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Importancia De El Sector Turistico

ferodriguez12 de Agosto de 2013

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.- Importancia del sector turístico: nuevos tiempos, nuevos retos

Afirman Pedreño y Ramón (2009) que en las últimas décadas el negocio turístico mundial ha conocido un crecimiento sin precedentes. En el marco de esta revolución turística, España ha destacado por su crecimiento como receptor de turismo de masas, habiendo crecido también como un país emisor. Y es que España es uno de los líderes indiscutibles del turismo mundial, junto a Francia y Estados Unidos, en parte por su único e inmejorable marco geográfico.

Una de las características más destacables del sector turístico español es que está formado por pequeñas y medianas empresas: según los últimos datos del INE, el 99,6% de las más de 600.000 empresas dedicadas a la actividad turística tienen menos de 100 empleados (el 97,3% menos de 20 trabajadores). Esto significa que los profesionales del sector turístico desarrollarán próximamente su actividad en contextos empresariales característicos, además de reducidos.

Por tanto, añaden Pedreño y Ramón (2009), parece evidente que el sector turístico debe acelerar su proceso de modernización, lo cual conlleva una mayor concentración mediante procesos de integración vertical y horizontal, Todo ello para competir más eficazmente no sólo en el ámbito de la Unión Europea, sino también en el contexto de los nuevos destinos turísticos mundiales. El carácter atomizado de la actividad turística impide la asunción de algunos de los grandes retos a los que se enfrenta el sector: formación, mayor eficiencia en la gestión, introducción de las nuevas tecnologías de la información, la cooperación, las alianzas estratégicas y el asociacionismo empresarial.

Un Informe Mensual de La Caixa (2006) ya adelantaba hace algunos años que el turismo constituía un sector que puede suponer un importante impulso económico para los países en desarrollo, pues permite obtener un flujo de ingresos exteriores sin desplegar grandes inversiones y sin disponer de tecnologías avanzadas, generándose al mismo tiempo un elevado volumen de empleo. Estos ingresos representan un sustancial apoyo para la importación de bienes y servicios necesarios para el desarrollo hacia sectores con mayor valor añadido o con un nivel tecnológico superior.

En este sentido señalaba el Informe de La Caixa (2006) que el caso de España es paradigmático, pues el turismo jugó un papel trascendental en el desarrollo de los años sesenta, contribuyendo a que la economía española lograra en unas pocas décadas situarse en el grupo de los países avanzados. Y qué duda cabe de que actualmente el sector turístico sigue teniendo un gran papel en la economía española, como hemos mencionado inicialmente. En definitiva, el potencial de crecimiento del turismo es muy elevado, tanto en los países en vías de desarrollo como en los más avanzados.

Han destacado Maroto y Cejudo (2010) que a finales del año 2009 se celebró en Gijón (España) el XIV Congreso que la AECIT, evento en el que sus organizadores propusieron reflexionar y debatir sobre un tema de gran trascendencia: “Retos para el turismo español. Cambio de paradigma”. Las propuestas presentadas se agruparon en una serie de bloques temáticos. En el primer bloque se insistió en la búsqueda de un modelo paradigmático nuevo y de utilidad para el turismo español, lo que en todo caso exige la participación y la responsabilidad de todos los componentes del sistema turístico.

El segundo bloque temático se dedicó al empleo y a la cualificación en turismo. Y de manera específica a los retos del sistema educativo español. Se concluyó que, en virtud del Plan del Turismo Español Horizonte 2020, resulta a todas luces imprescindible mejorar la formación de los recursos humanos, problema que se ha tratado de conseguir desde distintos frentes. Uno ha sido impulsando la formación reglada con la potenciación de la formación profesional orientada hacia las necesidades de las empresas turísticas y la creación desde 1996 de los estudios universitarios de turismo, ahora adaptados al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).

El cuarto bloque se dedicó al análisis de las nuevas estrategias para mejorar la imagen de destinos turísticos, para impulsar su promoción y su competitividad. Ello exige profundizar en el análisis de los componentes de la imagen de los destinos turísticos a fin de lograr conocer y potenciar la percepción positiva que se tiene antes, durante y tras la experiencia turística del cliente en el destino, aspectos todos ellos que ayudaran a identificar y también a modificar y/o adecuar las estructuras cognitivo-afectivas de los visitantes respecto al destino turístico.

