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La Enseñanza Es Amar


Enviado por   •  11 de Enero de 2015  •  1.704 Palabras (7 Páginas)  •  171 Visitas

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Increíblemente, Enseñar es Amar

Indudablemente la vocación es algo que nos llega como regalo celestial y de nosotros dependerá el desarrollarnos dentro de lo que amamos o frustrarnos haciendo funciones en esta vida que no nos satisfacen.

Constantemente escuchamos sobre la Educación Nacional, la Educación Mundial y tantos tipos de educación que se pueden manejar, sin embargo pocas veces pensamos en que es ser un educador y que es ser un maestro, cual es las diferencia que existe, y aunque ambas son bellas por su naturaleza, tienen un gran diferencia; educar, es trasmitir formas de comportamiento de acuerdo a la sociedad en que vivimos, normas, constituciones, respeto hacia nuestros semejantes entre otras cosas; mientras que ser un maestro es saber que vamos a enseñar, porque lo vamos a enseñar, para que lo vamos a enseñar y en qué condiciones estos conocimientos se podrán utilizar.

Existe el dicho “La educación se mama”, haciendo referencia a los principios aportados de casa y las normas que regularan nuestro comportamiento en una sociedad, sin embargo la escuela se convierte en el complemento para la educación total de cada individuo, es verdad que nuestros padres son los primeros en darnos educación, sin embargo no hay un manual del padre para llevarnos a buen o mejor puerto de lo que podríamos llegar; mientras que la escuela es un conjunto de investigaciones a lo largo de las generaciones que permiten formar un programa, pero en este medio hay enseñadores (educadores e/o instructores) los cuales solo se preocupan por la trasmisión de estos conocimientos y por terminar un programa a tiempo y sin errores, pero también existen LOS MAESTROS, esos que atesoran a cada alumno como un diamante, como un ejemplo de vida dentro de sus propias vidas, existen esos seres que hacen un profesorado con todo el amor de su alma y que no solo saben que el amor construye sino que saben que es lo que van a construir y como lo van a construir, saben que la experiencia de un año es aprendizaje para ellos, que no solo les importa contar cuánto dinero reciben por quincena sino cuantas sonrisas se ganan por día, cuantos saludos tienen por semana y cuantos agradecimientos llegan a recibir en toda una vida, hoy se que aun no soy la gran maestra de las historias del cine, se que aun no soy la maestra que destaca entre la sociedad magisterial, pero estoy encaminada a lograr ser una “maestra de humanidad” , porque cada condición adversa que se me ha presentado la he convertido en un reto, triunfal o de derrota pero siempre un reto que me deja nuevas enseñanzas, y si usted me pregunta ¿Qué soy?, Yo le respondo: Una maestra en potencia.

Podemos leer y ver tantos libros, tantas películas y un sinfín de documentales sobre educación, sobre magisterios, pero si en nuestra conciencia no está implícita la vocación del ser maestro tal vez solo nos enternecerán un poco pero jamás nos dirán que podemos hacer para mejorar nuestro trabajo dentro de las aulas, mientras que aquel que no ha dejado de ser alumno de su propia vida y es vocativo es un discípulo y como le escuche decir a un compañero: “Cuando el discípulo está listo sus oídos se abren para recibir las palabras del maestro, reconocerlas, memorizarlas, entenderlas y atesorarlas”.

Hoy en este breve ensayo puedo decir que así me sentí, no como la mujer experta que da clases por que tiene varios años en la práctica, sino que me sentí la alumna de esos escritores, esos directores y esos actores que me hicieron ver una lectura como las palabras que aconsejan y las películas como una oportunidad de aprendizaje, jamás imagine que tal práctica me ayudara a reflexionar tanto sobre mi desempeño como docente.

Escribe en su texto José M. Esteve que hay cuatro dificultades primordiales para un maestro y no refiriéndose a los medios sociales en que se desarrollaran, sino a los conflictos internos que este presentara y los enumera de la siguiente manera:

1.- Elaborar la propia identidad profesional: donde nos deja ver la importancia de la vocación del ser maestro para no quedarnos en simples transmisores, saber a qué vamos a las instituciones educativas, para hacernos encajar sin importar cuales hayan sido nuestros estudios.

2.- Conseguir ser un buen interlocutor: tantos llegan hablando rarezas para los muchachos, manejando un argot donde solo ellos y sus colegas se entienden y no logran ensayar con expresiones más sencillas que permitan que sus educandos los entiendan y posteriormente poderlos llevar a otro nivel de dicción.

3.- Conseguir disciplina: con esto debemos entender que la mejor forma de disciplinar no es regañando, gritando y sobajando, la mejor forma es rompiendo las barreras del lenguaje que les permita entendernos para poderles hacer trabajar en un ambiente de convicción y amabilidad.

4.- Adaptar los contenidos de la enseñanza al nivel de los alumnos: y todo va de la mano, sin términos tan rebuscados el principio se le lleva a la atracción de los temas para posteriormente ellos mismos sientan la necesidad de elevar su nivel en el vocabulario y en las formas

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