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La Gestion, El Liderazgo Y La Inteligencia Emocional


Enviado por   •  21 de Agosto de 2013  •  2.633 Palabras (11 Páginas)  •  666 Visitas

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“La inteligencia emocional puede proteger la salud y fomentar el crecimiento de las organizaciones. Si una empresa tiene las aptitudes que broten del conocimiento de uno mismo, la autoregulación, motivación y empatía, habilidad de liderazgo y comunicación abierta, es probable que sea más adaptable a lo que el futuro traiga” – Daniel Goleman.

Los seres humanos tenemos la capacidad de recibir, guardar y asimilar información para aprender, reconocer y relacionarnos con los demás. Esta capacidad nos da la facultad de controlar nuestros actos y las reacciones que tenemos frente a las situaciones. El término “Inteligencia Emocional” fue utilizado por primera vez en 1990 por los psicólogos Peter Salovey de la Universidad de Harvard y John Mayer de la Universidad de New Hampshire y se empleó para descubrir las cualidades emocionales que parecen tener importancia para el éxito. Es así como la inteligencia va ligada a las emociones pues son estas a través de nuestros sentimientos, habilidades y aptitudes las que nos permiten interactuar con el mundo que nos rodea.

Dentro de la gestión y el proceso gerencial, lo traducimos como la influencia que podemos tener en los subordinados para interiorizar el éxito de la empresa donde laboran como su éxito personal, de esta forma se consigue mejorar el desempeño de toda la organización, haciendo sentir al capital humano que su participación y compromiso constante los hacen desarrollarse a nivel individual, lo anterior lo definimos como liderazgo, una habilidad gerencial que debe ser transmitida y ejercida por los administradores de cada departamento. Esta habilidad va apoyada de herramientas como una adecuada comunicación y motivación que fomenten la confianza, las relaciones internas y finalmente se traduzcan en ventajas competitivas para la empresa pues se crea la colaboración, el entusiasmo, el interés y el apoyo por parte de un equipo que apalanca la victoria de la organización dando paso al mejoramiento continuo, la innovación y la investigación pilares que permiten la continuidad de la organización a través de las situaciones actuales y las que se enfrenten a futuro. “Liderar es dar energía", el modo en el líder influye en las emociones del grupo es clave para la energía del mismo. El arte del liderazgo no consiste en el cambio por si solo sino en la manera de implementarlo y se puede ver afectado por ejemplo, con la expresión facial o el tono de voz del líder lo que puede tener un alto impacto en el equipo. En contraste con el poder y la autoridad formal brindada por la empresa, el líder debe poseer la aptitud de la influencia para ser tal.

Los líderes deben poseer la aptitud del manejo de conflictos, saber manejar con tacto situaciones tensas y personas difíciles, o incluso detectarlas antes que se generen. Las personas dotadas de esta característica saben cambiar de roles según las necesidades que surgen de la negociación, desde iniciadores y coordinadores hasta dinamizadores, conciliadores o estimuladores. Esta aptitud es vital porque toda negociación lleva una carga emocional y el que sea más "inteligente emocionalmente" poseerá una ventaja clave sobre la otra parte. Para ser un buen líder se requiere carisma, inteligencia, poder de convencimiento, sensibilidad, integridad, arrojo, imparcialidad, ser innovador, simpatía, cerebro y sobre todo mucho corazón para poder dirigir a un grupo de personas y que estas lo sigan voluntad propia, motivándolos, estimulándolos y así alcanzar las metas deseadas, y que cada quien se sienta satisfecho y tenga la sensación de ganancia y no de pérdida.

Cuando los líderes encauzan las emociones en una dirección positiva, movilizan lo mejor de las personas provocando un efecto denominado “resonancia”. Cuando, por el contrario, lo hacen en una dirección negativa, generan “disonancia”. Las personas más resonantes son las que sintonizan mejor con los demás y las que mantienen relaciones más transparentes; alientan en el grupo una sensación de bienestar que les lleva a compartir las ideas, aprender uno de otro y asumir decisiones grupales.

Pero no todo son rosas en la vida, también existen desventajas. La facilidad con que las emociones se extienden del líder al grupo puede generar lo que Goleman denomina "incontinencia emocional", refiriéndose a emociones destructivas que pueden filtrarse de arriba hacia abajo en el caso de un liderazgo arrogante o arbitrario logrando la desmoralización de la gente. Pero vale aclarar que una característica del líder firme es la capacidad de decir que no con decisión, sin por eso desmotivar. Un líder fuerte no actúa como cerebro del grupo ni toma decisiones autónomas sino que coordina y estimula para lograr el consenso. Cuando el líder expresa su idea demasiado pronto puede llegar a producir un efecto "tiene razón, no opinemos" en sus miembros por lo que es conveniente que no opine de entrada. En este sentido, los jefes de equipo lideran mejor cuanto menos lideran.

Por su parte, el líder disonante crea grupos emocionalmente discordantes en los que las personas tienen la sensación de hallarse desconectados de los demás y, en ocasiones, con una sensación de incomodidad constante. Estos líderes carecen de las habilidades fundamentales de la inteligencia emocional que les ayudarían a movilizar la resonancia.

En la actualidad se otorga mayor interés por parte de las empresas a aquellas competencias y capacidades del personal para responder a los cambios, enfrentarse a los retos, auto motivarse, auto controlarse, generar empatía, sociabilidad, modestia, discreción, capacidad de escucha, de resolver conflictos, creatividad, potencial de liderazgo y otros valores innatos en cada individuo y pueden servir de apoyo para sobrellevar los cambios en el entorno económico de las compañías, a todas las anteriores las identificamos dentro de la inteligencia emocional (IE), que intenta medir aquellas habilidades y aptitudes que no se ven reflejadas totalmente en la inteligencia cognitiva la cual muestra el razonamiento lógico y el analítico.

Por lo antes mencionado hoy en el mundo organizacional se valoran asuntos que hace una década carecían de importancia para el éxito de las empresas, es así como el liderazgo y la inteligencia emocional han sido tomados en cuenta para la definición de los objetivos de las compañías, los valores institucionales, el ambiente laboral, las políticas de incentivos y el sentido de pertenencia, entre otros. Incluso las evaluaciones psicotécnicas que se aplican para las convocatorias a cargos en las grandes compañías tienen pruebas en las que se ven reflejadas las capacidades y aptitudes de los aspirantes en ambas ramas pues desde allí se puede identificar si su personalidad y principios coinciden con los ideales

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