La tarea del docente en el aula
patychabelitaEnsayo26 de Mayo de 2019
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1.1 Comprensión de la diversidad
El diccionario de la Real Academia Española dice que la diversidad es "Variedad, desemejanza, diferencia". Sin embargo, esta definición nos dice mucho acerca de un tema tan complejo como lo es el de diversidad debido a que la expresión adopta diferentes sentidos según quién lo utiliza, el marco o contexto en el que se inscribe y la intencionalidad perseguida (Sáenz, 1997). Por eso, y de acuerdo con el autor anteriormente señalado, resulta muy importante delimitar el significado de la diversidad apoyándose en la realidad que la caracteriza como componente intrínseco del ser humano.
En relación con lo expresado, puede verse que Garanto (1994:19) señala que:
El concepto de diversidad ... acoge múltiples realidades sin hacer referencia al déficit y sí a la originalidad e idiosincrasia de cada uno con sus potencialidades y carencias, con rasgos característicos que le hacen ser único e irrepetible. Por lo tanto todo ser humano tiene cabida dentro del concepto de la diversidad, desde los más inteligentes y capaces hasta los más necesitados, desde los que se hallan en ambientes sociofamiliares ricos hasta los que se mueven en ambientes 'pobres' o desfavorecidos, desde los que forman parte de mayorías étnicas hasta los de minorías étnicas...Cada persona..., cada alumno tiene una diversidad de necesidades educativas que vienen dadas por múltiples factores -sexo, edad, capacidad, motivación, intereses, momento madurativo, origen social, estilos cognitivos, ritmo de trabajo, nivel socioeconómico, etc. Todo ello en su conjunto y conjugado de una forma original hace del sujeto un ser irrepetible y por lo tanto, hace que responda de una forma propia ".
En consonancia con el significado que le da el autor anterior, también se considera que la diversidad hace referencia a la identidad de cualquier persona, es algo relativo a la idiosincrasia de cada uno; en palabras de López (1999:139) es "...lo que configura la dignidad humana. Esto es algo evidente y por tanto, objetivo” Asimismo, asumimos la interpretación de Parrilla (1992:45) que plantea una consideración que entendemos es clave para nuestro enfoque: “que todos los alumnos difieren entre sí a lo largo de un continuum de características físicas, intelectuales, emocionales y socio-culturales. Desde este marco conceptual se interpreta a los alumnos con carencias o limitaciones más o menos graves, así como a aquellos de talento extraordinario”.
De acuerdo con esto, “se rechaza, por tanto, la visión de las diferencias individuales como la manifestación de una patología del sujeto, y se adopta la comprensión de las mismas en su significado de variabilidad individual dentro del mismo continuum
de diferencias” (Parrilla, 1992:45).
Con respecto a las manifestaciones de la diversidad Parrilla (1992:46), dice que “todos somos especiales , todos somos diferentes”. No obstante, entendemos que no debe interpretarse la diversidad del alumnado en clave, única ni preferentemente, de dificultades de aprendizaje, sino como diferencias individuales (en motivaciones, intereses, expectativas, estilos de aprendizaje, rasgos de personalidad, etc.) que es imprescindible tener en cuenta para lograr hacer efectivo el proceso de enseñanza y aprendizaje. Se comparte la interpretación de Parrila (1992:48) que describen los siguientes ámbitos de diversidad: de ideas, experiencias y actitudes previas; de estilos de aprendizaje; de ritmos; de intereses, motivaciones y expectativas ante el aprendizaje escolar; de capacidades y de ritmos de desarrollo.
Puede decirse que algunas de las diferencias entre los alumnos, son consecuencia del entorno social. Otra posible situación a tener en cuenta en las escuelas consiste en la heterogeneidad inherente a los grupos en el aula aparentemente homogénea. Diversas capacidades, diferentes intereses, variados ritmos de aprendizaje que, además, no se desarrollan a una velocidad uniforme, ambientes familiares distintos, tanto por su nivel socio-cultural y económico como por el clima afectivo y de estimulación vivido en el seno familiar, generan una riqueza que representa una notable diversidad (Garanto,1994).
También es habitual en estudios de esta naturaleza la consideración del género como origen de diversidad. A este respecto se reclama una educación no sexista, una auténtica co-educación como forma de reconocer y valorar las diferencias de género, al mismo tiempo que se vayan superando los efectos de la división de roles que la sociedad sexista ha venido asignando (Garanto,1994). Añadir, a esta panorámica, la incorporación en las aulas regulares de los alumnos con discapacidades, bien sean de orden sensorial, motórico y/o mental, así como la de menores con problemas de socialización que, como consecuencia del movimiento en pro de la integración escolar, se puso en marcha en diferentes países desde hace ya varios años (Garanto,1994).
