Memoria de titulo Pantallazos José Valdés

Obsesividad y búsqueda

Distorsión espacial y temporal.

José Valdés Hernández

Fotografía y Cine

Profesor: Cristian Maturana

Múltiples y variados son los intereses del ser humano, quien, ya sea intentando justificar su existencia, ejerciendo su determinación (o la de otros) para lograr sus objetivos, o dominado por el imparable flujo de sus emociones, se lleva a sí mismo a las más diversas situaciones. Al recuento de estas historias le hemos llamado destino, el cual, determinado previamente o no, se presenta como una suerte de narración ineludible que, al recordarla, pareciera tener un carácter cinematográfico.

En esta búsqueda por sus motivaciones, o por lo que desprenda de ellas, el ser humano se proyecta, consciente o inconscientemente, hacia el futuro de una manera incesante. Esta incesante proyección, sumado al apego emocional o racional, se presenta como una característica esencial de uno de los temas que transita por todas las obras cinematográficas presentadas durante el ramo, la “obsesividad”.

La obsesividad acompaña al ser humano desde tiempos inmemoriales, siendo generadora de la historia y creadora de consecuencias que hasta el día de hoy existen, como en el caso de Alejandro Magno quien en su obsesión por conquistar todos los territorios conocidos hasta ese momento, termina expandiendo el helenismo por todo el territorio, tal vez, sin él, muchas características de la cultura actual se habrían perdido para siempre y nuestra manera de habitar en el mundo sería muy distinta. Otro caso ejemplar es el de Gengis Kan, quien en su afán por unificar a las tribus nómadas del territorio de Mongolia, expandió su imperio hasta oriente medio. Se dice que 1 de cada 450 personas en el mundo posee genes de Gengis Kan, considerando los 7.000.000.000 de habitantes da un aproximado de 15.550.000 personas que aun poseen genes suyos a día de hoy, impresionante si consideramos que esta obsesión aconteció hace más de 800 años.

Es por esto que en este ensayo, por medio de las relaciones implícitas en las narraciones de las películas observadas a lo largo de este ramo, pretende ahondar en la vertiginosa y caótica vertiente de los intereses y motivaciones humanas.

La idea de obsesión, tiempo y espacio.

Existen varias nociones que pueden determinar lo que es (y no es) obsesivo, una perspectiva popular es que, ante la insistencia en las intenciones de una persona por lograr sus cometidos se tiende a etiquetar con este sello. Podrían tal vez establecerse grados para la obsesión. Pero sin embargo la psiquiatría establece la obsesión en alto grado como un trastorno mental denominado “neurosis obsesivo-compulsiva”, sin embargo en este ensayo no hablaremos del conjunto

de comportamientos necesarios establecidos por los neurólogos para clasificar a sus pacientes. Lo que nos convoca es la idea de la obsesión en sí misma y la percepción que se ha tenido de esta en la cultura occidental, expresada de distintas maneras en los filmes vistos en clases.

En el Film “Following” nuestro protagonista, quien no posee nombre (lo que podría significar que se quiere representar a cualquiera con su personaje), es un escritor tan obsesionado con finalizar sus obras que, en la búsqueda de inspiración, se introduce en un mundo completamente ajeno a él donde encontrará la concreción de su destino. Este mundo en el que “The Young Man”, (en adelante TYM), se introduce, ilustra perfectamente una idea planteada por el profesor Otto Dörr Zegers, catedrático titular de la escuela de Psiquiatría de la Universidad de Chile y Jefe de Servicio del Hospital Psiquiátrico de Santiago, quién en su ensayo “Fenomenología de la obsesividad” nos relata que, así como con otros fenómenos de la mente, como la angustia o las fobias, la obsesión transforma y restringe la percepción del espacio físico del sujeto.

“En la neurosis obsesiva, (así como en la neurosis fóbica), también el espacio se torna estrecho, opresor e invasor, pero de una manera mucho más compleja, en primer lugar no se trata de un solo objeto (maquina, animal, calle), sino de un conjunto de objetos vinculados entre sí por un significado en común y que se emancipan del resto de los objetos del mundo, atrapando toda la atención del paciente hasta el punto de paralizarlo”

TYM en su afán por buscar una inspiración, por completar sus obras, comenzó a seguir personas por la calle, incluso estableciendo reglas para la selección de sus “elegidos” decantando una serie de acontecimientos que lo llevan a la concreción de su destino fatal. Pero no es solo el protagonista el que posee una obsesión en esta cinta, ya que, prácticamente cada personaje posee una fijación que motiva sus acciones. Cobb es el personaje que inserta a TYM en el saqueo de casas, para él, la selección de los lugares debe ser muy meticulosa y estricta, además gusta de reordenar ciertos elementos de los lugares que visita.

“El espacio obsesivo”

El obseso desprende a los objetos de sus interconexiones con todo lo demás, generándose una suerte de espacio en que todo surge y se genera a partir del objeto de obsesión, como sucede en la película PI, en la que Maximilian Cohen, un matemático paranoico que sufre de migrañas, acaba en un mundo en el que todas las acciones están determinadas por este objeto/idea del numero PI, a pesar de los consejos de su mentor, Cohen no puede librarse de la carga que para el significa la comprensión de este concepto y acaba dominándolo completamente. Este modo suyo de relacionarse con el objeto/idea PI de cohen, así como la busqueda incesante de TYM, o la necesidad de Jake Scully en “doble de cuerpo” por desentrañar la muerte de la mujer con la que se había obsesionado, representan la deformación de uno de los rasgos fundamentales que, según Martin Heidegger (1927) caracterizan la espacialidad humana: el des-alejar (Das Ent-Fernen), es decir, la tendencia del hombre a acercarse a las cosas, reconocerlas e integrarlas al espacio.

“En el obsesivo, los objetos que capturan su atención y estrechan su espacio, se tornan desconocidos, y en cierto modo todopoderosos”.

TYM entiende que corre un riesgo al ingresar a las casas y al robar el dinero. Cohen ha experimentado previamente la no obsesión por PI y sabe que existen muchos misterios matemáticos fuera de él.

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