La importancia de desarrollar el apego a un niño

INTRODUCCIÓN.

El presente ensayo tiene como objetivo principal mostrar perspectivas teóricas que expliquen las maneras de sentir que tienen los niños en la primera infancia. Este ensayo se enfocará exclusivamente en el Apego como base del desarrollo afectivo y social autónomo y su incidencia en el desarrollo posterior del niño. De esta misma manera se espera que los contenidos tratados posibiliten la adquisición de nuevas herramientas o que favorezcan la comprensión del ámbito emocional y social en esta etapa de la vida del niño y como éste se relaciona con las etapas posteriores.

En el largo camino que comprende la evolución del ser humano, éste experimenta una cierta atracción hacia determinados elementos del ambiente animado o inanimado, sobre todo hacia las personas y lugares con los que se siente familiarizados, pero también experimenta rechazo por situaciones ambientales que pueden hacer sentir peligro, como por ejemplo: la soledad y lo desconocido.

Los seres humanos, al igual que los animales de otras especies, permanecen en un sitio que les resulta familiar junto a quienes, también, le son familiares, ya que la familia es el primer medio social al cual tiene acceso un niño y en el que aprenderá las conductas necesarias para relacionarse con otras personas en el futuro, por lo que es de vital importancia entregarle un clima familiar cálido desde la concepción del bebé.

MARCO TEÓRICO.

Desde la gestación, hasta el día del nacimiento de un niño este está en condiciones para ser socializado. Esto se debe al hecho de que su supervivencia depende del grupo social además posee una percepción del mundo que le rodea, gracias al cual siente atracción por los estímulos provenientes del medio.

Conductas como el llanto o la sonrisa son elementos que adquieren lo que le da un significado al adulto, que da respuesta al bebé y que son la base de los primeros vínculos afectivos. La adquisición de los conocimientos sociales se va a referir a las personas durante el primer año de vida. Así, este conocimiento debemos situarlo en torno a los tres o cuatro meses. A partir de este momento los niños ponen de manifiesto conductas de llorar, sonrisa.

De acuerdo a los postulados de Bowlby, se define Apego Temprano como el vínculo que forja el niño, durante los dos primeros años de vida con su madre y/o cuidador, lugar donde se establece relación entre el estímulo que se brinde al niño y el comportamiento posterior , determinando así influencia en el desarrollo evolutivo del individuo.

El apego es un vinculo afectivo que establece el niño con las personas que interactúa de forma privilegiada con el, estando caracterizado por determinadas conductas que intentan conseguir o mantener la aproximación con la persona a la que se esta apegando, así como conducta de interacción privilegiada, también supone la creación de un modelo mental de la relación con las figuras de apego. Este modelo mental es construido en base a las experiencia de la relación, interpretada por el propio niño y que también esta influido por lo que los demás le trasmiten. Por eso es muy importante que cada progenitor le trasmita una visión positiva del otro y que estas sean apoyadas en la escuela infantil.

EL APEGO.

Se llama apego al lazo emocional que desarrolla un niño con sus padres o personas que lo cuidan, quienes le proporcionan la seguridad emocional fundamental el buen desarrollo de sus habilidades psicológicas y sociales.

El psicólogo evolutivo John Bowlby fue quien creó la Teoría del Apego, quien trabajando en establecimientos para niños inadaptados se dio cuenta que los pequeños que carecían de afecto por parte de su madre o de quienes dependía manifestaban conductas negativas, lo que despertó en Bowlby las bases de su orientación teórica que dice que las relaciones tempranas con la familia, especialmente con los padres, influyen de manera decisiva en la personalidad del niño.

El apego le proporciona la seguridad emocional al niño, sintiéndose aceptado incondicionalmente y protegido.

Según la teoría del apego el bebé nace con un repertorio de conductas, las que tienen como finalidad producir respuestas en los padres, como lo son la succión, sonrisas reflejas, balbuceo y llanto, que no son más que estrategias del bebé para vincularse con sus padres. Por esta razón es que los bebés deben ser atendidos por sus cuidadores, los que deben estar al pendiente de las demandas que el pequeño requiera para desarrollar un apego seguro, ya que el bebé logra percibir si sus padres están disponibles para satisfacer sus necesidades, lo que lo que conllevará a una sensación de seguridad o inseguridad en el lactante.

