Inteligencia Emocional En El Liderazgo
roresal14 de Mayo de 2013
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TRABAJO
TALLER “DESARROLLO COMPETENCIAS INTERPERSONALES”
TEXTO: “INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL LIDERAZGO”. Capítulos II y III
AUTOR: NUREYA ABARCA
Al leer los dos capítulos del texto, queda de manifiesto la importancia que tiene la inteligencia emocional en el liderazgo. Las personas que conocen y manejan bien sus propios sentimientos e interpretan y se enfrentan con eficacia a los sentimientos de los demás, cuentan con ventajas en cualquier aspecto de la vida.
Para lograr éxito laboral, se debe saber cómo: dirigir personas, manejar las tareas día a día, auto dirigirse para maximizar el trabajo y manejar la carrera con prudencia. En estas tareas juegan un rol fundamental, la inteligencia intrapersonal que nos permite descubrir y simbolizar sentimientos complejos y diferentes, además de leer intenciones y deseos de otros individuos; la inteligencia interpersonal que nos ayuda a desarrollar habilidades de liderazgo, capacidad de cultivar y mantener las relaciones de amistad, de resolver conflictos y la destreza en el análisis social; y la inteligencia social que favorece adquirir conocimiento observando e imitando a otros en un contexto social, teniendo este aprendizaje dos elementos importantes: seguridad de manejar adecuadamente una situación y reconocer como positivas las consecuencias que tiene la acción del modelo.
En nuestra tarea de educador es fundamental tener en cuenta que para el desarrollo personal e identidad del niño o adolescente, la clave son las relaciones interpersonales, ya que la identidad de una persona se construye a partir de las relaciones con los demás. Debemos desarrollar habilidades sociales que permitan fortalecer lazos entre ellos, aprovechando la diversidad de un curso; habilidades verbales para que tengan mayor capacidad de autocontrol; al igual que los padres , ser modelos de conductas de auto control y enseñarles a expresar correctamente las emociones. También debemos tener claro las etapas de la inteligencia social para ayudar a desarrollarla en la vida de un niño: a los 2 años más o menos, no se puede romper el vínculo con su hogar y sus afectos, imita expresiones faciales como reafirmación a los sentimientos y conductas; luego, a los cinco años, se pone en contacto con más elementos discriminativos guiados por la terminología y los significados; posteriormente se siente afectado por fuertes sentimientos que lo impulsan a centrarse en su propia condición de individuo distinto a los demás.
El niño en edad escolar se relaciona en forma más flexible con otros, va más allá de su círculo familiar, busca la justicia en extremo, es excesivamente social y gobernado por normas, se centra en lo que puede hacer y si logra hacerlo, tiene patrones de amistad y la incapacidad de relacionarse con los demás lo considera un fracaso.
Luego, en la adolescencia logran una mayor armonía, quieren ser apreciados por los demás, pero reconocen que deben mantener algo en el ámbito privado, existe un mayor sentido de identidad.
Debemos tener presente que para construir una relación con otro, hay que ser emocionalmente inteligente, es decir, conocer las emociones propias y ajenas para manejarlas cuando sea apropiado y también conocer el efecto que causan dichas emociones en los demás y hacerse responsables de ellas.
En la actualidad, donde los niños y adolescentes ven tanta violencia, es necesario contribuir a manejar la rabia: reconocerla y aceptar que existe, expresarla en forma directa y descriptiva cuando sea conveniente y concentrarse en tareas y resultados que se deben lograr.
Además, creo importante enseñar a los niños y jóvenes de hoy a desarrollar la resilencia, ayudándoles a conocerse a sí mismo, a lograr independencia, a tener iniciativa, a mantener relaciones sanas, a usar la creatividad,
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