Tampoco hemos de olvidar las diferencias que representan los alumnos bien dotados y/o superdotados, que requieren la correspondiente adecuación de la oferta educativa y exigencias a sus capacidades, ritmo de aprendizaje, intereses, estilo cognitivo, modalidades de trabajo y motivación. Llegados a este punto, necesario resulta reconocer el riesgo de que la diversidad pueda convertirse o verse como desigualdad. De ahí que “Cuando la diversidad de origen individual o social afecta negativamente al rendimiento en la escuela, la diferencia se convierte, académicamente hablando, en desventaja y, socialmente, en desigualdad (Escudero y otros, 1997:32).
Son pues numerosos los factores que pueden ser origen de diversidad. Sin embargo, hay algunos de éstos que, de no ser atendidas como corresponde están en un claro riesgo de que esa diversidad se convierta en desigualdad. Sobre todo aquellas que se conjugan en el mismo sujeto y que tienen mucho que ver con el pobre ambiente sociocultural y económico en el que viven (Escudero y otros,1997). Se sabe que la 'desigualdad' deriva del establecimiento de jerarquías entre las personas por razones de estatus, riqueza y poder, sea social, político, cultural o de cualquier otra naturaleza.
Por eso, la educación nunca deberá convertirse en aliada de fuerzas sociales generadoras de desigualdad, sino todo lo contrario. Deberá intentar conseguir que, mediante el adecuado tratamiento de las diferencias individuales y sociales, todos y cada uno de los jóvenes de un país tenga el mejor proyecto vital que pueda conseguir.
De acuerdo con este breve recorrido, se reconoce que, de modo acrítico, entre algunos docentes, puede haber quien interpreta la diversidad en clave de dos grupos de alumnos: los “diversos" y los "no diversos", siendo los primeros los que necesitarán medidas de atención a la diversidad; también se les ha llamado "alumnos de integración" (Escudero y otros,1997). Esta concepción suele ser manifestación de una interpretación selectiva de la, frente a otra más comprensiva, más inclusiva. Conviene aclarar cuál es nuestra perspectiva acerca de esta realidad.
Se entiende la diversidad como una característica de todo ser humano. En consecuencia, todos los estudiantes son diversos por naturaleza y, por tanto, la diversidad se manifiesta, de modo general, en todos y cada uno. Así mismo, consideramos que la diversidad puede ser un factor de enriquecimiento del conjunto del grupo al que pertenecen; siempre, claro está que se den unas mínimas condiciones contextuales para que se produzca la interacción enriquecedora para todos: grupos reducidos, disponiendo de suficientes y adecuados apoyos, con una buena formación inicial y oportunidades de formación permanente (Escudero y otros,1997).
Así mismo aprecia en todo educando la existencia de un continuum de diferencias: de intereses, de estilos cognitivos, de expectativas, de conocimientos previos, competencias curriculares, estrategias de aprendizaje, motivación por aprender, autoconcepto, equilibrio personal, de capacidad de esfuerzo, de capacidades cognitivas, sociales y físicas (Escudero y otros,1997). De igual modo, se observa que ésta se manifiesta de modo específico, en algunos alumnos y alumnas; por ejemplo: los que tienen capacidades extraordinarias, o los que presentan algún tipo de discapacidad y/o los de ambientes más pobres social, económica y culturalmente y/o los pertenecientes a minorías étnicas y culturales.
La diversidad humana es una realidad patente que puede ser objeto de interés para distintas entidades u organismos públicos o privados con finalidades muy variadas, así como para disciplinas científicas como la Antropología Social y Cultural, la Sociología de la Educación, la Educación Especial, las Teorías Constructivistas del Aprendizaje, la Teoría Política, la Historia, la Demografía, la Economía, la Psicología, la Pedagogía, etc., (Escudero y otros,1997). La perspectiva desde la que abordamos este tema es, como cabe suponer, la de la educación.
La diversidad humana en general se presenta como el nuevo tema de nuestros días, al observar ideas alternativas, como el respeto a las diferentes culturas, nuevas religiones, derechos de las minorías, que ponen de relieve la emergencia de nuevos sujetos y nuevas retóricas. Sin embargo, considerar la diferencia no implica necesariamente poner cuestión en posiciones etnocéntricas (Escudero y otros,1997). Un debate sobre la diversidad y su atención arrastra en realidad un cuestionamiento a la construcción modernista de la historia que dio origen al mito de la nación unificada, del progreso indefinido
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