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Espacio propio de las mujeres


Enviado por   •  30 de Junio de 2015  •  Ensayos  •  1.730 Palabras (7 Páginas)  •  133 Visitas

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Si miramos lo que ha sucedido en la educación superior nos encontramos con que tradicionalmente esta no fue un “espacio propio de las mujeres”, convirtiéndose en un lugar privilegiado para los hombres, así vemos que ellos eran los que tenían la opción (y de hecho lo hacían) de acceder a los estudios superiores y las mujeres, en cambio, se quedaban en sus casas encargándose de la crianza de los hijos y de su cuidado. Las políticas públicas de 1877 permitieron a la mujer el ingreso a las universidades en Chile, sin embargo, se mantuvo el perfil “Mariano” hasta muy alcanzado el siglo XX, es decir, la mujer debía cumplir su rol ancestral cuyo ejemplo era visualizado en la Virgen María.

En las últimas décadas esto se revirtió totalmente y las mujeres han podido acceder masivamente a la educación superior, ganando un espacio que históricamente era un privilegio de los hombres. El ingreso de las mujeres a la educación superior ha traído una mejora y un cambio de mentalidad paulatino en la sociedad, pero esto no significa que exista una equidad y paridad en nuestro país, puesto que a pesar de acceder con libertad e igualdad a la educación, las diferencias entre género siguen siendo patentes.

En la actualidad se abre el debate acerca del impacto que ha generado la inclusión de género y diversidad en la política pública educacional, puntualmente en colegios y liceos, donde la diversidad cultural es parte importante a la hora de aplicar las políticas educativas imperantes y donde la igualdad entre género es una de las metas de estas políticas.

Pero para desarrollar el tema debemos definir primero qué se entiende por género y por diversidad. Género lo definimos como la “categoría que agrupa el conjunto de seres que tienen uno o varios caracteres comunes debido a su genética” (Nuevo Espasa Ilustrado, Espasa Calpe, S.A, 2005) y por diversidad entendemos que “es una noción que hace referencia a la diferencia, la variedad, la abundancia de cosas distintas o la desemejanza” (www.definicion.de)

En este contexto, ¿será posible que la política educacional chilena logre acortar la brecha entre géneros y educar para el respeto a la diversidad?, en este escrito dilucidaremos si esto es posible.

Igualdad educacional entre géneros, ya en los albores del siglo XX la inclusión femenina en las aulas era la bandera de lucha para muchas mujeres que, a pesar de tener el derecho a la educación, esta era discriminatoria y enfocada al rol propio de la mujer, es decir, enseñanza para administrar el hogar; lejos una mujer doctora o abogada y quienes decidían serlo siempre eran miradas como especímenes extraños dentro de sus congéneres.

En nuestro día esta situación ha cambiado drásticamente puesto que la aspiración máxima de las nuevas políticas educativas es brindar una igualdad de género dentro de los establecimientos educacionales siendo estas un incentivo para que la mujer se desenvuelva de la mejor manera posible dentro de este sistema tan machista.

“En cuanto a la diversidad, los estudios muestran que en las clases heterogéneas todos los alumnos aprenden más y mejor. Desarrollar la escuela para manejar la riqueza de la diversidad supone no sólo la aceptación; también significa utilizarla para apoyar al desarrollo del aprendizaje de los estudiantes.

La generación de oportunidades que favorezcan una gestión educativa flexible, con mayores recursos que garanticen la pertinencia de los aprendizajes desarrollados en la escuela. Asimismo, ofrecen una oportunidad para abrir el establecimiento educativo a la comunidad, permitiendo un diálogo necesario.

Significa para la escuela un nexo entre profesores, padres y el mundo, avanzando así en la comprensión de la diversidad creadora” (www.ecured.cu/index.php/Diversidad_en_el_contexto_educativo).

Desde la otra vereda, en otras palabras, desde el aula, podemos visualizar que desde la pre básica, comienzan a existir diferencias o temáticas muy relacionadas con estímulos netamente enfocados a la distinción entre géneros, como por ejemplo, los materiales didácticos , set de juego de tazas para las damas y juegos de construcción para los varones, dando a entender que las mujeres, por su calidad sólo pueden jugar a la “mamá” y los varones a juegos rudos o de fortaleza física; estereotipos propios que se pueden ver al entregarles materiales de construcción. En el casa de la clase de educación física podemos apreciar en terreno lo antes expuesto, ya que se da a suponer que existen grandes diferencias no tan sólo físicas entre géneros, sino que también de habilidades propias por ser mujer u hombre, ya lo vemos en las diferencia en los números de balón y el peso de las cargas con las que trabajan.

Sobre esto mismo es bueno aclarar que, desde un tiempo a esta parte, ya los deportes netamente masculinos de a poco se han abierto a las ramas femeninas, como podría ser el fútbol y el karate, este pequeño cambio debemos agradecerlo a las nuevas políticas educacionales inclusivas e igualitarias.

A partir de los estereotipos de género, podemos agregar la problemática de diversidad, por ejemplo: tenemos claridad donde damas o varones presentan una diversidad de roles e intereses relacionados a su género y que estos deben ser insertos de forma igualitaria en una educación pública. Por lo tanto, es urgente apuntar a la construcción de las políticas públicas hacia la solución de estas problemáticas o mejor dicho, la aplicación integral de estas.

Se debe añadir que, gracias a la inserción de la mujer en la educación se genera

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