LA ESCUELA COMO ÁMBITO DE PARTICIPACIÓN
elviarmenta11 de Octubre de 2013
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TEMA 4. PARTICIPACIÓN
4.1 Educación para la participación
4.2 El trabajo en equipo
4.3 La escuela como ámbito de participación
Introducción
En la participación los miembros de una comunidad se saben estrechamente unidos entre sí, y responsables de intervenir racional y coherentemente en los aspectos que les atañen a todos.
Algunas de sus características son:
• Implica interacción, cooperación e integración
• Es natural en la persona
• Da resultados
• Tiene ventajas comparativas
• Es el núcleo central del liderazgo
• Encara fuertes resistencias e intereses
• Avanza gracias a políticas y estrategias orgánicas y activas
Esta participación es más viable en las llamadas sociedades nominales, que reconocen a todos y a cada uno de sus miembros, por su identidad personal. En estas sociedades —como sucede en algunas comunidades de México— la palabra comprometida es un vínculo más fuerte que el contrato. En una sociedad anónima, la persona no cuenta como tal, es sólo un instrumento de consumo o de producción pero no es Sujeto, con identidad propia.
La familia y la escuela son comunidades nominales
4.1 Educación para la participación
Nuestro contexto histórico, nos exige reeducar para la participación. El Estado, durante muchos años, impuso políticas generales que no favorecieron la presencia de los actores sociales, recordemos que por más de 70 años hubo una dictadura de partido. Los medios de comunicación y el éxodo de una buena parte del sector juvenil masculino a Estados Unidos, ha modificado la herencia de nuestra cultura centenaria e intensificado la influencia de modelos extranjeros que se apartan de las raíces comunitarias de la sociedad mexicana. Hoy transitamos de un comunitarismo que fue la base de la construcción social de México a un individualismo que fue la base de la construcción social de Estados Unidos.
Para fortalecer nuestra identidad necesitamos rescatar la capacidad crítica y participar activamente en la definición de nuestros valores y principios rectores en la vida civil. Esto permitirá el respeto por los valores de otros grupos y nos dará el conocimiento necesario para exigir el respeto a los que consensuadamente elegimos como rectores de nuestra vida común.
Para favorecer la participación hemos de ser conscientes de que ésta implica libertad, responsabilidad y respeto al bien común..Sin duda, el derecho a la libertad supone no sólo tomar decisiones sino también conocer sus consecuencias para uno mismo y para los demás y responsabilizarse de ellas. La idea es vivir la libertad en el respeto al bien común.
La escuela es capaz de establecer ámbitos de libre acción y responsabilidad, desde una perspectiva colectiva y participada de las normas de convivencia. De este modo los alumnos no sólo comprenderán la concepción social de las normas sino que se promoverán, en la vida cotidiana, procesos democráticos. Asi, un maestro líder educativo puede, por ejemplo, redactar junto con sus alumnos un reglamento interno sobre comportamientos dentro y fuera del aula, las normas de disciplina, los turnos y el comportamiento que favorezcan un clima de aprendizaje y convivencia.
La participación se encuentra estrechamente relacionada con la solidaridad. Cuando en un grupo existe identidad comunitaria, sus miembros se apoyan entre sí y son solidarios en cuanto a los fines comunes. Esto último significa que se plantean objetivos comunes por encima de los individuales. Así, cada miembro del grupo hace suya la meta -comunitaria no personal—, y procura alcanzarla con la ayuda de todos.. Un ejemplo de esto es un grupo de primero de secundaria que intenta aprender Álgebra. Cuando existe un ambiente competitivo entre los alumnos se propician metas individualistas, por ejemplo: “yo sí me saqué 10”. Por el contrario, cuando existe “identidad de grupo” se favorecen las metas comunes y el apoyo de los alumnos se incrementa, por ejemplo: “yo te ayudo a estudiar, 1º A debe ser el mejor grupo”.
La preocupación colectiva por los procesos grupales es algo que, se estimula en la medida en que se plantean los objetivos escolares como posibles logros de. Grupo, no de cada individuo. .
De esta forma, se puede generar un proceso de responsabilidad colectiva por los logros comunes, e incrementar la identidad y el compromiso solidario por mejorar, no sólo como individuo sino como miembro de un grupo. Cuando un profesor fomenta la solidaridad a través de diferentes actividades académicas, musicales, deportivas, etcétera, ésta se ve reflejada en el comportamiento solidario de sus alumnos hacia los demás miembros de la comunidad escolar, familiar y social.
