LUIS SUÁREZ Y LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA INHUMANIDAD

LUIS SUÁREZ Y LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA INHUMANIDAD

El caso de Luis Suárez-Chiellini refleja aspectos muy oscuros y a veces inobservados de la especie humana, que es bueno reflexionar con un mínimo de rigor, para intentar hacerlos observables y que no sigan así reproduciendo la deshumanización de nuestra especie a través de la espiral de violencia. Constatamos una vez más lo que sostenían Konrad Lorenz y Juan Carlos Marín: la especie aun no es plenamente humana en lo cultural (sí en lo biológico), estamos mucho más cerca de lo que quisiéramos admitir del “eslabón perdido”, somos aún más un deseo que una realidad.

Siendo uruguayo de nacimiento y mexicano nacionalizado desde hace muchos años, he dedicado la mitad de mi vida al estudio y difusión de la educación para la paz y la noviolencia activa, por tanto escribo estas reflexiones no como una defensa de Suárez ni como ocultamiento de algo que debe corregirse (pero nunca con este tipo de castigos), ni como victimismo de las potencias futboleras que “conspiran contra Uruguay porque le tienen miedo a nuestra garra”, que tan bien encarna Suárez. Mi único afán tiene que ver con instalar un humilde principio de realidad y ayudar a construir un conocimiento que nos ayude a tomar conciencia de cuáles son los mecanismos sociales que nos deshumanizan constantemente. Lo hago, además, porque vivo en un país atravesado por una guerra -al menos desde los últimos seis años- construida desde el poder y muy mal llamada “guerra contra el narco” cuando en realidad es “contra la sociedad”, especialmente cruenta y llena de impunidad oficial, donde se manifiestan continuamente los mismos mecanismos inhumanos que vemos contra Suárez.

Con Luis Suárez se instaló en pocas horas un gran proceso de “deshumanización” sobre su identidad, imprescindible como primer paso para el “castigo ejemplar” que luego se le iba a aplicar: “borrarlo del mapa”. A partir de los medios, de autoridades, se procedió velozmente a “construir un monstruo” inhumano, desalmado, un “peligro para el fútbol mundial”, al cual posteriormente, en “forma natural”, se debería “exterminar” para que los “niños del mundo no siguieran su ejemplo”. ¿Quién desató y construyó este proceso de deshumanización? Una de las mayores trasnacionales del lavado de dinero en el mundo, con poderes por encima de los Estado-nación donde actúa, con una gran cantidad de sus miembros que acaban de vender por millones de dólares a Qatar los derechos del mundial del 2022, con un tribunal disciplinario integrado por miembros que nunca han sido futbolistas profesionales y muchos de países desconocidos en este deporte. ¿Con qué fuerza moral pueden esta institución y personas construir un “juicio moral” tan lacerante hacia otro humano cuyo pecado mayor fue “presionar sus dientes” contra el adversario más violento y provocador en un tiro de esquina?

Intentemos desentrañar los mecanismos que operan en el orden social -o sea, en nosotros-, que en mucho son “inobservados” para las mayorías, para que estas acciones inhumanas se reproduzcan constantemente. ¿Cuáles fueron los hechos sociales de la primera etapa del indispensable proceso de deshumanización de Luis Suárez? Se mostró masivamente en los medios una “prueba mágica” como irrefutable: se trata de un video donde no se ve buen la acción, pero que todos los medios interpretan contundentemente usando desde el inicio la palabra “morder” (como sinónimo de “canibalismo”), y el otro actor involucrado –Chiellini- corrobora mostrando las “huellas del delito”: unas marcas tenues en su cuello. Se saca a flote entonces, entre infames burlas, un “atavismo de le especie”: la antropofagia, el peligro de regredir a nuestras etapas más animales si no se elimina al menos rápidamente a ese “monstruo”, que nos recuerda todo lo que hemos avanzado como especie y a lo que podemos regredir si no nos “defendemos”. Como diría Fromm, se pone en “boca de un especialista” (periodista, FIFA, ex_jugadores…) una verdad que las masas asumen mágica y supersticiosamente como “absoluta” sin ninguna reflexión acerca de las pruebas, se acepta como verdadero el “discurso” y no el correlato empírico. He aquí una precondición para la instalación y reproducción permanente del “pensamiento infantilizado” en el orden social masivo, requisito indispensable para los “exterminios”: se “desaparece” la realidad objetiva y se construye una virtual e ideologizada.

El otro ingrediente fundamental para la “deshumanización de Luis Suárez” es reificar (congelar) su pasado -más lejano- constituyéndolo como un “estigma imborrable” en su vida, que siempre lo perseguirá: ya mordió dos veces…por tanto lo seguirá haciendo porque “incluso necesita tratamiento psiquiátrico” (el “Mundo patas pa’arriba”, diría Galeano), y entonces ni se “discute” que volvió a morder, como bien confirma “el especialista”. Todas sus acciones positivas y ejemplares del último año se “borran” de la memoria colectiva para reforzar el “estigma”. Claro, se saca a flote sólo una parte del pasado oscuro, borrando de la memoria de las masas que hace menos de una semana esos mismos medios y autoridades habían sacado a flote, respecto al mismo jugador, al pasado inmediato de hace un mes donde este mismo atleta entregó todo su ser para jugar el mundial y ser el héroe que eliminó a los ingleses. En menos de una semana se dieron dos construcciones sociales opuestas de héroe-villano, a partir de una presión mediática brutal, borrándose en la segunda –la del exterminio- toda huella o memoria de la primera, sin que las masas tuvieran la más mínima conciencia y crítica de ello. En realidad, se le está “condenando” por su pasado lejano, no por el hecho presente, que, en caso

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