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LOS GRANDES ESTILOS DE VIDA Y FACTORES DE RIESGO PARA LA SALUD.


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2015  •  Ensayos  •  3.395 Palabras (14 Páginas)  •  167 Visitas

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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE GUERREO

UNIDAD ACADEMICA DE ENFERMERÍA N°4

UNIDAD ACADEMICA DE NUTRICIÓN.

ADULTO SANO

Materia: Nutrición para la salud. (Electiva).

Asesor de la materia: Néstor Alonso Sánchez

Alumna: Kenia Lizbeth Aparicio Canales

Fecha de entrega:

Taxco el viejo a; jueves 25 de noviembre de 2015

ESTILOS DE VIDA Y FACTORES DE RIESGO PARA LA SALUD.

Las opciones en cuanto a estilo de vida, incluida la actividad, establecen el marco de desarrollo de la salud y el bienestar. La salud de las personas que viven en EE. UU. Ha mejorado en los últimos 55 años, en parte debido a que la educación ha dado lugar a cambios en el estilo de vida. La esperanza de vida mantiene su incremento (proyectado a 77,9 años), y las tasas de morbilidad y mortalidad por cardiopatías, cáncer y accidente cerebrovascular han disminuido. En 2007, la mortalidad global fue un 25% mayor en afroamericanos que en blancos; esto supone un avance no muy significativo con respecto a 1990, cuando la diferencia era del 37% (CDC, 2009a). Las enfermedades crónicas, como cardiopatía, accidente cerebrovascular, cáncer y diabetes, se cuentan entre los problemas de salud que más coste generan y que son susceptibles de prevención, siendo responsables de un tercio de los potenciales años de vida perdidos antes de los 65 años y del 75% de los gastos médicos del país (CDC, 2009b). Cuatro de estas enfermedades crónicas guardan relación con la dieta y el estilo de vida: las ECV, la diabetes, ciertos cánceres y la osteoporosis.

El sobrepeso y la obesidad son precursores o complican todas estas enfermedades. La prevalencia del sobrepeso, considerado como índice de masa corporal (IMC) de 25 o más, ha aumentado en todos los grupos de edad, aunque parece tender a mantenerse. Al analizar la salud general de los adultos, es importante considerar el IMC elevado como factor de riesgo de primer orden. La hipertensión, la hiperlipidemia y la hiperglucemia se registran, en ocasiones, al tiempo que la obesidad, dando lugar a lo que se conoce como síndrome metabólico.

Son muchos los riesgos de salud en el adulto asociados a la falta de ejercicio regular y los comportamientos alimentarios inadecuados, entre los que cabe citar la enfermedad arterial coronaria, ciertos tipos de cáncer, hipertensión, diabetes tipo 2, depresión, ansiedad y osteoporosis. No se puede alcanzar un estado de salud positivo sin una combinación de actividad física y opciones alimentarias que se ajusten a las necesidades personales de equilibrio energético y nutrición.

En el otro extremo del espectro del peso se sitúa el peso inferior al normal, frecuentemente acompañado de desnutrición. La anorexia nerviosa, la manifestación más patente de este estado, se da en ambos sexos en todo el espectro de edades. El peso no saludable o los problemas relacionados con el peso corporal no solo repercuten en la salud en su conjunto, sino que, en mujeres, pueden también afectar a la fertilidad y a la capacidad de concebir.

NUTRICIÓN Y PREVENCIÓN.

Los adultos están en una fase del ciclo vital ideal para la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad a través de la nutrición debido a la combinación de su experiencia vital y su influencia

Otro aspecto es la puesta en marcha de elecciones positivas y el movimiento de las personas a lo largo de un espectro continuo de un estilo de vida saludable. La mayoría de los consumidores son conscientes de las preocupaciones asociadas al estilo de vida y la dieta (IFIC, 2009). También son conscientes de las promesas implicadas para la buena salud que vienen con muchos de los mensajes que están circulando en los medios de comunicación, los amigos y los profesionales sanitarios. Pero es improbable que pasen de la conciencia a la acción sin una motivación mayor que otra promesa. A menudo, los consumidores no desean renunciar

a los alimentos que más les gustan ante el temor de que los más saludables no tengan buen sabor (ADA, 2008). Centrarse en el enfoque dietético total de hacer cambios graduales de alimentos y estilo de vida puede ayudar a reducir estos obstáculos. El programa Small Step, disponible a través del U.S. Department of Health and Human Services, es un ejemplo de este tipo de enfoque en un programa sencillo a través de Internet (USDHHS, 2006). «America on the Move» es otro programa que subraya los objetivos alcanzables mientras mantiene el equilibrio calórico a través de pequeños cambios. Pero los pasos hacia la prevención y la promoción de la salud, aunque pequeños, son responsabilidades personales que no pueden legislarse. Los estadounidenses tienen muchas opciones: qué y dónde comer, dónde recibir información y qué incluir en su estilo de vida o eliminar de él. Los adultos valoran en nuestra cultura la elección: es un derecho, aunque lleve a la mala salud, las enfermedades crónicas o la muerte. Algunos mensajes llegan a los adultos allí donde viven o trabajan. Los adultos de países desarrollados están ligados, en buena parte de los casos, a un lugar de trabajo. Se están realizando notables esfuerzos, tanto en el sector público como en el privado, para fomentar los comportamientos y programas relacionados con la nutrición saludable en el lugar de trabajo.

TENDENCIA Y PATRONES ALIMENTARIOS

Dónde se come, quién lo prepara y cuánto se consume son patrones de conducta y elección. No hay un «adulto» estereotípico cuando se trata de estilos de vida. Los adultos pueden vivir solos o en pareja, con o sin niños, trabajar fuera de casa o dentro de ella.

Las comidas familiares sentados han dejado paso a las comidas a toda prisa, para llevar o para recoger a través de la ventanilla del coche. Muy poco tiempo para planificar o preparar y habilidades culinarias limitadas pueden llevar a apoyarse en alimentos procesados, cocina rápida (combinar ingredientes procesados con ingredientes frescos) o más alimentos preparados fuera de casa. La actual situación económica y lo cambiante de las recomendaciones dietéticas plantean nuevos desafíos. El enfoque de alimentos densos en nutrientes resulta esencial (Miller et al., 2009). Es igualmente crucial hacer llegar mensajes comprensibles y concretos tanto a hombres como a mujeres, en especial cabezas de familia y responsables de la toma de decisiones.

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