Lectoescritura
Enviado por misionsucre • 15 de Octubre de 2012 • 5.764 Palabras (24 Páginas) • 347 Visitas
ENSEÑAR A COMPRENDER NUESTRO SISTEMA DE ESCRITURA
Gloria Rincón B.
Profesora Universidad del Valle
glrincon@univalle.edu.co
El propósito de esta ponencia es presentar algunas reflexiones que se generan al
considerar aportes tales como provenientes de las investigaciones psicolingüísticas
sobre la construcción del sistema de escritura en los niños, en la definición de una
didáctica para la enseñanza de la lectura y la escritura en los grados iniciales de la
escolaridad que pretenda privilegiar interacciones orientadas hacia el avance en su
formación como lectores y productores de textos de los maestros y maestras, los niños y
las niñas y a través de ellos una comunidad educativa, al mismo tiempo que desarrollan
su autonomía, autoestima, la valoración de la diferencia, la creatividad, la cooperación y
el intercambio y, en fin, amplifican sus capacidades como sujetos sociales y
constructores de conocimiento.
Para lograr este propósito, primero voy a enunciar, muy brevemente, los principales
aportes investigativos que transformaron la comprensión del cómo se aprende a leer y
escribir y luego voy a ponerlos en relación con las propuestas para la labor pedagógica y
didáctica de las y los maestras y maestros de los grados iniciales de la escolaridad.
Iniciemos pues. Hoy, hay un consenso en sostener que el aprendizaje de la lectura
y la escritura son procesos complejos, de naturaleza social, cognitiva y lingüística y no
mero producto del aprendizaje de unas técnicas para codificar y decodificar. ¿Por qué se
produjo este cambio conceptual?
El proceso de construcción del sistema de escritura en los niños, no había sido
visible, entre otras, por estas dos razones que manifiesta Ana Teberosky:
Dos (prejuicios) ... nos impidieron que, hasta no hace mucho tiempo, pudiéramos
ver las cosas de otra manera... En primer lugar, fue necesario superar la idea de
que la escritura y la lectura eran exclusivamente materias escolares, para
preguntarse que saben los niños antes de que se les enseñe a escribir en la
escuela. En segundo lugar, fue necesario disociar el conocimiento sobre el
lenguaje escrito de la habilidad para leer y escribir, para averiguar cuán "letrados"
eran los niños aún antes de ser "alfabetizados". Teberosky (1992: 57).
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En la década de los setenta, debido a la concepción conductista dominante sobre
el aprendizaje, era impensable la participación activa de los niños, antes o por fuera de
cualquier influencia escolarizada. Por esta razón, en relación con la enseñanza de la
lectura y la escritura, los estudios se centraban en la relación lenguaje-actividad
sensorio-motriz, más exactamente en la identificación de las condiciones que
posibilitaban el desarrollo de las denominadas habilidades específicas para este
aprendizaje. Una de estas líneas de investigación fue la encargada de explorar la
relación entre la capacidad de segmentar explícitamente una palabra en fonemas
(capacidad metafonológica o conciencia fonológica) y el aprendizaje de la lectura,
planteada inicialmente como condición necesaria1. La mayoría de éstos estudios se
realizaron en lengua inglesa y las pruebas experimentales no estaban ligadas directa o
indirectamente a tareas de lectura o escritura y menos aún, vinculaban la capacidad de
segmentar con el desarrollo de la escritura. Como resultado de éstas investigaciones se
derivaron pruebas para pronosticar el éxito o fracaso en el aprendizaje de la lectura.
La concepción dominante era la de la lectura como la asociación de unos
grafemas con unos determinados fonemas, para llegar a un significado, y de la
escritura como representación (transcripción) del lenguaje oral. Estas concepciones, se
hacen presente por ejemplo en:
- la atribución como prerrequisitos para el aprendizaje de la lectura de habilidades de
articulación fonética y de conciencia fonológica y para la escritura de motricidad fina y de
coordinación óculo-manual.
- las relaciones de causalidad que se establecen entre la calidad del desempeño oral y
el escrito, las cuales han servido además para justificar las deficiencias en la producción
de textos escritos de algunos niños, sobretodo de los provenientes de las capas bajas
de la población.
- la organización y presentación separada que de ambos se hace en primer grado: en el
aprestamiento sólo se trabaja con la lengua oral (considerada más simple) y luego el
énfasis es en la lengua escrita (considerada más abstracta).
1 Entre los trabajos más reconocidos en esta línea se encuentra el de Liberman y otros (1977), quienes
establecieron una correlación positiva entre esta capacidad y la presencia de buenos
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