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La Vocacion

naymat5 de Febrero de 2014

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¿Qué es la vocación?

El termino vocación ha tomado diversos significados en la cultura contemporánea, poniendo siempre en el centro, con diversas modalidades, a la persona. Pro vocación se entiende en primer lugar el “proyecto de vida” que elabora cada uno sobre la base de sus múltiples experiencias y en la confrontación con un sistema coherente de valores que dan sentido y dirección a la vida del individuo.

En el terreno religioso, vocación indica la llamada por parte de Dios, como iniciativa suya amorosa, y la respuesta de la persona en un dialogo amoroso de participación corresponsable. El problema de la vocación se presenta por tanto, como una realidad compleja. Para poder ser entendido completamente, debe considerarse por tanto desde un doble punto de vista: por parte de Dios y por parte del hombre. Vista desde la perspectiva de Dios, la vocación se presenta como la iniciativa de Dios que se da y que al darse llama. Por parte del hombre, la vocación es una invitación, una interpelación a la que hay que dar una respuesta.

Niveles y Dimensiones de la Vocación

¿Sabías que la vocación se da a nivel personal y comunitario en varios niveles?

El hombre ha sido llamado a la existencia para trascender como persona en un dialogo propio de aceptación y de cooperación con todos los llamados a la existencia (vocación humana); así mismo, es convocado en un proyecto de crecimiento en el amor mediante el llamado a la fe en Cristo Jesús (vocación cristiana), y se expresa de forma concreta y específica por la participación en la misión y vida de la Iglesia, para construcción del Reino de Dios (vocación específica).

Primer Nivel: Vocación Humana

Cada hombre es un ser único e irrepetible, llamado por Dios a la existencia en un proceso de maduración que se descubre como persona, lleno de posibilidades y potencialidades, con limitaciones y necesidades. Este proceso se realiza en relación consigo mismo, con Dios, con los demás y el mundo que le rodea.

Segundo Nivel: Vocación Cristiana

El hombre llamado a la vida, descubre además un llamado a la fe, que es adentrarse a la aventura de un Dios que se le revela en su caminar. Por este segundo llamado descubre que Dios es Padre y que le llama por Jesucristo para ser su hijo en una vida de santidad.

Tercer Nivel: Vocación Cristiana Específica

El llamado a la fe implica una adhesión consciente a Cristo, ya que el encuentro con él transforma a la persona, de manera que el ser cristiano no puede darse de forma abstracta o etérea, sino que pide situarse en una forma de ser cristiano concreto: como laico, como consagrado, como misionero o como ministro ordenado. Así, el proceso de madurez humana y cristiana, se desenvuelve en un compromiso gradual dentro de la Iglesia para el mundo.

Te invitamos a que visites nuestras páginas donde se describen las diferentes vocaciones específicas.

proviene del latín vocatĭo y, para los religiosos, es la inspiración con que Dios llama a algún estado. Por eso el concepto también se utiliza como sinónimo de llamamiento o convocación.

En otras palabras, siguiendo con esta línea, la vocación es el destino que Dios elige para cada persona. En los laicos, la vocación está vinculada a cumplir con la voluntad de Dios en la vida cotidiana, mientras que, para los religiosos, la vocación es servir a la Iglesia.

A nivel general, la vocación aparece relacionada con los anhelos y con aquello que resulta inspirador para cada sujeto. Se supone que la vocación concuerda con los gustos, los intereses y las aptitudes de la persona.

La vocación también es considerada como un proceso que se desarrolla durante toda la vida, ya que se construye de forma permanente. Implica descubrir quién soy, cómo soy y hacia dónde quiero ir. Las respuestas a esos interrogantes marcarán la vocación y el camino a seguir por el individuo.

Al finalizar la escuela secundaria, cada ser humano comienza actuar en consecuencia con su vocación. La elección de una carrera profesional o de un trabajo, por ejemplo, suele responder a la vocación. En los casos en que dicha elección no resulta satisfactoria para la persona, suele ponerse como justificativo que lo elegido “no era mi vocación”.

Los orientadores vocacionales son los profesionales encargados de asistir a las personas, en especial a los adolescentes y jóvenes, a descubrir su vocación.

La vocación

Los llamados de Dios

2. Dentro del plan de Dios, que conduce todas las cosas y especialmente al hombre de modo libre hacia el fin, hay distintos llamados o vocaciones. “La palabra vocación cualifica muy bien las relaciones de Dios con cada ser humano en la libertad del amor, porque «cada vida es vocación»”.

