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Gerardo Valencia Cano: Memorias De Resistencia En La Construcción De Pensamiento Afrocolombiano

jairovalencia5 de Febrero de 2013

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Aquí se busca destacar cómo entre las décadas de 1950 a 1970 el obispo Gerardo Valencia Cano, su vasta acción pastoral en favor del pueblo, de los marginalizados, sienta las bases de un pensamiento político concientizador desde y con los afrocolombianos, específicamente en el Pacífico, y de manera puntual en Buenaventura. Se muestran algunos eventos centrales en la construcción de dicho pensamiento y su incidencia en las estructuras eclesiales latinoamericanas de la época, puntualizando en la estructuración de la pastoral afroamericana y sus posteriores encuentros temáticos en la cuenca del pacifico latinoamericano.

Desde estos elementos se discute la importancia desempeñada por la iglesia en la construcción de pensamiento etnico- territorial regional, anterior a la coyuntura creada por el articulo transitorio 55 de 1991 y la ley 70 de 1993, en tanto claves para comprender muchos de los postulados actuales del movimiento social afrocolombiano del Pacifico por un lado, y por el otro, se llama la atención en la necesidad de valorar las experiencias representadas en los planteamientos de Cano Valencia, como orientadoras de un quehacer futuro para la dignificación política, social y económica de los Afrocolombianos.

Abstract

Here looks for to emphasize like between the decadas ones of 1950 and 1970 the bishop Gerardo Valencia Cano, in his vast phastoral action in favor of the town of the marginalized ones, feels the bases of a politic conscientins thought from and with the afrocolombian people, especifically in the Pacific, and of precise way in Buenaventura. Are to some central events in this thought construction of and its incident in the Latin American eclesial structures of epoch, emphasizing in estructuration of the Afro-American phastoral and their later tematic encounter in the river basin of the Latin American Pacific.

From these elements the importance carried out by the church in construction of regional etnicterritoral thought is discussed, previous to the conjuncture created by the articulate transitory 55 of 1991 and law 70 of 1993, in as much key for to understanding many of the present postulates of the afrocolombian social movement of the Pacific on the one hand, and by the other is called atention in the necessity to value the experiences represented in the exposition of Valencia Cano, like orientation of a future task for politic, social and economic diginfication, of the Afrocolombian people.

Palabras claves

Gerardo Valencia Cano, Afrocolombianos, Buenaventura, Región del Pacifico, Pensamiento

político clerical, Pastoral Afroamericana, Movimiento social.

***

Introducción

El "Pensamiento Político Afrocolombiano", ese conjunto amalgamado producto de diferentes vertientes ideológicas, que en consecuencia se expresa a través de expresiones distintas, muchas veces en confrontación abierta, requiere ser repensado en sus variadas dimensiones en aras de avanzar en el proceso de constitución y sostenibilidad de un ideario con carácter nacional, como quedó expresado en la Primera Conferencia Nacional Afrocolombiana: Una Minga por la Vida.2

Teniendo en cuenta la simultaneidad de enfoques que requiere tal empresa de análisis y

construcción, se hace necesaria la tarea de reconstruir vetas identitarias, antecedentes de dicho pensamiento que quizá contribuyan a reforzar y/o aportar nuevos elementos que reorienten el accionar del movimiento social y de las comunidades que lidera.

Aquí se busca destacar como entre las décadas de 1950 a 1970 el obispo Gerardo Valencia Cano, entre su vasta acción pastoral en favor del pueblo, de los marginalizados, sienta las bases de un pensamiento concientizador desde y con los afrocolombianos, específicamente en el Pacífico, y de manera puntual en Buenaventura. Siendo que la labor de Monseñor Valencia Cano rebasa planteamientos estrictamente políticos y, se trata ante todo de una integral obra de redención humana, en ésta oportunidad me centraré en sus postulados políticos que atraviesan prácticamente la totalidad de su pensamiento, mostrando las principales dimensiones de su accionar.

Percepciones sobre Buenaventura y el Pacífico

Gerardo Valencia Cano había nacido en Santo Domingo, Antioquia el 26 de Agosto de 1917, ordenándose como sacerdote en el Instituto de Misiones de Yarumal el 29 de Noviembre de 1942. Después de un corto paso en calidad de prefecto apostólico de Mitú (Vaupés), fue consagrado Obispo de Buenaventura el 24 de Mayo de 1953, comunidad a la que se arraigó hasta su trágica muerte el 21 de enero de 1972. Pero cuál es el entorno que percibe en su discurrir, sustento de su obra y sus planteamientos?

