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Manejo O Crianza


Enviado por   •  19 de Octubre de 2014  •  1.797 Palabras (8 Páginas)  •  225 Visitas

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LA CRIANZA DE LA ALLPAMAMA

El “manejo de recursos naturales”; es una forma discursiva de expresar el dominio del ser humano sobre la naturaleza. Este dominio se establece mediante la separación de quien domina y la naturaleza dominada; y se complementa con la definición de la posibilidad de encontrar soluciones provenientes de la tecnología para allanar cualquier dificultad “ambiental” que ocurra en cualquier parte y sin diferencias específicas . Entendemos la posibilidad de las soluciones de la tecnología, como la propuesta occidental que rechaza otros aportes.

Mediante esta forma de entender las relaciones, nos separamos de la vivencia íntima con la naturaleza; se reducen los nexos a la supremacía del “hombre” sobre la vida ; sobre una naturaleza pasiva que acepta resignada la voluntad masculina. La naturaleza está desapareciendo; el discurso del desarrollo ha impuesto al medio ambiente como el nuevo espacio de interacción entre las personas y los espacios en los cuales actúa . Hace más de 10 años que no aparece la palabra naturaleza en la literatura del desarrollo; ahora el espacio imaginario se llena con el discurso del desarrollo.

Es la representación de la “modernidad”; el sujeto y el objeto no se pueden integrar; de otra forma, no somos “objetivos”.

“Manejo de recursos naturales” es una frase completamente impersonal en donde el sujeto que maneja se esconde cuidadosamente detrás de la cortina creada por los términos y expresiones del discurso dominante. Con el paso del tiempo, esta aseveración (sí se pueden manejar) ha sido disfrazada (y personificada) con el apelativo de comunitario y con toda suerte de adjetivos distractores - disfrazadores. Se trata de involucrar en el discurso a las personas que conviven con la naturaleza mediante relaciones específicas de cada cultura, en una forma única y moderna de uso de la vida .

Pero el hecho de introducir un adjetivo calificativo a la expresión Manejo de Recursos Naturales, no implica una participación funcional en estos procesos. La participación se reduce a la presencia o a la pronunciación de opiniones. No es una interacción. No debemos dejarnos atrapar por esta trampa sutil; es necesario producir una alteración de las corrientes que atrapan con gran argucia y sin mucho esfuerzo a personas que se enfrentan a los retos del trabajo en el campo.

Esta propuesta de alteración puede ocurrir con la implementación de códigos interculturales que permitan despertar a las personas mediante la visualización de las contradicciones e irrealidades de los postulados que se esgrimen como ineluctables o kármicos . Algunos de estos propuestos se pueden ver en expresiones como: Es un mundo globalizado; si no firmamos el TLC nos fregamos, el motor del desarrollo es la economía.

Muchas personas argumentan las posibilidades de la aceptación del desarrollo mediante la propuesta de variaciones en los adjetivos que le acompañan; se pretende que sean diferentes desarrollos por el hecho de tener apéndices. La estrategia es acompañar la palabra desarrollo con adjetivos calificativos que surgen de las modas del discurso. Desarrollo humano, desarrollo sostenible y su insufrible hermano de leche el desarrollo sustentable.

El desarrollo humano sostenible y toda suerte de combinaciones son solo expresiones creadas en pos de la colonización de la mente que nos limitan la visión de nuestro propio accionar. Es decir, se esgrimen para que las personas piensen que esta vez SI se hará algo por los pobres de la tierra. Son expresiones descontextualizadas de la situación de la naturaleza y las relaciones recíprocas que se establecen con la humanidad.

“El desarrollo es un mito global y una concepción reduccionista donde el crecimiento económico es el motor necesario y suficiente para todos los desarrollos …. Por lo tanto, la noción del desarrollo se encuentra gravemente subdesarrollada; y el subdesarrollo, es un producto pobre y abstracto de la noción pobre del desarrollo”.

Estos conceptos deben ser rechazados; son una enfermedad para el mundo y la humanidad y son un ultraje para la vida.

En sus escritos, Saramago nos relata la vida interior como una caverna en donde nos agazapamos, solitarios, inciertos; recordamos a Calderón de la Barca y “La vida es Sueño”; se degradan las relaciones interpersonales, las costumbres, no hay carácter; solo se está allí, victimados por el desarrollo, aterrados y creando apodos para nuestro victimario para sentirnos libres y liberadores.

El discurso está creando e inyectando formas de racionalizar al ser humano para adaptarlo a la racionalidad del discurso; el discurso actúa como un sistema autorregulado. Como un sistema de control de la calefacción; un sistema mecanicista que reduce las cosas a “cosas que se pueden cuantificar”.

Entonces, aparece la ceguera, al decir de Saramago, y se ignora a los seres concretos y a la complejidad de lo real puesto que no podemos cuantificarlo; así, “el avance del desarrollo es el avance de la barbarie”.

El “manejo de los recursos naturales” no solo no permite visualizar los diferentes significados locales y las diversas prácticas establecidas mediante el paso del tiempo en sitios determinados sino que los subsume detrás del discurso y subestima todo aporte no ligado con el mismo discurso.

Se asume el desarrollo como un don proveniente de la sabiduría del gran padre blanco que iluminará las oscuras e improductivas vidas de las minorías periféricas.

Al desconocer los elementos culturales tales como el acceso a ciertos lugares y sus significados, las formas de transmitir la sabiduría, las expresiones espirituales y rituales, todos estos en sus formas de relación con la naturaleza, el discurso dominante renueva su énfasis utilitario y avasalla las posibilidades

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