Tres son los llamados principales, a saber

- El llamado a ser, a la existencia. Nos es común con todo lo que existe: pájaros, plantas, astros, flores, peces, estrellas, etc. Este llamado es el paso del no-ser al ser.

- El llamado a la santidad, a la vida eterna. Nos es común con todos los hombres, porque Dios...quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1 Tim 2, 4). Esta llamada es el paso del pecado a la gracia.

- El llamado a un estado de vida, por el cual a unos llama al matrimonio y a unos otros a la vida consagrada. Esta llamada es el paso a una vida de perfección.

2. a. Dice, al respecto, Juan pablo II: “En este armonioso conjunto de dones, se confía a cada uno de los estados de vida fundamentales la misión de manifestar, en su propia categoría, una u otra de las dimensiones del único misterio de Cristo”2.

Los llamados a la vida consagrada

3. Cinco son hasta ahora, las distintas vocaciones a la vida consagrada, a saber:

- Vocación al sacerdocio,

- Vocación al diaconado permanente,

- Vocación religiosa,

- Vocación misionera y

- Vocación a la secularidad consagrada.

CAPÍTULO 2: El llamado en sí

Naturaleza de la vocación consagrada

4. Los elementos esenciales de la vocación a la vida consagrada son dos:

1º El llamado de Dios y

2º El llamado de la Iglesia.

Dios llama

5. Que Dios llama a los hombres a determinada vocación se conoce por innumerables testimonios de la Sagrada Escritura, como ser, la vocación del Pueblo de Dios, la de Abraham, Moisés, Josué, Samuel, David, Jeremías, Isaías, Oseas, etc., y en el Nuevo Testamento con las vocaciones de Jesús, de los primeros discípulos, Leví-Mateo, los doce Apóstoles, el joven rico, San Pablo, de la Virgen María, etc. Él ha dicho: No sois vosotros los que me habéis elegido, sino yo el que os he elegido a vosotros (Jn 15, 16).

5. a. “Este es el sentido de la vocación a la vida consagrada: una iniciativa enteramente del Padre (cf. Jn 15, 16), que exige de aquellos que ha elegido la respuesta de una entrega total y exclusiva... debe responder con la entrega incondicional de su vida, consagrando todo, presente y futuro, en sus manos... totalidad... equiparable a un holocausto”4.

6. “Los que sienten en su corazón el deseo de abrazar este estado de perfección y de santidad, pueden creer, sin duda alguna, que tal deseo viene del cielo, porque es demasiado generoso y está muy por encima de los sentimientos de la naturaleza”, decía San Juan Bosco5.

“Él llama continuamente a nuevos discípulos, hombres y mujeres, para comunicarles, mediante la efusión del Espíritu (cf. Ro 5, 5), el ágape divino, su modo de amar, apremiándolos a servir a los demás en la entrega humilde de sí mismos, lejos de cualquier cálculo interesado”6.

Artículo 3: La Iglesia llama

7. “La vocación divina debe recibir confirmación, aceptación y dirección oficial por parte de la suprema jerarquía, a la que el mismo Dios confía el gobierno de la Iglesia”7. De modo tal que nadie puede sentirse llamado definitivamente a pesar de las dotes que lo puedan adornar y de la recta intención, si no lo llama la Iglesia.

La idoneidad

8. Hay un tercer elemento que es efecto del llamado de Dios, y, a su vez, es condición para que la Iglesia llame: es la idoneidad. La idoneidad que el candidato debe tener debe ser triple: Física (y psíquica), intelectual y moral (que implica tener recta intención)8. Si no hay idoneidad es señal de que Dios no llama y, por tanto, la Iglesia no debe llamar.

Selección del candidato

9. La autoridad eclesiástica no sólo tiene el derecho sino el deber de utilizar todos los medios necesarios para conocer la idoneidad del candidato y así poder hacer una rígida selección. Por ello se preceptúa en el Código de Derecho Canónico que la autoridad correspondiente “ha de certificar que el candidato posee las cualidades necesarias para recibir el orden, es decir, doctrina recta, piedad sincera, buenas costumbres y aptitud para ejercer el ministerio; e igualmente, después de la investigación oportuna, hará constar su estado de salud física y psíquica”9; se debe probar “de manera positiva la idoneidad del candidato”10.

De ahí que sea necesaria mucha prudencia de parte de los superiores en los casos que ofrecen dudas, y de acuerdo a lo que enseñaba Pío XI, “deben atenerse a la solución más segura, que en semejantes casos es la mejor para los jóvenes, porque los aleja de un camino que podría conducirlos a la condenación eterna”11.

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