Grupos En La Escuela

Jackson, P. (1975) La monotonía cotidiana, Madrid, Marova.

La asistencia de los niños en la escuela es una experiencia tan común en nuestra sociedad que los que nos quedamos mirando cómo se van, raras veces nos detenemos a pensar que será de ellos cuando lleguen a sus clases. A los padres les interesa saber que tal va su hijo en la escuela y cuando vuelven a casa le preguntan qué ha pasado, en términos más generales, que tal te ha ido. Pero tanto sus preguntas como las respuestas del niño se interesan más para la superficie de la vida escolar que por su contenido real.

La escuela es un lugar en que se aprueba o se suspende, en que suceden cosas divertidas, se aprenden cosas nuevas y se adquieren nuevas capacidades. Para apreciar la importancia de los acontecimientos triviales de la clase hay que tener en cuenta la frecuencia con que ocurren, la uniformidad del entorno escolar, y la obligatoriedad de la asistencia diaria. A partir de los seis años su cara es más familiar para el profesor que para sus padres y quizás, incluso para su madre.

Los profesores de la escuela pierden demasiado tiempo discutiendo sobre la decoración más adecuada para la clase, intentándola hacer más acogedora. La clase no es solo un entorno físico relativamente estable, sino que además, ofrece un contexto social bastante constante. Otro rasgo del ambiente social de las clases de la escuela elemental, en las escuelas se da una intimidad social que no tiene término de comparación en otros medios de nuestra sociedad. En la escuela se está concentrado en un trabajo en concreto y se establecen relaciones entre si. Un último aspecto de la uniformidad que experimentan los alumnos en la escuela primaria nos lo da el carácter ritualista y cíclico de las actividades que se realizan en clase.

Cuando un niño entra a la escuela por la mañana, penetra en un entorno con el que se ha familiarizado de manera excepcional a través de una asistencia prolongada. Un entorno bastante estable, en el que los objetos físicos, las relaciones sociales y las actividades principales son casi constantes día tras día. El alumno tiene que inventar estrategias para afrontar el conflicto que frecuentemente surge entre su inclinación natural y las exigencias de la institución.

Las clases son lugares especiales. Lo que en ellas suceden y el modo en que suceden contribuye a diferenciar este entorno de los demás. Lo que distingue a la clase de otros entornos no es solamente el rasgo distintivo de la enseñanza y el aprendizaje, ni el contenido educativo de cuanto en ella se habla.los rasgos de la vida escolar comprenden tres hechos con los que hasta el más pequeño tiene que aprender a enfrentarse y que pueden describirse con tres palabras clase: grupo, evaluaciones y poder (autoridad). Aprender a vivir en una clase implica aprender a vivir en un grupo. La mayor parte de las cosas que se hacen en la escuela se hacen en colaboración con otros. No menor importancia tiene el hecho de que la escuela es fundamentalmente un lugar que se evalúa la actividad del alumno. La adaptación a la vida escolar exige al alumno acostumbrarse a vivir sujeto constantemente

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