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Metodología Para Expositores


Enviado por   •  27 de Agosto de 2014  •  10.655 Palabras (43 Páginas)  •  267 Visitas

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CAPITULO 1

1. LA EXPOSICIÓN:

La exposición es una técnica de comunicación que tiene la finalidad de explicar y desarrollar un tema en forma rigurosa, clara y objetiva. También llamada disertación, consiste básicamente en pensar, razonar, reflexionar y hablar detenida y metódicamente sobre alguna materia o tema, bien para exponer, bien para refutar opiniones ajenas. En cualquier exposición oral participan: el expositor o los expositores y la audiencia o el público.

El expositor, además de dominar el tema que expondrá, debe hablar con claridad y con un tono de voz adecuado para lograr la atención y la participación del público, es decir tendrá conocimientos sólidos sobre oratoria. La audiencia debe documentarse acerca del tema, escuchar atentamente, hacer anotaciones de los aspectos más importantes y formular preguntas cuando el expositor conceda la palabra.

Para tener control sobre la realización de una exposición, el hecho de argumentar en público una idea, un proyecto, una propuesta de solución a un problema o simplemente compartir información, es necesario que cumpla con los estándares de calidad, atributos y características que lleven a efectuar el propósito para el que fue diseñada, es decir, que logre el éxito.

2. MÉTODO DESCRIPTIVO:

El método expositivo, que consiste en la declaración de un tema lógicamente estructurado, en donde el recurso principal es el lenguaje oral, es uno de los más antiguos y probablemente es el recurso de enseñanza, capacitación y promoción más utilizada. De esta manera, la exposición como método provee de estructura y organización de temas complejos pero también permite extraer los puntos importantes de esa amplia gama de información. Para realizarla, es preciso lograr que nuestros interlocutores reciban un mensaje claro, concreto, específico y acorde a los objetivos trazados. La posibilidad de contar con el tiempo y la atención de un grupo de personas, muchas veces con poder de decisión, es una oportunidad estratégica que puede aprovecharse al máximo si se cuenta con los conocimientos y técnicas adecuadas.

Mientras que el trabajo duro y las buenas ideas son esenciales para el éxito, la habilidad para expresar esas ideas y conseguir que otros se sumen a ellas es igual de importante. Cuando el discurso es uno a uno, en grupos pequeños, depende mucho de la expresión verbal y no-verbal del orador, pero en discursos más formales como un examen de grado o la venta de un proyecto, o una conferencia ante públicos numerosos, lo primero que se requiere es capacitarse, ya que en el mundo actual frecuentemente se producen situaciones en las que es necesario exponer un tema determinado ante públicos específicos.

En la actualidad, con las facilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de la información y las posibilidades de mayor acceso a la misma, este recurso ha ido variado sus características originales al integrar herramientas de diversa índole para que el expositor pueda estructurar y organizar un determinado material para hacerlo más accesible a su audiencia. Actualmente el discurso oral se ha visto enriquecido hasta convertirse en verdaderas experiencias multimedia; la principal virtud de las presentaciones digitales es que permiten integrar fácilmente información de diferentes fuentes y tipos (texto, imagen, sonido, vídeo, interacción).

Esta guía profundiza aquellos aspectos que se refieren a la preparación, forma y ejecución de las exposiciones en diferentes ámbitos académicos o empresariales. Si este pensamiento lo pone nervioso, recuerde que no está solo; muchos expositores carecen de las habilidades y la confianza para hacer exposiciones eficaces, en algún momento todos hemos sido víctimas de oradores que nos pusieron a dormir y, aunque probablemente ellos sabían de su ineficacia se enfrentaron al reto, a pesar de tener las mejores intenciones, puede ser que usted no lo haga mejor. Puede conocer el tema y anotar las ideas, pero en el momento de exponerlo todavía no lo hace bien: ¿Será por la manera en que entrega su discurso? ¿O quizá la audiencia no está interesada en el tema?

Ésta es una descripción bastante exacta de lo que sucede, una y otra vez, a estudiantes de nivel superior y posgrado, profesores, profesionistas y ejecutivos de muchas compañías. ¿Por qué estas personas talentosas dudan en el momento de diseñar una buena exposición? Quizá porque no saben organizar lógicamente los puntos cómo crear un mensaje claro y preciso, cómo incluir historias vívidas en su charla, cómo desarrollar el tema, cómo motivar a la audiencia, cómo sacarle provecho a todas las herramientas y recursos audiovisuales, cómo practicar su exposición de la manera correcta y cómo llamar a la acción. En pocas palabras, dudan porque desconocen cómo hacer exposiciones exitosas.

La clave para lograr el éxito en esas situaciones, supone los siguientes aspectos:

• Conocimiento del tema.

• La selección y estructuración de los contenidos.

• Facilidad a la hora de comunicarlos.

• Comodidad ante los interlocutores.

• La utilización eficaz de herramientas tecnológicas de apoyo.

Sin embargo, cuando la comunicación es escasa y el contenido deficiente no se puede solucionar ni con la más moderna tecnología ni con un libro, un curso y, ciertamente, no por la presente guía; lo que se necesita es aprender a investigar.

Cuando el método de exposición se aplica de manera apropiada, con el contenido adecuado a los espacios de tiempo disponible e integrado otras estrategias didácticas, puede contribuir enormemente a lograr su objetivo. No obstante, cuando estas premisas no se cumplen y sólo se emplean los recursos tecnológicos sin sentido algunos autores, como Tufte denominan a este fenómeno el “síndrome de PowerPoint”, “PowerPointlessness” o “PowerPointitis”; es decir, el abuso del medio digital para intentar suplir la deficiencia de contenidos, aunado al desconocimiento del lenguaje audiovisual en una herramienta eminentemente multimedia; en la que se intenta saturar de texto como si fuese un medio impreso al desconocer todos sus potenciales. No estamos en contra del empleo del software sino de su uso deficiente; de hecho, lo que aquí se propone es el empleo adecuado tanto del método de exposición como del uso didáctico de las presentaciones digitales el problema no es el software,

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