4.1.1 Los principios del cooperativismo
La solidaridad se puede entender como cooperativismo y en este carácter tiene dos modos de manifestarse:
• Como expresión de fraternidad humana
• Como característica del ser humano
La benevolencia por lo humano, en primer lugar por el débil, se concreta en la promoción de la justicia. Esto podrá realizarse si se ve en el que pide ayuda una ocasión de vivir la justicia y fomentar el bien de la sociedad. El líder educativo enseña a su educando, a través del ejemplo, a cuidar de los miembros más necesitados de su comunidad: discapacitados, enfermos, ancianos. De esta manera, se desarrollan hábitos de reciprocidad social.
El cooperativismo es una línea ética para afrontar los problemas urgentes de la sociedad, buscando el bien social por encima del individual o de grupos. Para lograrlo son fundamentales la reciprocidad y la solidaridad. La primera alude a la a participación activa; la sgunda, a la identidad grupal y a la búsqueda del bien de los que conforman ese grupo. El punto medio entre participación e imposición, entre identidad y anonimato es el respeto y la lealtad.
Asumir la responsabilidad de nuestros actos es comprometernos con nuestras decisiones, lo que supone una acción presente que reconoce legados del pasado con consecuencias en el futuro. Así, cuando nos enamoramos y nos comprometemos con nuestra pareja, estamos asumiendo que el legado del amor se hará presente en el futuro y se consolidará en una comunidad de vida.
Cuando los docentes somos coherentes y vivimos los valores de solidaridad, responsabilidad y compromiso, estamos en condiciones para formar de manera integral a nuestros alumnos y quizás también a sus familias, en los valores de identidad, libertad y compromiso, equidad y justicia, solidaridad y congruencia. En pocas palabras, para educar en la participación.
Un elemento esencial para la participación es la autonomía, que no significa independencia desvinculada, sino la libre decisión de colaborar concientemente en los procesos sociales, en calidad de promotor, moderador o rémora del cambio..Los docentes henos de saber participar como líderes o como seguidores, y de hacerlo en equipo. En la comunidad escolar, los actores participantes son los maestros, el personal administrativo, los intendentes, los alumnos y las familias. La institución escolar articula en su seno la actividad participativa de estos actores sociales y es copartícipe de la calidad de vida que resulte de sus relaciones.
4.2 El trabajo en equipo
La verdadera participación se da cuando hay equipos
que velan por un objetivo común.
Esta modalidad implica la existencia de un grupo de personas trabajando en forma coordinada para la ejecución de un proyecto. Los grandes edificios construidos durante la Colonia son una muestra de un trabajo en equipo, organizado y ejecutado por los societarios de ese tiempo.
Para rescatar la tradición del trabajo en equipo se sugiere que:
• El equipo responda del resultado final y no cada uno de sus miembros, de forma independiente.
• Cada miembro se especialice en un área determinada del proyecto.
• Cada miembro del equipo sea responsable de una tarea y consciente de que sólo si todos cumplen su función, será posible sacar el proyecto adelante.
• Se visualice cono un trabajo que va más allá de la suma de las aportaciones individuales.
Sabemos por experiencia que no basta trabajar en una misma organización para constituir un equipo, también es necesario que una persona compense con su fuerza la debilidad de otra y que todos agucen su ingenio para resolver las asuntos de interés colectivo.
El equipo se complementa, se forma y se refuerza
4.2.1 Características del trabajo en equipo
El trabajo en equipo se basa en las "Cinco Cs":
1. Complementariedad: Cada miembro domina una parcela determinada del proyecto. Todos estos conocimientos son necesarios para sacar el trabajo adelante.
2. Coordinación: El grupo de profesionales, con un líder a la cabeza, debe actuar de manera organizada para sacar el proyecto adelante.
3. Comunicación: El trabajo en equipo exige una comunicación abierta entre todos sus miembros, esencial para poder coordinar las distintas actuaciones individuales. El equipo funciona como una maquinaria con diversos engranajes; todos deben funcionar a la perfección, si uno falla el equipo fracasa.
4. Confianza: Cada persona confía en el buen hacer del resto de sus compañeros. Esta confianza la lleva a anteponer el éxito
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