Imagen E Identidad

Detrás de ésta adición suele existir una falta de control provocados por impulsos cerebrales, relacionados con la función de la serotonina y problemas sociales, según afirman los expertos en éste tema.

Las carencias afectivas juegan un papel importante en éste problema y es difícil que la persona pueda salir por si sola sin la ayuda de un profesional de ésta adicción que está catalogada con otras, cómo ludopatía, alcoholismo y muchas más. La persona en cuestión puede llegar fácilmente a una depresión debido al sentimiento de culpa que suele acompañar a las compras cuándo comprueban que no necesitaban éstos artículos que desequilibran la balanza de su economía. Y para apagar éstos sentimientos vuelve de nuevo a hacerlo para controlar su ansiedad, hasta que llega a ser un círculo vicioso del que difícilmente pueden dominar ni salir de él.

Por éstas razones no les importa sacrificar sus necesidades básicas, y mucho menos las de los demás. El placer que les produce el hecho de comprar, hay quién afirma que puede ser parecido del que puede experimentar alguién con algun tipo de adición de alguna droga suave. Esto supone enfentramientos con familiares si no pueden reconocer que padecen éste síndrome, hasta el punto de que en algún caso puede ser motivo de separaciones de pareja e incluso ruinas familiares. Algunos ocultan sus compras regalando sin tope, e incluso llegar a términos insospechados para conseguir dinero y proseguir.

En los países desarrollados, el tipo de vida, la publicidad, el estrés y la tensión... en definitiva, la sociedad del consumo y el bienestar han creado nuevas patologías en el ámbito de la psiquiatría. Entre ellas llama la atención el síndrome o la enfermedad del comprador/a compulsivo. Se calcula que en España existen mas de medio millón de personas con ésta patología.

Podemos controlar ésta situación, llevando una lista escrita de lo que verdaderamente es necesario. Comprar siempre acompañado en lo posible, de una persona sabedora de nuestro problema, ya que así nos controlaremos mejor. Pagar si se puede en efectivo, ya que las tarjetas nos ayudan a perder el control del gasto.

Esta psicopatología suele estar asociada con trastornos depresivos y la baja autoestima, aunque la compra compulsiva puede estar presente en otras enfermedades mentales como eltrastorno bipolar o el trastorno límite de la personalidad.

• ¿Cómo, y a quién, suele afectar este síndrome que genera esa enorme dependencia?

El síndrome del comprador compulsivo afecta a hombres y mujeres. Su perfil suele ser entre 30 y 40 años. Es más habitual que se de en mujeres que en hombres, ya que sobre éstas es mayor la presión social sobre la imagen. En cuanto a otros aspectos, existen ciertas características de personalidad y estados emocionales que aumentan la vulnerabilidad psicológica a la adicción a las

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