Evaluación En La Educación Preescolar

INTRODUCCIÓN.

En el marco de las Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB) y a todos los sucesos, implementaciones, adquisiciones y cambios ocurridos en consecuencia, la educación preescolar es el primer escalón en sufrir ajustes e incorporaciones de nuevas dinámicas en diversas aspectos que la conforman, uno de los más significativos es el que pertenece al rubro de evaluación, en el cual además se introduce un nuevo instrumento evaluador que es la cartilla de educación básica que sustituye la entrega del certificado y oficializa información escrita por la educadora acerca de los avances, pero sobre todo, dificultades y apoyos que los niños de educación preescolar requieren para el logro de sus competencias.

Envueltos en esta dinámica se considera relevante retomar el tema de la evaluación en nivel preescolar explicando cual es el enfoque, propósitos, métodos, participantes, momentos y herramientas a utilizar para valorar el desempeño del niño con el objetivo que las y los educadores tengan mayores referentes que apoyen su ejercicio y aplicación, usando de manera intencionada y con fines pedagógicos sus apreciaciones|.

En el presente ensayo se aborda a grandes rasgos la importancia que tiene la evaluación en el desarrollo de la enseñanza aprendizaje, visto como el proceso que permite obtener evidencias, elaborar juicios, brindar retroalimentación sobre los logros de aprendizaje de los alumnos a lo largo de su formación (SEP, Plan de Estudios 2011, 2011), y está dirigido a las y los educadores que fieles a su labor y en busca de mejorar los resultados observados en el desarrollo de competencias de sus alumnos, se interesan por documentarse en distintas fuentes sobre los aspectos que integran su práctica, siendo la evaluación uno de estos, la cual es objeto del documento aquí presente.

Se parte de la evaluación como concepto general y los elementos de interés que la integran para aterrizar propiamente al nivel preescolar y sus características. El docente y los alumnos, sin demeritar la participación de otros agentes educativos, se convierten en los personajes principales y el primero debe asumir de manera responsable lo que significa emitir una valoración sobre el desempeño y niveles de alcance de un estudiante, por lo cual es necesario que esté preparado, se informe, investigue, reflexione sobre todos aquellos elementos que se consideran antes de plantear cualquier situación.

En educación preescolar a diferencia de los niveles subsecuentes el niño se encuentra en una etapa en la cual, derivado de sus proceso de crecimiento y desarrollo infantil, resulta imposible dar un juicio de valor numérico por lo que la evaluación se estable como cualitativa lo cual representa un reto para el educador pues debe adquirir competencias que le permitan identificar los hallazgos del pequeño que demuestren avances o dificultades, los cuales a continuación se abordarán.

DESARROLLO.

La evaluación en materia educativa es uno de los aspectos con mayor trascendencia del quehacer docente, está implícita en todos los acontecimientos que ocurren en el aula y fuera de ella, de manera consciente o inconsciente el profesor se mantiene como creador, guía, participante activo y fiel observador de lo que sucede en su entorno escolar y muy particularmente a su grupo de aprendizaje, sus sentidos siempre alertas se mantienen dispuestos captar cualquier mensaje que sus alumnos le manden. Sumergido en esta dinámica y ordenando toda la información que recibe crea sus instrumentos, parámetros y modelos de evaluación, apegados a la normatividad que sustenta su ejercicio docente.

Sin embargo, para que el maestro pueda hacer buen uso de los instrumentos evaluativos es necesario e incluso obligatorio que conozca cuales son los enfoques y objetivos del proceso según el nivel en que se encuentra laborando así como el grado de madurez de sus alumnos y algo sumamente importante, que comprenda, domine y maneje los propósitos del programa que rige su práctica. Si el docente muestra falta de conocimientos sobre los objetivos a los que pretende llegar su intervención, será difícil que la evaluación realizada a los estudiantes refleje realmente datos certeros de los avances y limitantes que ellos poseen, por lo tanto deja de ser un herramienta formativa para convertirse en un trámite administrativo, pues carece de sentido pedagógico e intencionalidad.

A continuación se muestra un concepto de evaluación según María Antonia Casanova (1998) apegado a los objetivos que se pretende alcanzar para realizar una evaluación de carácter formativa.

La evaluación aplicada a la enseñanza y el aprendizaje consiste en un proceso sistemático y riguroso de obtención de datos, incorporado al proceso educativo desde su comienzo, de manera que sea posible disponer de información continua y significativa. Para conocer la situación, formar juicios de valor con respecto a ella y tomar las decisiones adecuadas para proseguir la actividad educativa mejorándola progresivamente (Casanova, 1998)

En educación preescolar la evaluación tiene sus propias características que la diferencian de cualquier otro nivel, partiendo de que este tipo de enseñanza está encaminada al desarrollo de competencias y no se asigna ningún carácter sumativo como juicio final, el niño por el simple hecho de haber asistido a la institución deberá ser acreditado para ingresar a la escuela primaria.

De acuerdo con lo establecido en el Programa de Educación Preescolar 2011 no existen patrones estables o típicos respecto al momento especifico en que las niñas y los niños adquieren algunas capacidades, por lo tanto, los propósitos del programa expresan los logros que se pretende que los niños obtengan después de cursar los tres años que comprende este nivel educativo por lo cual al no haber parámetros específicos medibles de manera concreta y estandarizada la evaluación es de carácter estrictamente cualitativo, y está centrada en identificar los avances y dificultades que tienen los niños en su proceso de aprendizaje, así como sugerir apoyos que requiere para lograrlo (SEP, Programa de Estudios 2011. Guía para la Educadora. Educación Básica. Preescolar, 2012)

Ante este panorama el docente adquiere una gran responsabilidad al tener que valorar de manera objetiva los avances, logros y dificultades de los pequeños a su cargo, así como proponer una serie de apoyos para mejorar su proceso de enseñanza aprendizaje y su intervención educativa. Al no contar con parámetros específicos ni pruebas estandarizadas que le arrojen un resultado cuantitativo el educador debe poner en juego su capacidad de observación, indagación y registro de información relevante que le permitan

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