Medico-paciente Comunicacion

Introducción

El médico en la consulta utiliza el descubrimiento de la verdad, conocimiento científico que se ha difuminado en el advenimiento de la tecnología, misma que aleja el humanismo y comprensión con que el médico tradicionalmente trataba a sus pacientes. La medicina moderna, ha incorporado nuevos parámetros, transformando los principios éticos de beneficencia y respeto.

La sociedad añora al médico hipocrático pleno en herramientas comunicativas que escucha con atención en reciprocidad y reflexiona sobre lo visto y dicho.

El proceso de comunicación en medicina es elemento esencial, mirar y escuchar en primer lugar, después pensar y reflexionar, finalmente expresar de modo comprensible para todos sus interlocutores lo que se ha visto, escuchado y pensado. La comunicación esta encausada a desentrañar el punto de encuentro en la relación médico paciente con el concurso de sus herramientas indispensables para que la ciencia de la medicina se ejerza a plenitud.

La aparición de distintas formas de apreciar la realidad y la dinámica social, han dado un cambio radical al sistema de valores y convicciones sociales apareciendo una actitud más crítica al equipo de salud. Si a esto le agregamos la poca tolerancia a la posibilidad de error, se abre una gran brecha en la relación médico – paciente que se ve acrecentada por la inadecuada actitud del médico con experiencias negativas.

En los años setenta se identificó una práctica profesional diferente, se trataba de una actitud defensiva ante el paciente. Su presencia se justificaba por el incremento en el número de denuncias contra los médicos por resultados desfavorables. A este tipo de actitud se le define hoy como Medicina Defensiva, la cual se considera no profesional e inadecuada desde el punto de vista ético, profesional, administrativo y jurídico, ya que propicia desconfianza y poca comunicación en la relación médico paciente.

La Medicina defensiva

El médico que ejerce la medicina defensiva, es un médico inseguro y temeroso de que lo demanden. Deja de tener criterios basados en la clínica, incrementa sin fundamento pruebas diagnósticas, referencia a otros especialistas, consultas de seguimiento, la información brindada y la documentación médica.

La medicina defensiva deteriora aún más la relación entre médicos y pacientes, para resolver el problema de fondo, hay que ir al verdadero origen del problema, y éste radica en la relación que el médico mantiene con su paciente y que en un futuro, el médico recupere la figura de respeto, confianza y cariño de todos sus pacientes.

Los médicos para combatir la medicina defensiva deben desarrollar la capacidad de comunicarse adecuadamente. Comunicarse implica un proceso en el que se comparte información para llegar al entendimiento mutuo, la retroalimentación es fundamental para estar ciertos que el paciente entendió lo que tratamos de explicar. Pero también se identifica la comunicación no verbal, la cual debemos tomar en cuenta, ya que hay actitudes qe dicen más que mil palabras. La comunicación no verbal es parte inseparable del proceso integral de comunicación. Sirve para repetir contradecir, sustituir, complementar, acentuar o regular la comunicación no verbal, ya que habla a través de las emociones. En adición se debe considerar el paralenguaje que tiene que ver con la vocalización, ciertos sonidos no lingüísticos, como la risa, el bostezo, el gruñido y ciertas distorsiones o imperfecciones del habla como pausas y repeticiones.

Síndrome de Burnout, efectos en la práctica clínica.

El médico presenta incertidumbre por los mejores resultados y todavía más por los inevitables, por los no esperados y obviamente no deseados, ello sin duda genera estrés, afectando sus respuestas dependiendo de su autoestima. Ello puede llevarle a una sensación de nada hacer bien don pérdida de sentido y control de las situaciones estresantes apareciendo un cuadro clínico que se ha denominado “Síndrome de Burnout” que se ha conceptualizado como un trastorno adaptativo producido por un estrés laboral crónico, definido este último como un estado psicofisiológico producido por cualquier estímulo o situación que requiere adaptación o cambio a la que se responde con un estado de ánimo disfórico. Éste ha crecido en la medida en que ha aumentado la importancia en la atención al bienestar global del individuo y la sociedad alrededor de las expectativas y exigencias sociales y el papel del estrés y su riesgo en la respuesta del individuo a su entorno laboral.

Científicamente se han identificado tres factores: 1) Agotamiento equiparable a pérdida de energía, fatiga física y psíquica. 2) Despersonalización, con la aparición de actitudes negativas hacia los pacientes y distanciamiento emocional, irritabilidad y rechazo y 3) Fallo en

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