La integración Europea y la competitividad italiana

UNIVERSIDAD AUTONOMA DE BAJA CALIFORNIA
LICENCIATURA EN RELACIONES INTERNACIONALES
2016-1
ECONOMIA MUNDIAL

CAPITULO 10
La integración Europea y la competitividad italiana

        Durante más de cinco decenios, Europa occidental ha pasado por un proceso de integración, primero de aranceles aduaneros, y luego de tipos de cambio, a continuación de barreras para el movimiento de bienes y personas, y finalmente la unión monetaria. Cada uno de estos pasos, considerado exitoso llevo al siguiente, en una atmosfera de entusiasmo para la integración, que terminaría con las guerras internas y haría que Europa fuera competitiva a nivel global.  Sin embargo, durante estos últimos decenios, Europa occidental ha estado estancada en cuanto el crecimiento de la productividad, de la competitividad y de los ajustes estructurales para la globalización. Las rigideces estructurales escribe la comisión de las comunidades europeas. Pueden ser el origen de la lentitud en el ajuste. La comisión sigue, eh identifica rigideces en los salarios y una competitividad imperfecta la falta de resolución al afrontar la consolidación presupuestaria, las reformas estructurales y las reformas de pensiones han dado lugar a la incertidumbre y, por tanto han tenido un efecto desfavorable sobre la confianza y el gasto del consumidor.

        Desde mediados de la década de 1990, Europa occidental ha crecido lentamente y su PIB per cápita ha descendido a dos tercios de estados Unidos. El desempleo es inaceptablemente alto, y el empleo relativamente bajo. A pesar de la reforma, la regularización del gobierno sigue pareciendo excesiva. Los déficits fiscales superan la cifra del propio pacto de estabilidad y crecimiento europeo. Los mercados laborales son rígidos, a pesar de algunas reformas resientes. La educación superior está muy por detrás de la de Estados Unidos, al igual que los procesos de innovación, en general. La población envejece pero los sistemas de pensiones siguen enormemente infra financiados.

        La destrucción causada por la segunda guerra mundial convenció a muchos europeos de que había llegado el momento de la unificación. En 1946, Winston Churchill, hablando en faltón, Missouri pronóstico de la existencia de los Estados Unidos de Europa. A lo largo de los siguientes años diversos esfuerzos por crear una unión política fracasaron, porque los gobiernos se negaban a rendir su soberanía política.  La integración económica, no obstante, era más tratable. En 1951, Francia, Alemania occidental, Bélgica, Luxemburgo, los países bajos de Italia crearon la comunidad europea del carbón y del acero (CECA) la CECA era esencialmente una unión aduanera para el carbón y el acero. Sirvió para aumentar la eficiencia y la rentabilidad de esas dos industrias y para fomentar la cooperación entre antiguos adversarios, como Francia y Alemania occidental.  Con esta experiencia positiva tras ellos, los 6 países de la CECA firmaron el tratado de Roma en 1957, por el que se establecía la comunidad económica y europea.

        Con la integración comercial y monetaria funcionando bien, los eurócratas presionaron más que una mayor integración. En 1985, la comisión publica un libro blanco en el que se ha definido un programa para completar la integración de los mercados europeos a Asia 1993. Proponía 282 objetivos para integrar y armonizar reglas y normativas que interferían con el libre movimiento de mercancías, y servicios y personas. Al hacerlo, argumentaba el estudio, se iluminarían los costes y se fomentarían la eficiencia  y la compatibilidad. Aquella aventura de la desregularización, como la llamo The economist, crearía una Europa más fuerte y prospera en aquel momento Europa estaba en una presión competitiva y aumento parte de Japón y los Estados Unidos.

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