Liderazgo, Comunicación Efectiva Y Resolución De Conflictos
marianagomtasal8 de Julio de 2013
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T E X T O S D E C A P A C I T A C I Ó N
E J E PA R A L A A C C I Ó N S I N D I C A L
Liderazgo, comunicación efectiva y resolución de conflictos
Organización Internacional del Trabajo
JOSÉ
OFICINA INTERNACIONAL DEL TRABAJO
EJE GERENCIAL
Prólogo
El propósito de este documento es reflexionar sobre las relaciones humanas, en tanto es una necesidad para nuestro trabajo y para nuestro ser. En el mundo del trabajo en el que nos desenvolvemos, mejorar las relaciones humanas favorece la producción, mediante el buen entendimiento de los distintos estamentos que
interactúan en una empresa, empleadores y trabajadores.
El texto desarrolla los aspectos conceptuales de las relaciones humanas, así como los ámbitos de liderazgo, comunicación y resolución de conflictos. En relación al liderazgo, expone las características y clasificaciones de los jefes y su relación con el equipo de trabajo. Con respecto a la comunicación, analiza sus postulados básicos, las acciones, los distintos tipos de actos del habla y las emociones, complementando lo teórico con ejercicios que facilitan su comprensión. Con respecto a la resolución de conflictos, expone lo que se entiende por conflicto y los distintos tipos de solución, entregando los elementos básicos para ejecutar
un proceso de mediación de conflictos.
A. Introducción
La Revolución Industrial se inicia en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVIII, gracias al perfeccionamiento de la máquina de vapor. Esto significó el paso hacia la producción de gran escala y el desplazamiento de los trabajadores desde el campo y las aldeas hacia los grandes centros industriales en donde sus condiciones de vida se redujeron a un nivel difícilmente creíble. Hombres, mujeres y niños trabajaban horas interminables, con escasa remuneración y viven apiñados entre la inmundicia y las enfermedades.
En efecto, en los primeros años de la revolución industrial se cuidaba más a las máquinas que a los trabajadores, pues sobraba la mano de obra y las máquinas eran muy difíciles de obtener.Taylor, investigador que se preocupó de estimar cuánto trabajo podía producir un trabajador eficiente y calcular con ello estándares de productividad, planteó los siguientes principios básicos:
• Seleccionar los mejores hombres para el trabajo.
• Dotar de buena iluminación y aireación los lugares de trabajo.
• Instruir en los métodos más eficientes y los movimientos más económicos a los trabajadores, para su mayor rendimiento.
• Conceder incentivos en forma de salarios más altos para los mejores.
En 1923 Charles Elton Mayo completa la investigación de Taylor sobre la imortancia del factor humano en la producción, replanteando la tesis al sostener que no es el trabajo individual el que produce los mejores frutos, ya que el hombre por ser un “animal racional” necesita de satisfacciones en la labor que desarrolla tanto individual como grupalmente. La industria, además de preocuparse de la producción, deberá entender que también cumple una “función social”, por lo que tiene que ir creando y distribuyendo satisfacciones entre su personal para incentivar su responsabilidad y preocupación de cumplir mejor y más
rápidamente con su labor.
Las conclusiones de Mayo fueron:
1. La primera ley social fue el “Acta de Elevación Moral” (1802) para proteger a los niños pobres, menores de 9 años, que trabajaban hasta la noche en las fábricas de algodón.
2. El trabajo es una actividad grupal.
• El mundo social del adulto está organizado principalmente por el trabajo.
• La necesidad de reconocimiento, seguridad y la conciencia de pertenecer a un grupo es más importante en la actitud y la productividad de los trabajadores que las comodidades físicas del trabajo.
• La efectividad y las actitudes del trabajador están condicionadas por la demanda social del interior, de la fábrica (a veces también de la demanda exterior).
• La colaboración de los grupos no se produce por accidente o casualidad, debe planearse y desarrollarse.
El propósito de este documento de trabajo es reflexionar sobre nuestras Relaciones Humanas, en tanto es una necesidad para nuestro trabajo y para nuestro ser.
Lo propio de la relación personal es recurrir al otro, considerándolo en su unicidad o integridad. En otras palabras, es estar con él, tal como es en sí mismo. Esto significa conocer la realidad del hombre y hombres, más aún, estar en contacto con el hombre para que se dé la perfecta relación.
