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La Ofensiva Contra La Educación pública Y El Caso De La Escuela Normal De Tiripetío.


Enviado por   •  24 de Octubre de 2012  •  1.249 Palabras (5 Páginas)  •  489 Visitas

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La ofensiva contra la educación pública y el caso de la Escuela Normal de Tiripetío.

Por el Profr. Juan Pérez Medina (Red Movpap)

En todo el mundo la educación pública sufre un embate singular: su privatización. En Europa, los jóvenes han venido protagonizando una serie de movilizaciones en contra de medidas que atentan contra el derecho social a la educación en los últimos años.

En Italia, la coordinación nacional de rebelión colectiva, Atenei In Revolta afirmaba: "Dentro de unos meses cerca de 200.000 estudiantes no recibirán becas". La privatización, la subcontratación, o el sistema de meritocracia en la enseñanza son las principales causas desembocantes en movilizaciones estudiantiles por las principales ciudades italianas.

En Inglaterra, decenas de miles de estudiantes británicos volvieron a manifestarse contra el aumento de las tasas universitarias en una protesta masiva en diferentes ciudades, entre ellas Londres, en contra del plan de ajuste de Cameron. Según el proyecto, que espera la aprobación del Parlamento, las matrículas en las universidades públicas pasarán de las actuales 3290 libras anuales a 9000. El principal destinatario de las quejas es el liberal-demócrata viceprimer ministro Nick Clegg, cuyo partido prometió durante la campaña electoral que no subiría las tasas universitarias.

Mientras que el pasado 4 de Marzo se realizó en Estados Unidos una jornada en defensa de la educación pública, que incluyó huelgas, bloqueos, movilizaciones y corte de carreteras, donde se expresó el enojo de miles de jóvenes que ven los millones de dólares que se destinan para los gastos militares o salvar a los banqueros, mientras que se recorta el presupuesto educativo. Así lo expresó el comunicado de convocatoria en California: “Los políticos y los administradores dicen que no hay dinero para la educación y servicios sociales. Dicen que "no hay alternativa" a los cortes. Pero si hay dinero para las guerras, los rescates bancarios, y las prisiones, ¿por qué no hay dinero para la educación pública?

Por iguales motivos, en Canadá se ha generado este año el mayor movimiento de huelga estudiantil jamás visto con más de 170.000 estudiantes en huelga en oposición al 75% del aumento de las tasas de matrícula decretados por el gobierno neoliberal de Quebec, el segundo aumento en cinco años, después de más de un decenio de congelación de las tasas. El pasado 22 de marzo, las organizaciones estudiantiles, sindicales y populares de izquierda realizaron una manifestación gigantesca que reunió alrededor de 200.000 personas en las calles de Montreal, probablemente la mayor manifestación de toda la historia de Canadá.

Sí en los países ricos esta viene siendo la constante, pues las movilizaciones se vienen generando desde fines de la última década, en los países periféricos el problema alcanza dimensiones enormes, pues las medidas son aún más drásticas.

¿Quién no se ha enterado de la heroica resistencia de los estudiantes chilenos en contra de las medidas neoliberales de recorte de gasto educativo y el empobrecimiento de los planteles y la vida en las escuelas?

Las demandas de los estudiantes de secundaria y universitarios chilenos se han centrado en un cambio constitucional para el aseguramiento de una educación igualitaria, pública y gratuita, desmunicipalización de la educación pública (llegando a la estatización de la educación), aumento en el presupuesto destinado a la educación (de un 3,1% del producto interno bruto a un 7%), mejoras en infraestructura con una agenda de metas, una tarjeta única nacional estudiantil válida para los 365 días del año, y la creación de nuevas formas de ingreso a la educación superior, en rechazo a la actual Prueba de Selección Universitaria (PSU) que se ha impuesto en todo el país para controlar en ingreso.

Por otro lado, apenas este miércoles 12 de octubre los estudiantes colombianos universitarios realizaron una movilización que congregó a más de 200 mil personas en las principales ciudades de Colombia, con la intención de evitar que el Congreso de la República apruebe la propuesta enviada a la legislatura por el gobierno de Juan Manuel Santos que pretende entregar las universidades a manos privadas para su administración. La lucha de los estudiantes colombianos se fortalece mirándose en el espejo chileno: los sistemas de educación superior de ambos países no podrían ser más diferentes, pero se podría decir que mientras que a los estudiantes chilenos les gustaría que su sistema se pareciera más al colombiano, sus homólogos colombianos quieren evitar que su país avance hacia un modelo cada vez más similar al chileno.

No es raro entonces que en nuestro país se den movilizaciones como las desarrolladas de manera permanente por los estudiantes de las escuelas normales rurales del país en defensa de la educación pública, con un ingrediente mucho mayor: la sobrevivencia de sus instituciones. Para estas escuelas el problema se presenta doble, pues además de padecer como todas las otras, el problema de la imposición de las políticas antipopulares en el sector educativo, también tienen que luchar cotidianamente en contra de la pretensión del gobierno federal de desaparecerlas. Esto último no es novedad, pues desde el gobierno de Adolfo López Mateos, se ha venido atacando a las escuelas normales rurales, al considerarlas como semilleros de cuadros políticos “comunistas” generadores de protestas sociales permanentes y crecientes. Podría aceptarse esta afirmación en parte, pues existen otras razones más como el presupuesto que se les destina en su calidad de internados.

Lo ocurrido en Tiripetío, Michoacán es una agresión más de las tantas que las escuelas normales rurales han padecido a lo largo de su existencia. Apenas hace meses se realizó el desalojo en la carretera México – Acapulco, a la altura de Chilpancingo, de los normalistas de Ayotzinapa, Gro., en donde dos de los estudiantes de esa escuela perdieron la vida al ser baleados por las fuerzas represivas del gobierno y, al inició de este ciclo escolar, fueron agredidos los estudiantes de la Escuela Normal Rural "Gral. Matías Ramos Santos", de San Marcos, perteneciente al municipio de Loreto Zacatecas, que exigían aumento en la matrícula y la conservación de las becas de internado.

Una vez conocidos los 8 consignados sin derecho a fianza y la liberación de los 171 estudiantes aprehendidos el pasado lunes 15 de octubre, el gobierno estatal mantiene su posición de “respeto al estado de derecho” y se niega a aceptar el error gravísismo que han cometido en su política antisocial que comienza peligrosamente a escalar posiciones de violencia que, dicho sea de paso, cuenta con la venia de las Cámaras Empresariales y una parte del sector social acomodado que han intentado, junto con el gobierno, de mediatizar el hecho y confundir a sectores populares, para legitimar este tipo de acciones, ignorando las causas que llevaron a los jóvenes a realizar los hechos suscitados.

El principal problema de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas (FECSM), plantel Tiripetío, es su incapacidad para concitar el apoyo del popular a sus acciones, pues deben entender que la consigna mayor entre las organizaciones del pueblo es aquella de que ante la magnitud el enemigo, es necesario no dar “ni una lucha aislada más”. A pesar de lo justo de sus demandas, el desconocimiento de las mismas por parte de la mayoría del pueblo y de los esfuerzos para alcanzarlas vía del dialogo con las autoridades, hace que ahora solo se vean y sientan las consecuencias colaterales que su actuar genera entre la población.

Debería ser de interés vital el revisar estos puntos y otros que condujeran a reinventar las formas de lucha establecidas hasta hoy para que el pueblo logre arropar y acompañar sus justos reclamos. El normalismo rural es vigente y necesario, debemos defenderlo del embate neoliberal y las pretensiones del gobierno.

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