El hecho de poder confiar en una figura de afecto dependería de:

a) el que se estime que la figura de apego es o no el tipo de persona que pueda responder a los requerimientos de apoyo y protección que necesita el niño.

b) el que el mismo niño sea o no el tipo de persona hacia quien el padre pueda responder con muestras de apoyo.

Como resultado, el modelo de la figura de afecto y el modelo de si mismo suelen desarrollarse de manera tal que se complementan y reafirman mutuamente.

El desarrollo emocional durante el primer año establece la base de la salud mental en el niño, pero desde el momento del parto y las semanas posteriores, el apego de la madre con el recién nacido se va consolidando. De esta forma, se ha constatado que las madres cansadas o que sufren depresión posparto incrementan la posibilidad de que sus hijos mayores se vuelvan retraídos y se reduce el apego por la falta de atención habitualmente otorgada por la madre.

“El tipo de apego desarrollado al año de edad, predice el tipo de apego a los 18 meses, la frustabilidad, persistencia, cooperatividad y entusiasmo en la tarea a los 24 meses, la competencia social en los preescolares y la autoestima, empatía y la conducta en el salón de clases”.

A medida que crecen, los pequeños pueden recurrir a la visión y a la comunicación oral como medio de mantener el contacto con la madre.

En la adolescencia, el vínculo de apego que une al hijo con sus padres cambia, ya que otros adultos comienzan a tener igual o mayor importancia que los padres acompañando la atracción sexual que empieza a sentir por compañeros de su misma edad. En esta etapa, las variaciones individuales en el apego se vuelven mayores. Por una parte se encuentran:

 Los adolescentes que se apartan por completo de sus padres.

 Los que siguen teniendo un apego fuerte hacia los padres, pero sus vínculos con los demás también son importantes.

 Los que siguen apegados a ellos y no pueden o quieren dirigir su conducta de apego hacia otras personas.

El vínculo con los padres se mantiene durante la vida adulta y afecta a la conducta de diferentes maneras. En la vejez cuando la conducta de apego ya no puede orientarse hacia miembros de la generación anterior, se puede dirigir hacia los miembros de la generación más joven, como por ejemplo: los nietos y bisnietos.

Durante la adolescencia y la vida adulta, parte de la conducta de apego no sólo se suele dirigir hacia personas que no conforman la familia, sino también hacia grupos e instituciones fuera de esta, como por ejemplo: la escuela, trabajo, grupo religioso, etc., pueden convertirse en figuras de apego subsidiarias.

“Ante una enfermedad o catástrofe, los adultos se vuelven con frecuencia más exigentes respecto de los demás. Ante un desastre o peligro, es casi seguro que el sujeto buscará la proximidad de algún conocido en quien confía”.

Existen tres tipos de apegos verdaderos que ocurren en la vida:

 Primer apego: el apego a la madre.

 Segundo apego: sería en la adolescencia tardía, la búsqueda del segundo objeto, la pareja.

 Tercero apego: sería hacia el hijo o hijos.

TIPOS DE APEGO.

Según la teoría del apego los niños utilizan a los adultos, específicamente a los padres, como fuente de seguridad y desde ese núcleo de seguridad ellos comienzan a descubrir y explorar el ambiente; al igual que en los momentos de separación y reunión con la madre comienzan a reaccionar frente a la presencia de las demás personas, que representan una presencia extraña para los pequeños.

A continuación describiremos los tres tipos diferentes de apegos:

Apego seguro.

“Un patrón óptimo de apego se debe a la sensibilidad materna, la percepción adecuada, interpretación correcta y una respuesta contingente y apropiada a las señales del niño, fortalecen interacciones sincrónicas”.

Los pequeños con un estilo de apego seguro, son capaces de usar a sus padres o cuidadores como una base de seguridad cuando están angustiados, por lo que es fundamental la forma de ser, la personalidad y la relación que ellos mantienen con los niños.

Los padres o cuidadores se caracterizan por ser personas sensibles a sus necesidades, por consiguiente confían en que sus figuras de apego estarán disponibles, que responderán y les ayudarán frente a un problema. En el dominio

...