y otros por exceso de lo debido en las pasiones y en las acciones, mientras que la virtud encuentra y elige el término medio. Por lo cual, según su sustancia y la definición que expresa su esencia, la virtud es medio, pero desde el punto de vista de la perfección y del bien, es extremo. (Aristóteles, Siglo IV: 6)

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