La Universidad En La Historia
geminis195 de Abril de 2015
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LA UNIVERSIDAD EN LA HISTORIA
1. Origen medieval de la universidad
La Universidad, tal como hoy la conocemos, surgió en la Baja Edad Media, como resultado del largo proceso de reorganización social y cultural de la Europa Medieval que tuvo lugar al concluir el ciclo histórico de las invasiones Bárbaras.
Las Universidades, como las catedrales y los parlamentos, dice Charles Homer Haskins, son un producto de la Edad Media europea. Los griegos y los romanos, aunque parezca extraño, no tuvieron universidades en el sentido en el cual la palabra ha sido usada en los últimos siete u ocho siglos. Ellos tuvieron educación superior, pero los términos no son sinónimos.
Mucha de su instrucción en leyes, retórica y filosofía sería difícil de superar, pero no estuvo organizada en instituciones permanentes de enseñanza.
Un gran maestro como Sócrates no otorgaba diplomas; si un estudiante moderno se sentara a sus pies por tres meses seguramente le demandaría un certificado.
A su vez, otro eminente estudi9s0 de la historia de las universidades, el profesor Hastings ashdall, de la Universidad de Oxford, autor de la ya clásica obra en cuatro tomos sobre las Universidades de Europa en la Edad Media (1895), afirma que la idea propiamente dicha de Universidad es esencialmente medieval, y que es curioso observar cuan ampliamente esa idea continúa aún dominando nuestros modernos esquemas educativos.
Si bien el criterio acerca del origen medieval de la institución universitaria es el generalmente aceptado, eso no significa desconocer, al menos como valiosos precedentes, a toda una serie
de entidades educativas que florecieron en el Mundo Antiguo, tanto en el Occidente como en el Oriente.
En la tradición educativa asiática, por ejemplo, nos encontramos con las llamadas "Escuelas Brahmánicas", que el "Aprender a Ser" de la UNESCO considera como las universidades más antiguas del mundo, pues "dieron de entrada el ejemplo perfecto de una educación fundada en la filosofia y la religión, pero al mismo tiempo pivotando en el estudio de las matemáticas, de la historia, de la astronomía y hasta de las leyes de la economía". Sin embargo, no fueron escuelas abiertas a todos. Precisamente, la educación budista apareció "como reacción contra el espíritu de casta y el monopolio educativo de los brahmanes, sin poder escapar ella misma después a la rigidez".
La educación superior india, según varios autores, hizo importantes aportes en los campos de la medicina y de las matemáticas, pero "se dedicó fundamentalmente a desentrañar el mundo interior del individuo, dejando a un lado consideraciones más prácticas".
En la China, la invención del papel y de la imprenta se unieron a la escritura para impulsar un apreciable desenvolvimiento de la educación superior, las ciencias y la tecnología, cuyos aportes permanecieron desconocidos para el mundo Occidental, dado el aislamiento en que por siglos vivió esa civilización (brújula, pólvora, etcétera). Pero la educación estaba dominada, en general, por la lectura, recitado e interpretación de los textos del confucianismo, sincretizado, a partir del siglo X, con el budismo y taoísmo. El establecimiento del mandarinato estimuló los estudios ya que no se podía acceder al grado de mandarín sin cursar y aprobar estudios superiores. "Hacia los siglos VI y VII la educación superior alcanza su mayor desarrollo. Para entonces existieron verdaderos doctorados (Kiu) en Letras Clásicas, Derecho, Caligrafia y Matemáticas.
También había exámenes para obtener permiso para el ejercicio de la Medicina". Los aspirantes a ejercer cargos en la administración imperial debían cursar estudios que duraban nueve años. Posteriormente, la supresión de las oposiciones para acceder al mandarinato y la sumisión burocrática al Emperador condujeron al estancamiento científico y literario.
Otro antecedente valioso, que frecuentemente es citado, es la Escuela de Alejandría, fundada en Egipto por Ptolomeo Soter (Siglo 11 antes de Cristo), donde brilló el genio de Euclides, y su célebre Biblioteca de Alejandría, que no sólo fue en su época la más grande del mundo conocido (más de medio millón de rollos de papiro) sino que, en realidad, era todo un complejo educativo que La Universidad en la historia hizo de Alejandría un emporio cultural del helenismo, del judaísmo y del cristianismo.
Por cierto, en la actualidad la UNESCO encabeza un esfuerzo mundial para reconstruir la famosa Biblioteca, destruida durante la invasión de Julio César (Año 48 a.C.)
