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LOS VÍNCULOS DE APEGO EN NIÑOS INSTITUCIONALIZADOS


Enviado por   •  7 de Mayo de 2012  •  1.347 Palabras (6 Páginas)  •  893 Visitas

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LOS VÍNCULOS DE APEGO EN NIÑOS INSTITUCIONALIZADOS

El niño debe tener cubierta su necesidad básica de sentirse seguro y protegido por alguien (figura de apego), principalmente durante sus primeros años de vida. Está relación entre el niño y su figura de apego, que pueden ser Padres, Abuelos, Amigos, Pareja o Propios hijos; irá construyéndose, enriqueciéndose y cambiando a lo largo de la vida del niño.

Existen niños que por razones diversas (abandonos, malos tratos, imposibilidad para cuidarlos, problemas legales, etc) se encuentran en un estado de desamparo, y necesitan un recurso transitorio o medida provisional, hasta que se les busca una solución, como volver con su familia, buscarles una familia de acogida o bien ser adoptados; esta medida provisional son los Centros Institucionalizados.

A través de las entrevistas realizadas a Concepción Moraleda y Oscar Olmedo educadores en centros de acogida de la comunidad de Madrid, hemos conocido como se trabaja con niños en edades comprendidas entre 0 a 3 años; como se intenta minimizar el cambio del medio natural (hogar) al Centro Institucional, y así conseguir el desarrollo de los vínculos afectivos que les permitan establecer relaciones de apego seguro y no les afecte en su desarrollo emocional.

Esta tarea recae en los Educadores, que son apoyados por un equipo compuesto por un Trabajador Social y un Psicólogo.

En estos Centros se asigna un Educador por cada cinco niños, creando secciones, que para niños menores de dos años y medio se denominan “Nidos”, donde se intenta fomentar una relación de apego, fundamental para su desarrollo personal y social, en donde el niño aprenda a desarrollar afectos.

Para ello, se cuidan aspectos fundamentales para fomentar el apego a través de una interacción con los niños lo más natural posible, como serían la estabilidad del educador con el grupo de niños, cuidar los espacios y personalizar los objetos (cada niño posee uno o varios objetos personales), momentos de calidad entre el niño y el educador (contacto visual, cercanía corporal, dándole tiempo para realizar las actividades, aportar seguridad y cercanía)y hablar con el niño indicándole lo que se va a hacer.

Los niños diferencian a sus educadores de los que no lo son, demostrando sus preferencias para realizar actividades cotidianas a través conductas determinadas, búsqueda de proximidad, resistencia a la separación, uso de la figura de apego como base de exploración, etc.

Es algo normal, que aunque se intente una atención por igual para todos los niños, estos creen lazos o apegos más intensos con un cuidador en concreto (jerarquicen el apego),esto es lo que se denomina Apego de Transición. Esto no es malo ya que en si reproduce lo que ocurre en el caso de los niños en el hogar, pero la relación con el educador no es duradera y no se debe fomentar la dependencia del niño con la figura del educador.

Pero como se a dicho la estancia de los niños en centros Institucionalizados es temporal, la solución pasa por volver con su familia, buscarles una familia de acogida o bien ser adoptados.

En estos casos, se debe establecer un periodo de adaptación para que el niño se habitúe a su familia de acogida o a sus padres adoptivos; se comienza con visitas en presencia del educador, que aumentan en frecuencia y tiempo de estancia con el niño compartiendo las tareas cotidianas, terminando con visitas en las que el educador no esta presente. Al principio el niño se muestra reacio a esta situación, pero después comienza a sentirse el protagonista y cambia su actitud hacia ellos; lo que demuestra una flexibilidad para adaptarse a nuevas relaciones de apego que facilita su salida del Centro.

Esto parece concordar con la teoría de Anna Freud que postulaba que el niño tiene innato el potencial de apego, es decir, es capaz ante la carencia de una figura de apego, fijar rápidamente otra.

Hay otros casos en que el tiempo que pasan los niños en estos centros se prolongan, períodos superiores a un año y medio que sería el tiempo optimo; trascurrido este tiempo los niños dejan de beneficiarse de

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