Escenario De RRII Actual

“Es realmente posible plantear que el escenario contemporáneo representa una verdadera novedad o es solo un retorno, tras cincuenta años de equilibrio inusual, a una dinámica tradicional previa a 1914”

La Paz Armada (1871-1914) se caracteriza por un esquema en que destacan varias naciones en un relativo equilibrio, liderado por Gran Bretaña como la principal potencia, escoltado por Alemania el imperio Austro-Húngaro y Rusia, entre otros.

A pesar del desarrollo y la consolidación como nueva potencia emergente de EE.UU., en 1914, el sistema internacional giraba aún en torno a Europa, donde nos encontramos con un fuerte desarrollo de la industria bélica y una inestabilidad de creciente tensión en las relaciones internacionales, a causa de conflictos de origen tanto nacionalistas como imperialistas, los que finalmente desembocarían inevitablemente en la Primera Guerra Mundial.

En el ámbito militar, las alianzas entre estados, hacen que cualquier incidente tome connotación internacional, lo que se ve agravado por el incremento armamentista; en el ámbito político, los gobiernos reafirman sus alianzas por la necesidad de consolidar una fuerza de apoyo ante una guerra que parece ser inminente; y en el ámbito económico, tenemos una Alemania que se consolida como potencia tras EE.UU., intentando desplazar a G.B., no sin provocar roces en su avance infrenable.

En este escenario, podemos identificar la existencia de un sistema multipolar, en que las potencias generaron las condiciones de poder y alianzas para imponerse por la fuerza; escenario en el cual el sistema internacional, que estudia el comportamiento factual de los actores internacionales, era un pasivo espectador de las acciones de los estados, que en esa época se alzaba como el actor principal en este sistema; y donde el mas fuerte establecía las condiciones y el más débil, era anexado o desaparecía, sin alternativas.

Avanzamos 100 años en el tiempo y nos encontramos con un escenario que a nivel mundial presenta un equilibrio relativo que ha perdurado desde el término de la segunda guerra mundial, con un una guerra fría que mantuvo polarizada a las potencias alineadas con la URSS y EE.UU. en que la mutua destrucción asegurada estableció las condiciones de estabilidad; dando paso posteriormente a un mundo multipolar, con el emerger de potencias como China, India y la Unión Europea entre otras, lo que ha sido acelerado fuertemente por el fenómeno de la globalización y las tecnologías desarrolladas, particularmente en el ámbito de las comunicaciones, permitiendo que el escenario se expanda ya no solamente al continente europeo sino que a todo el mundo.

Con un EE.UU. que al término de la guerra fría se alzaba como única potencia, pero que se vio deprimido producto de la crisis económica que lo afectó, lo que permitió reducir la distancia relativa con las otras potencias del mundo. Una Europa también en crisis debido a que afloraron falencias fundamentales desde sus orígenes, a un modelo de la Unión Europea. Lo anterior, matizado con el resurgimiento de potencias que quieren consolidarse como actores principales, donde identificamos situaciones de conflictos locales que están influenciados por intereses individualistas y nacionalistas al igual que hacia principios del siglo XX, lo que queda claramente reflejado en el artículo de la revista Foreign Affairs, The Crisis of Europe, de Timothy Garton Ash, donde podemos apreciar que la crisis europea, en lo sustancial, tiene características similares al periodo de la Paz Armada.

Pero 100 años y dos guerras mundiales es más que suficiente tiempo para haber aprendido la lección y avanzar hacia un mundo más estable que permita el crecimiento y el desarrollo; analicemos algunos actores y factores que nos permitan explicar como la evolución nos ha llevado a la situación actual en el sistema internacional:

• Estado Nacional. Se ha generado un cambio fundamental en el sentido que ya no existen bloques ideológicos, sino estructuras de poder, las que se sustentan en factores principalmente económicos. Lo que se ve materializado por la Unión Europea, que siendo un organismo supranacional, no pone en riesgo el nacionalismo de cada uno de sus integrantes, ya que estos están dispuestos a organizarse económicamente, pero en ningún caso políticamente, lo que hace mantener sus identidades de Estado Nación.

• El individuo en el sistema internacional. Otro factor importante de destacar es como el individuo ha consolidado su posición como un actor más en el sistema internacional, adquiriendo más protagonismo y participando cada vez más en aquellos aspectos que son de su interés, asumiendo directamente la responsabilidad sin permitir la intervención de terceros. Influyendo en las decisiones que toman los Estados.

• Las organizaciones internacionales y Sui Generis como la UE, ONU, OEA, OCDE, BIS y ONG’s entre otras, creadas posterior a la segunda guerra mundial, que han asumido un papel preponderante en el establecimiento de políticas integracionistas que permiten exacerbar el equilibrio de las naciones. Sin embargo, a pesar que no poseen la fuerza para imponer la paz en situaciones de conflicto, permiten establecer las bases fundamentales para una coexistencia más armoniosa entre los diferentes actores.

• La globalización. La globalización traspasa fronteras físicas generando una interrelación e interdependencia de los diferentes actores, insertando en las ecuaciones no solo aspectos de orden comercial o económico, sino también aspectos culturales y valóricos transnacionales. No es un fenómeno que haya estado ausente hace 100 años, pero la tecnología ha acelerado los procesos y a pesar de ser bidireccional, ha sido un vehículo de occidentalización, generando el rechazo de sociedades y el surgimiento de líderes fundamentalistas, que no están dispuestos a poner en riesgo culturas y valores, reaccionando con violencia ante este mundo occidental que los quiere cambiar.

El mundo se ve envuelto en una situación de cambios en que requiere del desarme para dar paso a mejorar las economías, el escenario se ha ampliado a todos los rincones del mundo. No se puede identificar con claridad cual es la definición de poder que impera y que permite a las potencias influir sobre el resto, ya no hay bloques ideológicos, sino estructuras de poder, por lo que pareciera que el mundo es distinto, pero todo lo anterior no tiene un sentido concreto cuando aparecen situaciones como la invasión de EE.UU. a Irak, que fuera desaprobada por la ONU y la comunidad internacional, pero se materializara de todas formas; o la crisis de Crimea, donde la intervención de terceros no es viable. Esto junto al ejemplo del 9/11, nos hacen pensar nuevamente en una instabilidad, similar a lo que ocurría antes de la primera guerra mundial, con intereses imperialistas y/o nacionalistas y ahora fundamentalistas, donde el mecanismo para solucionar los conflictos sigue siendo la imposición del poder y donde el más influyente no tiene oposición.

Haciendo una comparación, podemos identificar que el escenario mundial se ha ampliado; han surgido nuevos actores en el sistema internacional y probablemente nos encontramos en una situación de estabilidad relativa, en que es muy difícil que se genere, en las condiciones actuales, una nueva guerra mundial; sin embargo, hay factores sustanciales que se repiten, y que nos llevan a la conclusión que la situación de hoy pareciera no ser muy distinta a la de hace 100 años atrás, ya que identificamos un sistema multipolar con bases económicas, políticas y sociales que en lo sustancial son similares a lo que existía a principios del siglo XX, donde las naciones se siguen movilizando por la búsqueda de influencias de poder.

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