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LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO: DESAFÍOS SOCIALES Y RETOS EPISTEMOLÓGICOS


Enviado por   •  9 de Enero de 2014  •  7.658 Palabras (31 Páginas)  •  520 Visitas

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LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO:

DESAFÍOS SOCIALES Y RETOS EPISTEMOLÓGICOS

León Olivé

http://educa.upn.mx/index.php

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Introducción

En esta charla abordaré la problemática de la relación entre la ciencia, la tecnología y la sociedad, enfatizando algunos desafíos epistemológicos y otros de un tipo diferente, como los éticos, que hoy en día se combinan con los anteriores en virtud de las formas del actual desarrollo científico-tecnológico. Discutiré esto en relación con el concepto central de la charla, que es un concepto que se ha puesto de moda en tiempos recientes, el de “sociedad del conocimiento”.

Sociedad de la información y sociedad del conocimiento

Comenzaré mediante algunas aclaraciones sobre el concepto de “sociedad del conocimiento”, el cual con frecuencia se confunde con el de “sociedad de la información”. Ciertamente, en las últimas décadas de la segunda mitad del siglo XX ha habido un gran desarrollo científico y tecnológico que ha tenido un fuerte impacto en las llamadas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), lo que a su vez ha traído como consecuencia nuevas formas mucho más intensas de comunicación como la comunicación por medio de las redes satelitales, incluyendo Internet.

Todo esto ha permitido una producción de conocimientos mucho más acelerada, como nunca se había visto en la historia de la humanidad, entre otras razones porque ha permitido la interacción intensa de grupos de investigación en diferentes partes del mundo y una acumulación de la información así como una capacidad de procesarla nunca antes vista.

Pero debemos subrayar que no son lo mismo la sociedad del conocimiento y la sociedad de la información. La sociedad de la información suele referirse a un fenómeno básicamente tecnológico, que tiene una base científica, y que se manifiesta como un abrumador desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación. Por su parte, el concepto de sociedad del conocimiento, si bien se utiliza de varias maneras distintas, sin un significado unívoco y unánimemente aceptado por los especialistas, se refiere a una serie de fenómenos más complejos.

Pero debemos advertir en primer lugar que el concepto de sociedad del conocimiento es problemático porque el conocimiento, como es bien sabido, ha sido indispensable en todas las sociedades humanas. Simplemente es inconcebible que exista una sociedad humana sin conocimiento, sin conocimiento de ella misma y, sobre todo, de un conocimiento sobre su entorno que le permita interactuar con él.

Si pensamos en las sociedades primitivas de cazadores y recolectores, ahí está implicado un conocimiento incluyendo una variedad de técnicas, como las técnicas de caza y recolección. Posteriormente se desarrollaron otras técnicas en sociedades más avanzadas, como las agrícolas, es decir, las técnicas de cultivo, y desde entonces hasta nuestros días podemos observar que es impensable una sola sociedad que pueda sobrevivir sin conocimiento.

Pero si el conocimiento es necesario en toda sociedad humana, ¿por qué se ha puesto de moda este concepto de sociedad del conocimiento? ¿Y a qué se refiere?

Parte de la explicación se debe a un fenómeno típico del siglo XX que constituyó una novedad en la historia, y que es una de las causas de las transformaciones tecnológicas que dieron lugar a las TIC, por una parte, así como a novedosos sistemas de producción económica, por la otra, que en gran medida llevaron a la idea de sociedad del conocimiento.

Se trata del advenimiento de ciertos sistemas que algunos autores han llamado “tecnocientíficos” (concepto sobre el que volveremos en un momento). Estos sistemas ciertamente se basan en conocimiento científico y han pasado a formar parte de los sistemas de producción en el sentido estrictamente económico, de una manera que es igualmente novedosa en la historia. Por esto, el significado más usual del concepto es el que reduce la idea de sociedad del conocimiento a una sociedad cuya economía está basada en el conocimiento.

Por eso no debemos pensar que este uso del concepto es equivocado, aunque adelante veremos que es limitado, pues ciertamente lo que ahora estamos viviendo es el surgimiento de las llamadas economías basadas en el conocimiento, donde el mismo conocimiento se vuelve una materia prima que es transformada, generando nuevos conocimientos que tienen un valor añadido, es decir, esos procesos de transformación de conocimientos producen mercancías que puede intercambiarse en el mercado y de ese modo generan plusvalía.

Lo que hemos estado viendo en las últimas décadas es un surgimiento de mercados de conocimientos. Esto puede apreciarse, por ejemplo, en la compra-venta de software. El valor de una mercancía como el software no es material, ya que el soporte físico prácticamente no tiene valor; lo valioso es el contenido, pues presupone y en él se plasma una gran cantidad de trabajo intelectual y de conocimiento.

Este fenómeno se refleja en algunas cuestiones que en principio parecerían banales, pero que no los son, pues a la vez son indicadores de otros grandes problemas que se han venido acumulando en la transición hacia las llamadas sociedades del conocimiento. Si pensamos quién era el hombre más rico del mundo hace 50 años y en qué basaba su riqueza, se decía que era un señor Rockefeller, cuya fortuna estaba basada en la explotación de un recurso natural, el petróleo, es decir en la extracción de materias primas.

Aunque se hacía una transformación de esas materias primas mediante sistemas tecnológicos, la riqueza básicamente provenía de la posesión y explotación de esas materias primas. En cambio ahora suele considerarse al señor Bill Gates como el hombre más rico del mundo y su fortuna está basada en desarrollos tecnológicos que no suponen una transformación de materias primas, sino que se trata de desarrollos basados principalmente en trabajo intelectual, en la transformación y generación de conocimientos que son comercializados.

En una sociedad industrial, en una fábrica que produce digamos zapatos, básicamente se contrata una mano de obra barata no especializada o con poca especialización, se trata principalmente de entrenar operarios para manejar determinadas máquinas, y mientras más grande la empresa y mayores

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