Los niños y las niñas durante las sesiones de Educación Física
jose1213212Ensayo15 de Junio de 2017
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Los niños y las niñas durante las sesiones de Educación Física
A lo largo del curso, se ha observado una evolución positiva con respecto a la adaptación de estas niñas y estos niños. Este proceso se ha visto favorecido en un ambiente donde el alumnado ha tenido la posibilidad de relacionarse a través de uno de los medios más importantes para la socialización, el Juego. Este juego puede desarrollarse fundamentalmente en dos momentos de la vida escolar, en los recreos y durante las clases de Educaci6n Física. Nuestras sesiones de Juego libre presentan ciertas ventajas con respecto a los recreos. Mientras que en los amplios patios de recreo confluyen cientos de niños y niñas de diferentes edades, en las clases de Educaci6n Física sólo convive el propio grupo; en un lugar mucho más reducido y lleno de ambientes de aprendizaje. Esta situación ha facilitado y ha 'estimulado el acercamiento, la relación y la cooperación.
Cambiar estos comportamientos sexistas es muy difícil, ya que las anuencias socioculturales que reciben a lo largo de todo el día son mucho. Más potentes que las dos o tres horas semanales de Educación Física. Sin embargo, algunos profesores. observaron algún cambio positivo, niñas que los principios se mostraban inactivas e interesadas por juegos muy "de niñas", fueron cambiando a lo largo del curso. En nuestras sesiones, los ambientes de aprendizaje que les presentamos no están pensados en función del sexo. Si organizamos una sesión con todos los ambientes orientados al bloque de "saltos". estamos invitando a que todo el grupo realice actividades! de salto. En muchas ocasiones también se ha organizado toda una sesión con materiales que se suelen considerar "femeninos" o "masculinos", como por ejemplo toda una sesión con cintas de gimnasia rítmica, o con cuerdas para trepar, etc. De esta forma, se da la posibilidad de que tanto las ni/las como los ni/los prueben todo tipo de actividades.
Una escuela elemental
La experiencia escolar infantil está dominada por un principio de integración, Los escolares interiorizan las expectativas y las normas propuestas por los maestros y los alumnos por medio de una "autoridad natural", A priori, todo pasa como si los alumnos no fueran sino receptáculos de las categorías escolares y esa lógica de integración, esos conformismos dominan también las relaciones infantiles en el grupo de pares. En este sentido, los alumnos de la escuela elemental con los que trabajamos aparecen corno duramente social. Esta imagen, que durante largo tiempo dominó la sociología de la educación, no carece de fundamentos: los escolares serían lo que los adultos hacen de dios. Pero esa lógica de integración y de conformismo no basta para describir la experiencia escolar de alumnos de 9-11 años, que hemos reunido en dos grupos socialmente contrastados.
En efecto, los niños son también los actores de su socialización en la medida en que comienzan a percibir una tensión entre el niño y el alumno que cohabitan en ellos, entre dos conformismos que no se recubren exactamente, lo que les permite desprenderse un poco de la omnipotencia del maestro y del control social. Por otra parte, el aula es un espacio competitivo, hecho de fracasos y de éxitos, de anticipaciones individuales, si no de verdaderas estrategias que refuerzan también la subjetivación de los niños. Los alumnos están fuertes entre subordinados a las categorías y normas escolares por la omnipotencia del maestro' En esta vinculación entre el escolar y el maestro, se manifiesta Con más claridad la aspiración a una fuerte unidad, no desprovista de conformismo. Los niños se presentan evocando el nombre de u docente y la relación de maestro alumno se construye sobre la búsqueda de un reconocimiento por el maestro.
Un buen colegio
Las tensiones de la experiencia colegial aparecieron con extrema vivacidad en el colegio popular. Son mucho menos intensas en el buen colegio de clases medias. Allí donde se observaba una distancia entre la escueta y la sociedad, las familias intentan asegurar una continuidad y, a veces, van más allá de las expectativas de la escuela reforzando sin cesar los pedidos de resultados. Allí donde el futuro parecía incierto y peligroso, el colegio es aún el tiempo de una escolaridad "natural", cuya importancia es medida por cada uno sobre todo por temor a decepcionar. La tensión entre la adolescencia y la escuela, entre payasos y bufones, existe también en el buen colegio, pero suavizada porque los colegiales aceptan de mejor gana la influencia de las categorías escolares sobre la imagen que tienen de ellos mismos. El oficio dé alumno eficaz se adquiere a través de toda una serie de prácticas de desvío, que no son en absoluto un desafió a la escuela.
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