Por tanto, podemos concluir, llegados hasta aquí, que el sector turístico posee una importancia fundamental tanto en tiempos de crisis como sin ella, ejerciendo un papel “push/pull” en los sistemas económicos de todos los países, estén o no en vías de desarrollo. Que las empresas turísticas deben adoptar nuevas estrategias que en todo caso conlleven enfoques de orientación al cliente. Por último, que es necesario adoptar nuevos modelos de formación de los recursos humanos, en parte auspiciados, al menos a nivel formal y universitario, por los títulos de Grado en Turismo en el contexto del EEES.

2.- Las estrategias competitivas de las empresas turísticas

Medina y García (2004) y Flores (2011) son de la opinión de que, ante un entorno tan dinámico y competitivo como el que experimenta la actividad turística actualmente, la gestión estratégica para las empresas que operan en dicho sector se convierte en una herramienta fundamental que les permite diferenciarse y ser más rentables que sus competidores (en términos de Porter, 1999). De tal forma que la gestión estratégica se convierte en una forma de “hacer las cosas” encaminada a conseguir una ventaja competitiva sostenible (Rodríguez y Guisado, 2003).

Entre los escasos estudios sobre las estrategias de las empresas turísticas, destaca el realizado por Poon (1998), quien identifica cuatro estrategias competitivas cruciales para el éxito de las empresas turísticas:

• La orientación al servicio centrado en la calidad y en la formación de los recursos humanos.

• La mayor consideración de los consumidores turísticos y de sus crecientes niveles de exigencia.

• La utilización de las tecnologías de la información.

• El fortalecimiento de la posición estratégica de la empresa dentro de la cadena de valor.

Medina y García (2004) y Medina y González (2010) sugieren las siguientes tendencias estratégicas:

Contemplar los aspectos medioambientales y socioculturales de la oferta turística

Dar mayor importancia de la calidad y de los atributos del servicio

Personalización del servicio frente a la estandarización

Creciente utilización de las tecnologías de la información como método competitivo

Utilización del marketing y gestión de bases de datos de clientes

Diversificación

Mayor dominio de las cadenas hoteleras frente a las independientes

Especialización de las empresas de menor tamaño

El desarrollo de nuevos conceptos de hoteles

El re-posicionamiento de la marca

Mayor confianza en la información para la toma de decisiones

Importante papel de los recursos humanos como método competitivo

La contratación de directivos que aportan valor añadido a la empresa

En definitiva, puede observarse, una vez más, cómo la prestación de un servicio de calidad, basado en la cualificación de los recursos humanos y la incorporación de las nuevas tecnologías de la información, se convierte en el contenido de la estrategia competitiva a seguir por las empresas turísticas en un entorno en el que la competencia cada vez se hace más intensa (Gutiérrez y Rubio, 2009). Podría decirse que la mayor parte de las estrategias competitivas de la empresa turística se basan en una serie de recursos intangibles tales como: la información, la imagen de marca y los recursos humanos cualificados. Dichos recursos intangibles los podemos clasificar en tecnológicos, comerciales, organizativos y humanos.

Así pues, añaden Muñoz y García (2004), las ventajas competitivas de las empresas turísticas, tal y como ponen de manifiesto los trabajos realizados, no van a estar ya en la calidad de los atributos visibles de los productos, sino en aquello que no es fácil de imitar, es decir, en los recursos intangibles (en lugar de los tangibles), y en las capacidades y competencias adquiridas por las empresas para explotarlos.

En el futuro la estrategia inversora consistirá en la creación de empresas dedicadas a elaborar auténticas experiencias turísticas, lo más completas posible, en los propios destinos. Y es que, insistimos, la mayor parte de la comunidad científica que estudia en la actualidad la economía de la empresa del turismo se centra en el enfoque de demanda, frente al tradicional enfoque egocéntrico de oferta (Valls, 2003).

3.- La formación de directivos de empresas turísticas desde la Universidad: el Grado en Turismo

Lillo, Ramón y Sevilla (2007) también mantienen que los importantes cambios acaecidos recientemente en el sector turístico han modificado el panorama del mercado turístico mundial y le han enfrentado a nuevos retos y oportunidades. Ello ha supuesto la necesidad de analizar qué nuevos factores y estrategias garantizan la competitividad de las empresas del sector. En este sentido es a todas luces imprescindible analizar el papel clave del capital humano turístico como elemento de la estrategia competitiva de la empresa turística en un nuevo

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