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LA TAREA DOCENTE


Enviado por   •  2 de Noviembre de 2013  •  3.932 Palabras (16 Páginas)  •  620 Visitas

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FILOSOFÍA -EL SABER DIDÁCTICO. A. CAMIMILLONI - LA ENSEÑANZA - Laura Basabe y Estela Cols

Como cualquier término de uso frecuente en el lenguaje cotidiano, el término «enseñanza» es de difícil definición por la diversidad de situaciones a las que se aplica y, consecuentemente, la variedad de sentidos que asume. Basta una ojeada a las siguientes frases:

«Mi hermana me enseñó a tirarme a la pileta de cabeza.» «Lamentablemente, la vida enseña a ser desconfiado.» «Enseñaba filosofía en la universidad.»

SIGNIFICADO BÁSICO DEL TÉRMINO Y ANÁLISIS DE SUS MANIFESTACIONES COMO FENÓMENO HUMANO, INSTITUCIONAL, SOCIAL, POLÍTICO.

RECORRIDOS CONCEPTUALES

De modo general, puede definirse a la enseñanza como un intento de alguien de transmitir cierto contenido a otra persona. Es una definición sencilla que sólo indica el tipo de actividad que puede designarse como «enseñanza» sin especificar nada acerca de las acciones de los participantes, los recursos utilizables y los resultados esperables.

Un primer aspecto de la definición presentada es que la enseñanza involucra siempre tres elementos.

En efecto, la enseñanza supone alguien que tiene un conocimiento, alguien que carece de él y un saber contenido de la transmisión.

Pero la enseñanza es siempre una forma de intervención destinada a mediar en la relación entre un aprendiz y un contenido a aprender, y por lo tanto, una actividad marcada tanto por los rasgos del conocimiento a transmitir como por las características de sus destinatarios.

Un segundo aspecto a destacar es que la enseñanza consiste en un intento de transmitir un contenido. Puede tratarse de una destreza como aprender a nadar o, de un cuerpo organizado de conocimiento como la filosofía. En cualquier caso, una actividad puede clasificarse como: «enseñanza» por su propósito de transmitir un contenido, aunque el cometido no se logre.

De este modo, el término abarca indistintamente tanto a los esfuerzos infructuosos realizados para que alguien aprenda algo, como a las ocasiones en las que ello efectivamente sucede. Ello debe ser así porque puede haber enseñanza y no producirse el aprendizaje, éste puede producirse parcialmente o incluso puede suceder que el otro aprenda algo diferente de lo que fue enseñado.

Entonces entre los procesos de enseñanza y aprendizaje no hay una relación de tipo causal que permita asumir que lo primero conduce necesariamente a lo segundo.

Sin embargo está instalada la expresión de extendido uso «enseñanza-aprendizaje, como si estos procesos fueran «las dos caras de una misma moneda», es decir, fases inseparables de un fenómeno único.

Para Fenstermacher, la confusión se origina en la dependencia ontológica del concepto «enseñanza» respecto del concepto «aprendizaje» en la estructura del lenguaje. Es decir, no habría una idea de enseñanza si el aprendizaje no existiera como posibilidad; el concepto «enseñanza» depende para existir del concepto «aprendizaje». Del mismo modo que en el caso de «buscar» y «encontrar».

El segundo fenómeno debe existir como posibilidad, aunque no necesariamente como realidad, para que pueda existir la primera idea. Pero, según el autor, el hecho de que, con mucha frecuencia, el aprendizaje se produzca después de la enseñanza no debe ser explicado como una consecuencia directa de las acciones de enseñanza, sino de las actividades que el propio estudiante emprende, a partir de la enseñanza, para incorporar un contenido.

El término «aprendizaje» alude tanto al proceso mediante el cual se adquiere un conocimiento (tarea), cuanto a su incorporación efectiva (rendimiento). LA ENSEÑANZA INCIDE SOBRE EL APRENDIZAJE «COMO TAREA» Y SON LAS TAREAS DE APRENDIZAJE DESARROLLADAS POR EL ALUMNO LAS RESPONSABLES DEL APRENDIZAJE «COMO RENDIMIENTO».

Fenstermacher denomina «estudiantar» al conjunto de actividades que los estudiantes desarrollan para apropiarse del contenido (tratar con los profesores, resolver las tareas asignadas, leer la bibliografía, elaborar resúmenes, identificar dificultades, hacer consultas, ejercitarse, etcétera).

ENTONCES, LA ENSEÑANZA SÓLO INCIDE SOBRE EL APRENDIZAJE DE MANERA INDIRECTA, A TRAVÉS DE LA TAREA DE APRENDIZAJE DEL PROPIO ESTUDIANTE.

Se pasa así de una concepción causal de la relación entre enseñanza y aprendizaje a una concepción que reconoce mediaciones entre las acciones del docente y los logros de los estudiantes: mediaciones de carácter cognitivo (resultantes de los procesos psicológicos mediante los cuales los estudiantes intentan la comprensión, logran una representación mental del nuevo contenido y su integración con elementos disponibles de su estructura cognitiva) y mediaciones sociales (derivadas de la estructura social del aula y las interacciones a través de las cuales el conocimiento se pone a disposición y se comparte).

Presentar a la enseñanza como uno de los términos del binomio «enseñanza aprendizaje» es más bien una advertencia sobre el fin último de las acciones de enseñanza, sobre la responsabilidad social de los docentes de utilizar todos los medios disponibles para promover el aprendizaje, y sobre la necesidad de considerar las características de los destinatarios y no sólo los rasgos propios del cuerpo de conocimiento a transmitir. Tener en cuenta que si bien se piensa la enseñanza como un intento de transmitir un conocimiento cuya apropiación efectiva depende de las actividades desarrolladas por el propio destinatario no exime al docente de sus responsabilidades sobre el aprendizaje de los estudiantes; sino que ayuda a dirigir sus mayores y mejores esfuerzos.

LA ENSEÑANZA IMPLICA SIEMPRE UNA ACCIÓN INTENCIONAL POR PARTE DE QUIEN ENSEÑA.

APRENDIZAJE INCIDENTAL: HAY APRENDIZAJE, PERO NO, ENSEÑANZA INTENCIONAL

Sin duda, en la interacción social espontánea, las personas adquieren gran cantidad de información, destrezas, actitudes, valores, pero se trata de un aprendizaje cuyo desarrollo y resultados son gestionados de manera personal e incluso, en ocasiones, sin tener conciencia de ello. Aunque en el lenguaje cotidiano puedan utilizarse expresiones del tipo «La vida enseña», la enseñanza implica siempre un intento deliberado y relativamente sistemático de trasmitir un conocimiento. Es en la escuela, como agencia social especializada responsable de la reproducción cultural, donde este fenómeno adquiere su fisonomía más precisa, pero este tipo de influencia educativa no es privativa de las instituciones

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