LA UNIVERSIDAD FUENTE DE ENSEÑANZA

LA UNIVERSIDAD FUENTE DE ENSEÑANZA

El enfoque de la enseñanza superior siempre ha sido, el brindar el conocimiento a los universitarios y proclamar una ideología en ellos. Pero el problema que vemos hoy en día, es el bajo número de egresados que estas casas de estudios tienen cada año. Por factores económicos, sociales o de aprovechamiento, muchos jóvenes truncan su carrera o no puedan ingresar a las filas de una universidad. Pero también un factor importante es el desapego por el estudio superior de los alumnos que ya cursan la universidad, el no valorar esa oportunidad o no sentirse parte de una casa de estudios universitarios.

Antes de hablar de ello, tenemos que comprender cuál es el significado de la universidad, como definición de diccionario encontramos que la universidad es la Institución de enseñanza superior que comprende diversas facultades, y que confiere los grados académicos correspondientes, según la Real Academia Española, pero esta definición solo engloba su función administrativa y no profundiza en su labor.

La universidad nace en la Europa medieval, aunque tiene antecedentes en culturas Griegas, Romanas y Arábigas. Al inicio no se concebían con el nombre de universidad, no fue hasta el año 533 que el emperador Justino en una de sus obras jurídicas aparece la palabra universitas, significando agrupación, corporación, gremio, comunidad, colegio o sociedad.

La era de la universidad en tiempos medievales, estuvo ligada a quienes en ese momento controlaban la educación, los monasterios y catedrales, muchos de ellos llegaron a recibir el nombre de studium generale. Esto no es de extrañarse, ya que la iglesia ha estado relacionada con el gobierno y la educación desde el inicio de ambos. Con el paso del tiempo, la universidad se deslindó de estas relaciones y tomando caminos para llegar a ser lo que hoy conocemos.

Pero algo que no ha cambiado y se siguió agudizando con el paso de los años, fue la dificultad de poder acceder a estos estudios, siendo así un privilegio, el poder acudir a una universidad. Como lo comenta Ortega y Gasset (1930) la universidad es el lugar privilegiado de la formación intelectual, que se encarga de proyectos técnicos, morales, científicos y sociales. Un privilegio que no muchos podían tener y solo la clase adinerada llenaban las aulas de las universidades.

Así mismo y reforzando lo expuesto por Ortega y Gasset, comenta Bruner (1989) “alrededor de 1959 había 75 universidades en Latinoamérica con una inscripción no superior a 270 000 estudiantes”. Esto nos dice del elitismo en esa época, la dificultad para poder ingresar a una institución de educación superior, era determinados por factores económicos o sociales, las clases altas o acomodadas de una sociedad eran quienes gozaban de esta oportunidad de pertenecer a una institución de educación superior.

En la actualidad los procesos de admisión, encabezan esta selección y determinan quienes entran. Concretando con ello la idea que Ortega y Gasset presenta, el privilegio de poder acceder a la enseñanza superior inicialmente era por estatus y poder económico, posterior a ello, la selección por conocimientos, es decir, solo están los que merecían estar gracias a sus conocimientos obtenidos en los niveles educativos ya cursados.

Dicha exclusividad, se podría solucionar universalizando la universidad, pero esto crea una nueva problemática, como lo expresa Bonvecchio (1991) el problema de universalizar la universidad, supone, en consecuencia, la previa determinación de lo que son ese saber y esa enseñanza universitaria.

No solo es abrir las puertas y que todos entren a la universidad, es la valoración de los saberes y enseñanzas que la universidad otorga a sus alumnos y si no están preparados para ello no podrán florecer dentro de ellos y mucho menos en la sociedad. Esto lo podemos observar en la reciente selección de alumnos de la Universidad Pedagógica Veracruzana, la cual solo selecciono a 60 jóvenes de 150 postulados. El ingresar a esta casa de estudios, nos da el privilegio de egresar y obtener una plaza en el sector educativo y contribuir a la sociedad con los saberes obtenidos en ella.

En el camino quedaron posiblemente grandes estudiantes que no pudieron ingresar a esta gran casa de estudios. Pero en contra parte, los que si ingresaron, se deben preguntar ¿Cuánto valor le das al estudiar en una universidad? A esto Pérez (2018) señala lo siguiente:

A veces solemos quejarnos de tener que ir a la universidad, de tener que levantarse tan temprano por tanto tráfico, de un catedrático que pareciera no califica bien, de lo mucho que hay por leer y de las tareas que hacer. Pero realmente deberíamos agradecer el privilegio de poder acceder a la educación superior. Y lo llamó privilegio porque independiente de si tus papás pagan la matrícula, si trabajas para pagarla, o que hayas ganado una beca; formas parte de la mínima cantidad de jóvenes que están cursando estudios superiores.

El poder entrar a una universidad, ya es un logro, pero ese logro reduce su número al finalizar, al

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