Buenaventura para la época, ya el principal puerto del país, con un movimiento del 42% de la carga nacional, frente a Barranquilla con el 35% en 1954, va a consolidar su preponderancia durante los 70's; en 1972 movía el 50.8% de la carga, viéndose definitivamente disminuido Barranquilla con tan sólo el 18.2%. Ello contrastaba con un sentido déficit de servicios públicos, mientras que la concentración urbana crecía desordenadamente y la población se disparaba a grandes saltos debido especialmente a las migraciones; pasando de 54.973 habitantes en 1951 a

96.708 habitantes en 1964, para llegar en el 73 a 139.277 habitantes (Valdivia, 1994). Lo que revelaba niveles de hacinamiento sin precedentes en la localidad y la proliferación de invasiones, sobre todo en las zonas lacustres. Al respecto Valencia Cano nos muestra la siguiente situación:

"Las gentes del interior del país, que visitan en Buenaventura los barrios de la marea: Venecia, Santa Mónica, La Playita, Lleras, etc., se quedan pasmados ante la miseria de estas pobres gentes que a más del hambre, la desnudez y el abandono en que viven, tiene que someterse al tormento del relleno de las calles con la basura que se recoge en la zona A (zona donde vive la gente más acomodada). Aquellas pobres gentes no han podido vivir de otro modo: al pantano de la marea le tienen que agregar la basura y la inmundicia para poder caminar... pobres hermanos nuestros de los barrios de la marea, tienen que condimentar su hambre y su desnudez con la basura fétida, que les llevan a un buen precios los carros del municipio".3

Estas críticas condiciones de hábitat que se describen e ilustran los fuertes contrastes

que se estaban presentando en el casco urbano, sin ninguna respuesta adecuada por parte de los gobiernos municipales, la constatación de cómo unos tienen que vivir sobre y con la basura de los otros4 no pude ser más reveladora de un cuadro profundamente calamitoso.

Continúa Monseñor Valencia:

"Y el Instituto de Crédito Territorial?. Otro engaño oficial para la ciudad. Que miren las casas que se están adjudicando a precio de oro en el barrio La Transformación...¿Dónde tienen un programa que verdaderamente favorezca a los pobres de los barrios de la marea?

El gobierno nacional sabe muy bien que mientras en las ciudades del interior un metro cuadrado de construcción le vale mil pesos, acá le cuesta dos mil. Así lo sabe y se somete a esta ley cuando se trata de sus edificios: las obras del Terminal, la carretera, el ferrocarril, el edificio de correos, el de Telecom. ¿Por qué no tienen la misma lógica cuando se trata de las obras en beneficio del pueblo más pobre?"5

Buenaventura entonces reproducía en gran medida el tipo de crecimiento con fuertes componentes de segregación socioespacial, que se presentaba en la mayoría de las ciudades del país y de Latinoamérica. Por un lado la ocupación espontánea de migrantes campesinos al ritmo de la descomposición de sus economías, y por otro la expansión planificada para una clase media, empleados que respondían a las políticas de vivienda del estado, que en este sentido como hasta hoy son excluyentes. De acuerdo con estas observaciones la inversión pública estaba orientada fundamentalmente a optimizar los servicios portuarios, en desmedro de la población más vulnerable. Acerca de los campesinos emigrados, que en realidad estaban padeciendo un desplazamiento económico devastador, Monseñor comenta:

"Los hombres de aquellos tugurios venidos del bellísimo Yurumanguí y del caudaloso

Cajambre, se ganan la vida descargando botes de vela, que traen polines y madera de los

aserríos de la costa. Qué triste historia tienen estas pesadas traviesas y estos tablones:

desde las lomas que acuñan larguísimas quebradas, los trozos han hecho sangrar a hombres

y mujeres sub-alimentados y llenos de amibas, honrados por el pian o por las hernias. La

avaricia de los intermediarios ha menguado ya la escasa retribución que reciben los

cortadores; ahora estos hermanos viven del cargue y descargue sin ninguna prestación

social y bajo la continua amenaza de la erradicación oficial de sus tugurios. "¿A dónde nos vamos?" nos preguntan angustiados".6

La presión ejercida contra esta población campesina y su sistemática expoliación y arrinconamiento rural-urbano, explica la consolidación del monopolio de agentes externos en diferentes renglones de la economía regional, destacándose por sus altos niveles de intermediación, la explotación maderera, además de la explotación aurifera y pesquera, cuyas consecuencias como saldo incalculable muestran el desmembramiento social, iniciando por el constreñimiento de las posibilidades de desenvolvimiento familiar, dad la extrema precariedad económica en que vivan estos migrantes. Para completar el cuadro observamos esta vehemente denuncia:

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