La palabra relación significa “referirse a”, “contacto con”, “volverse a”. El concepto humano es relativo al hombre en lo que le es más propio. Entonces, deducimos que Relaciones Humanas es referirse a los hombres, contacto con los hombres, volverse a los hombres.
Las relaciones humanas pueden darse al “natural”, espontáneas. En ellas, el trato con nuestros semejantes es impulsivo, casi automático. Se traduce en actos y palabras no sujetas a control, sino al estado de ánimo que tengamos en un momento.
En el mundo tecnológico en que nos desenvolvemos las cosas deben ser administradas para obtener los objetivos propuestos; por eso, las personas que llamamos “bien educadas” han aprendido conductas y comportamientos que les permiten distinguir una actitud grosera o perjudicial, como negativa a la técnica de
comportamiento. Esto significa haber entendido que no puede obrarse impulsivamente, sino que deben tenerse en cuenta todos los factores que hacen posible una buena convivencia, el entendimiento mutuo y el respeto
recíproco.
Cada relación con los demás adquiere características propias y únicas debido a la individualidad. Sin embargo, los contenidos y campos de acción son comunes facilitando el encuentro y el diálogo.
Las Relaciones Humanas son un ARTE. Aprenderlo implica dominar la teoría y la práctica. No basta saber (conocer, investigar o estudiar).
Las Relaciones Humanas de hoy buscan encontrar los elementos que favorezcan la producción mediante el buen entendimiento de los distintos estamentos que interactúan. Por lo tanto, la producción está en los ámbitos de Liderazgo, la Comunicación y la Resolución de Conflictos.
B.-Liderazgo, comunicación efectiva y resolución de conflictos
Liderazgo
Entendemos por liderazgo el correcto ejercicio del mando, que se traduce en satisfacción del grupo de trabajo y de la empresa por haber cumplido con los objetivos encomendados.
El líder es el motor de la actividad que se ejerce desde el vértice del mando, inspirando y estimulando al grupo para cumplir con el trabajo encomendado.
En principio, el jefe tiene derecho a mandar, pero no dispone de un derecho absoluto (la obediencia tiene que ver con la costumbre, trato, normas de una sociedad, y en específico, de una empresa). Para mandar y obtener eficacia en el trabajo en grupo, es importante reconocer que el jefe debe producir consenso mediante un marco de confianza basado en la unificación de intereses, opiniones y sentimientos de afecto entre autoridades y los subalternos.
El líder es un concepto superior que trasciende por sobre el interés común del cumplimiento de objetivos.
1. Características de un jefe
El jefe debe poseer una actitud mental positiva, aceptando obligaciones y responsabilidades como parte de su trabajo. Debe dejar de lado muchos intereses personales. Debe saber determinar lo que se debe hacer, tener deseos de conducir al grupo y estar dispuesto a los sacrificios que el cargo exige. Deberá ser
activo, creativo y desarrollar aptitudes para la función que realiza. Tendrá que solucionar situaciones difíciles y aceptar las críticas.
Liderazgo y Jefatura no es lo mismo. Esta última equivale al cargo que tiene el jefe, el cual hace cumplir las funciones encargadas de acuerdo a normas establecidas. El líder, en cambio, es el que tiene capacidad de mando y la aceptación del grupo.
2. Clasificación de los jefes
a) Autocráticos: Pueden dividirse en tres tipos: estrictos, benevolentes e incompetentes.
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Autocrático estricto: es inflexible pero justo, no delega autoridad y vigila personalmente las situaciones favorables y desfavorables que puedan afectar al grupo. Puede ser generoso pero realzando la diferencia entre el jefe y el subalterno. Organiza personalmente el trabajo y reparte las tareas, fiscaliza el personal elogiando y reprendiendo pero defiende a sus subordinados frente a otras autoridades.
Autocrático benevolente: es esencialmente tímido, está asustado y agobiado por la responsabilidad moral hacia el equipo de trabajo.
Es eminentemente inconformista, siempre encuentra “peros” al trabajo que realiza el personal. Responde a lo que los subalternos le piden pero da lo que él estima que es bueno y necesario.
Autocrático incompetente: es el jefe que no tiene escrúpulos mientras extorsiona o fanfarronea para obtener lo que desea.
Es capaz de cualquier medida que lo favorezca. Cree en la omnipotencia de su
autoridad y exige cumplimiento de órdenes en tiempos imposibles de cumplir. Acosa a sus subalternos con reclamaciones insistentes y quejumbrosas.
b) Democráticos: Son aquellos que ordenan después de consultar al grupo, toman las decisiones después de
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