Liderazgo y Trabajo en Equipo Liderazgo y Género

Liderazgo y Género

María José Agurto

Liderazgo y Trabajo en Equipo

Instituto IACC

22/01/2018

Desarrollo

“En su país de origen, uno de los cargos más demandados en la actualidad es el de Ministro de Defensa. Cargo que implica el análisis de compra de material bélico que cada nación debe poseer para mantener la paz en situaciones extremas, ya sea por conflictos internos o externos. Existen 3 postulantes que la ciudadanía valida como efectivos para el cargo, entre ellos, destaca una mujer.”

Señalar, basándose en los conceptos de prejuicio y discriminación, cuáles podrían ser los factores potenciadores o restrictivos para la elección de una mujer.

En nuestro país existe un porcentaje bastante bajo de mujeres en cargos políticos, esto refleja la gigante desigualdad que hay en cuanto a la inserción social y cultural de la mujer. Por años, la lucha de la segregación de género se ha intensificado, llegando a retribuir participación de las mujeres en diversos cargos gerenciales, organizacionales y políticos. Aunque la cantidad de mujeres ha aumentado, sigue siendo preocupante la discriminación que hay hacia nosotras, por cuanto a los estereotipos que se crean en la mayoría de las organizaciones, que generalmente acogen al género masculino, dejando, una vez más, a las mujeres fuera de la opción de liderar.

Claramente, los prejuicios y discriminaciones no son solamente sociales, llega un punto en que se ve tan reflejada la desigualdad que nosotras mismas nos alejamos y abstenemos de ocupar cargos mayores, la falta de tiempo, las responsabilidades extras que se le asignan a nuestro género, etc. Son parte de los factores que nos afectan de manera personal.

Estudios señalan que las mujeres son consideradas poco confiables al momento de obtener un cargo de liderazgo, generalmente por las grandes exigencias y las competencias a las cuales deben enfrentarse. Adoptar un carácter jerárquico y de autoridad, generalmente desencadena reacciones negativas, por lo tanto, las mujeres, para evitar eso, deben preocuparse de entregar cierta calidez, expresar apoyo hacia otros, sonriendo, mantener un carácter más bien dócil, para tener éxito en su liderazgo. Esto, según los estudios, ayudan a que la imagen de una mujer líder, no se vea manipulada y comparada con un actuar machista, se refiere a que la mujer líder, debe mantener su femineidad, ya que las relaciones que se establecen dentro de organizaciones, debido a los prejuicios que existen, son mejores y con mayor aceptación que una mujer que quiera ejercer el control de los subordinados mediante una dominante comunicación.

Existen casos en que hay mujeres discriminando mujeres, más allá de potenciarnos como género, lograr una unión y una convicción colectiva entre nosotras, denigramos nuestra propia naturaleza. Por lo general, estas discriminaciones vienen de mujeres que poseen algún cargo importante, quizás no liderando un amplio grupo, pero llevando a cabo una tarea mayor.

Un caso más cercano es el de nuestra Presidenta, quien a lo largo de su período de gobierno, ha tenido que soportar las innumerables discriminaciones y prejuicios que se le atribuyen a la mujer como, las mujeres no saben dirigir, las mujeres manejan mal, etc.

Para una mujer, liderar un cargo político como lo es el Ministerio de Defensa que durante décadas ha sido una rama tradicionalmente dominada por hombres, es algo que no se le atribuye a las potencialidades del género, es decir, para tener un cargo como lo es defender los intereses del país y mantener la paz con material bélico, es algo que no está dentro de nuestro carácter natural, y tampoco forma parte del estereotipo que se nos ha asignado.

Por otro lado, en relación a las decisiones y estrategias que adoptan las mujeres en el curso de sus trayectorias laborales en cuanto a ascenso, estas están estrechamente relacionadas con el significado que otorgan al trabajo en sus vidas, el cual se refiere a la importancia o grado de prioridad que le asignan a este. (Mauro, 2004a)

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