La Mujer En La Literatura

LA MUJER EN LA LITERATURA: ISABEL ALLENDE

Desde luego. Hasta hace muy poco, las mujeres estaban condenadas al silencio. En América, desde sor Juana Inés de la Cruz, las mujeres han escrito maravillosos libros e incluso hay una ganadora del premio Nobel, Gabriela Mistral. Sin embargo, existe una especie de confabulación de silencio en torno a su trabajo, la mayoría de autores hombres tratan de sofocar la capacidad de redacción de las mujeres, pero esto solo hace que las autoras luchen aún más por el reconocimiento a nivel literario. Además, no siempre se espera que una autora sea creativa en un mundo de autores machistas; la mayoría de redactoras tienen que dar el doble de batallas para ganar si quiera la mitad de reconocimiento que los hombres adquieren más fácilmente. Cuesta mucho publicar, y cuando se consigue, si tienen éxito, se les descalifica. En cambio, si no tienen éxito, los hombres se sienten más seguros y pueden dar una crítica mejor. Pero eso sí, siempre que el libro no se venda. Existe una perspectiva que la da el sexo, la edad, la raza y las circunstancias en que uno nace. Todo determina una perspectiva para ver la vida que, naturalmente, determina lo que uno escribe. Pero la literatura misma tiene como única materia prima la palabra, y esa no tiene sexo. Es por esto que, indudablemente Isabel Allende, chilena, es la escritora latinoamericana más destacada en el mundo de la literatura contemporánea. Sus obras han sido traducidas a 35 idiomas y han recibido la admiración de millones de lectores en el mundo entero, gracias a su inigualable estilo literario.

Chile ha sido el escenario de la mayor parte de sus historias, y su creatividad se nutre a partir de un fuerte lazo ancestral con lo femenino. Un claro ejemplo es su primer libro y gran éxito, “La Casa de los Espíritus” (1982). La novela, surgió de su propia experiencia personal y familiar, siendo su personaje principal, Clara del Valle, inspirado por su propia abuela, una mujer clarividente que podía mover objetos sin tocarlos. Los personajes principales de Isabel Allende son mujeres. Varias de sus obras nos introducen en esta particularidad: “Eva Luna” (1987) y “Los cuentos de Eva Luna”; “Paula” (que describe la terrible enfermedad que terminó con la joven vida de su hija); “Afrodita” e “Hija de la fortuna”; así como su más reciente novela titulada “El Cuaderno de Maya” (2011).

Se destaca la importante particularidad en su estilo literario y en su obra; mayoritariamente los personajes femeninos tienen sus propias vivencias y el conjunto de sentimientos asociados a ellas. Y, en 19 libros publicados, sus historias se circunscriben en acontecimientos de su vida personal que la marcaron profundamente. Para Allende, la escritura es una introspección silenciosa, “el primer impulso que dispara la escritura es siempre una emoción profunda que ha estado en mí por mucho tiempo (…) Lucha, pérdida, confusión, memoria, estas son las materias primas de mi escritura”, una suerte de liberación femenina que le permite crear y materializar sus obras literarias.

Finalmente se concluiría que lo que determina a la literatura es la represión. Las artes se duermen, esconden la cabeza y, cuando cambia la situación, resurgen con nuevo vigor. Es lo que está ocurriendo en Chile, lo que sucedió en España después de Franco y lo que sucede cada vez que hay un gobierno represivo donde hay censura. Los escritores y los artistas o se van, o se esconden, o se callan. Pero durante ese periodo han acumulado una gran fuerza creativa que después se manifiesta como un Renacimiento. En el caso de Allende, ella se fue de Chile y no vivió el largo periodo de represión. Pero, sin duda lo que marco su vida fue el día del golpe militar, una crisis tan brutal que corto su vida de dos partes. La escritura, la ficción, nació después, como una necesidad de recuperar lo perdido. La escritura es en general, para las mujeres, un ejercicio de sobrevivencia. Es lo que las salva a veces de la locura, de la depresión, y otras veces del suicidio. Sin duda lo que predomina en su obra es una pasión infinita hacia la literatura, “en los últimos veinte años, he aprendido que sólo una cosa es segura: nada me alegra más que escribir. Me hace sentir joven, fuerte, poderosa y feliz”. Quizás ese sea el éxito de sus libros; el entender que una novela requiere por sobretodo pasión, paciencia y dedicación, ya que para la gran Isabel Allende, “es un compromiso total, como enamorarse”.

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