En el mundo greco-romano también cabe mencionar otros preciosos antecedentes. La fama y prestigio de las Escuelas de Filosofia Atenientes (siglo IV a.C.) llevan a Pedro Henríquez Ureña a sostener que la Universidad es una "herencia misteriosa de Grecia a la civilización moderna. Es la reaparición del pensamiento libre y de la investigación audaz que abrieron su palestra bajo los pórticos de Atenas; el espíritu curioso y ágil de la Academia y del Liceo reaparecen más tarde en las turbulentas multitudes internacionales, rebeldes a las sanciones de la ley local, que se congregan clamorosas en tomo a los estudios de Bolonia, de París, de Oxford, de Cambridge".
Cabe recordar, que los griegos no consideraron la educación como responsabilidad del Estado sino como asunto meramente privado. Las Escuelas Atenientes eran de carácter particular. La más antigua es la Escuela de Pitágoras (siglo VI a.C.) Pitágoras de Samos es, para la cultura occidental, el primer matemático, pues se dedicó a la investigación de las matemáticas puras, desligadas de sus aplicaciones prácticas, como por ejemplo la medida de terrenos o el comercio.
Con Pitágoras las matemáticas se convierten en principios explicativos de la armonía musical, del movimiento de los astros y de toda la realidad.
Su pensamiento influyó en la teoría de las ideas -números de Platón. A partir de Pericles, la educación y la cultura experimentan un gran esplendor en Atenas, cuya hegemonía se hace sentir en todo el mundo griego.
Los sofistas, maestros de oficio, aprovechan el auge cultural para cobrar exageradamente por sus servicios.
Bajo el lema de que "el hombre es la medida de todas las cosas", el sofista Protágoras sostenía que la naturaleza humana junto al conocimiento y la experiencia hacen la educación. Fueron los sofistas quienes diseñaron el curriculum de las "siete artes liberales" (el famoso divorcio o trivium, con sus tres disciplinas literarias: gramática, retórica y dialéctica; y el cuadrivio o cuadrivium, con sus cuatro asignaturas científicas: aritmética, geometría, astronomía y música) que habrían de perdurar por varios siglos en la educación superior del mundo, como fundamento de la enseñanza clásica. Pero, saturada de silogismos falsos y de un enciclopedismo superficial, la enseñanza superior de los sofistas entró en total descrédito y dio paso a la aparición de "la más extraordinaria sucesión de hombres, escuelas e ideas originales que conoce la humanidad, simbolizada por la trilogía Sócrates, Platón, Aristóteles".
Sócrates, cuyo "conócete a ti mismo" implica abandonar el estudio de la realidad y replegarse
en el conocimiento de sí mismo, fue principalmente un moralista que identifica el saber con la verdad. El hombre al conocer la virtud se identifica con ella. Su método es la "mayéutica ", que como la partera (de donde se deriva el nombre) ayuda a nacer en cada sujeto la virtud y el conocimiento que tiene soterrados, a través del diálogo y de preguntas hábilmente formuladas.
Pero Sócrates, a diferencia de Platón y Aristóteles, careció de un lugar o sitio fijo en donde impartir sus enseñanzas. Sus aulas fueron las plazas de Atenas, el Agora. En cambio, Platón fundó su escuela, que debía durar nueve siglos, en los jardines de Academo, por lo que fue conocida como "la Academia de Platón". Aristóteles, tras haber sido veinte años discípulo de Platón (desde los 17 años hasta la muerte del Maestro), con el apoyo de Alejandro Magno fundó el "Liceo o Gimnasio de Atenas" en el año 335 a.C. Ambas escuelas son consideradas como los más valiosos antecedentes que la Universidad por su continuidad, por el carácter sistemático que tuvieron sus estudios y por haber dispuesto de una sede material. El Liceo de Aristóteles (así llamado por estar situado extramuros, cerca del templo de Apolo Liceo) representó el compendio de la sabiduría de la época. Por el énfasis que puso en la sistematización del conocimiento, la investigación de nuevos conocimientos con la ayuda de la observación y la lógica, Aristóteles es considerado como el padre del método científico, el método por excelencia del quehacer de las universidades.
Pero ni la Academia ni el Liceo practicaban exámenes o evaluaciones, ni otorgaban títulos o diplomas. Tampoco conferían grados académicos ni la licencia para enseñar. La licencia o facultas docendi, que más tarde confirieron las universidades medievales, no tiene antecedentes en la antigüedad clásica. Es una institución completamente nueva, afirma Rodolfo Mondolfo.
Fueron los romanos, con su extraordinaria capacidad organizativa, a quienes correspondió la misión de otorgar carácter público a la antigua enseñanza privada o libre de los griegos. Las "escuelas jurídicas" del Imperio Romano tuvieron, algunas de ellas, carácter público estatal, aunque tampoco otorgaban títulos o grados académicos. Estas escuelas estaban esparcidas por todo el Imperio y algunas de ellas cercanas a bibliotecas famosas,
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