Movilizar Saberes A Prtir De Las Competencias

Universidad Estatal De Estudios Pedagógicos

Maestría En Pedagogía

Corrientes Contemporáneas De La Pedagogía

Movilizar Saberes En educación Básica A Partir De Las Competencias

Martha Aurora Reyes Ramírez

Nallely Silva Valladares

Grupo

M72

Mexicali B.C., A 25 De Junio De 2013

Movilizar saberes en educación básica a partir de las competencias docentes

El reconocimiento de una competencia pasa no sólo por la identificación de las situaciones que hay que manejar, de los problemas que hay que resolver, de las decisiones que hay que tomar, sino también por la explicitación de los saberes, de las capacidades, de los esquemas de pensamiento y de las necesarias orientaciones educativas. Para poder enseñar a través de las competencias es necesario para los docentes que conozcan el perfil de egreso de educación básica, el cual concluye en secundaria; además de los planes y programas específicos de la materia que imparten. De acuerdo a estos dos retos podrá desarrollar en su planeación una movilización de saberes en los alumnos.

La movilización de saberes se presenta tanto en situaciones comunes como en complejas de la vida diaria; por lo tanto se debe de poner en práctica los conocimientos adquiridos a lo largo de la vida y si es posible adecuarlos en función de la situación que se esté presentando. Esto exige la adquisición de los saberes socialmente construidos, la movilización de saberes culturales y la capacidad de aprender permanentemente para hacer frente a la construcción de conocimiento.

En este sentido el Plan de Estudios. Educación básica 2011, plantea las 5 competencias del perfil de egreso de educación básica:”1.competencia para el aprendizaje permanente; 2. Competencia para el manejo de la información; 3.competencia para el manejo de situaciones; 4.competencia para la convivencia; 5.competencia para la vida en sociedad” (SEP, 2011, p.42). De esta manera se pretende que la Educación Básica contribuya al desarrollo de mejorar la manera de vivir y convivir en una sociedad cada vez más compleja, contribuyendo a la formación de ciudadanos, implicando el desarrollo de de las competencias como propósito educativo central.

Las competencias antes mencionadas contribuyen al logro del perfil de egreso y deben desarrollarse desde todas las asignaturas (de manera transversal), procurando que se proporcionen oportunidades y experiencias de aprendizaje para todos los alumnos. La formación basada en competencias, además de responder a la necesidad de brindar una formación más adecuada al mundo del trabajo, permite recuperar los principios pedagógicos de los movimientos de la escuela nueva y de la pedagogía activa, los cuales proponen una formación vinculada con la práctica social y laboral; es decir, que sepa cuándo, cómo y por qué usar dichas competencias.

Para Perrenoud (2007), las competencias representan una capacidad para movilizar varios recursos cognitivos que hacen frente a situaciones. No son conocimientos, habilidades o actitudes, más bien movilizan, integran y orquestan tales recursos. Dicha movilización es adecuada a la situación pero como cada situación es única. Necesariamente la competencia implica flexibilidad, un saber hacer (habilidades) con saber (conocimiento), así como la valoración de las consecuencias del impacto de ese hacer (valores y actitudes).

Las competencias movilizan y dirigen componentes hacia la obtención de objetivos concretos; son más que el saber, el saber hacer o el saber ser; ya que se manifiestan de una forma integrada, poseer solo conocimientos y habilidades no significa ser competente, por ejemplo: puedes der muy bueno al momento de planear y pésimo frente a grupo .

La movilización de saberes, ayuda a visualizar un problema, establecer los conocimientos para resolverlo, reorganizarlos en función de la situación, así como proveer lo que falta.

Las capacidades que el alumno va a desarrollar durante el proceso formativo, se vinculan con las competencias que necesitará en el futuro para desempeñarse en una situación real de trabajo. Esto hace que la actividad formativa tenga más significado para el alumno; por lo tanto una competencia requiere de distintos tipos de saberes que sirvan de base para los alumnos al comprender la situación, seleccionar alternativas y actuar de manera eficaz, incluso proponer mejoras.

De acuerdo con Delors (1996), establecer la educación durante toda la vida en el seno de la sociedad, implica “aprender a conocer” (aprender a aprender), “aprender hacer” (poner en práctica lo que se sabe y el trabajo colaborativo), “aprender a vivir juntos” ( comprender al otro para participar y cooperar) y “aprender a ser” (fomentar competencias para desarrollar capacidades), en donde su principal planteamiento a la hora de afrontar el sistema educativo actual es el de convertirlo en uno más flexible que permita la diversidad de aprendizajes a lo largo de su proceso de aprendizaje, afirmando que “aprender a aprender ” podría ser la respuesta a la demanda de trabajo, utilizando como herramienta las competencias que poseemos.

Para Díaz Barriga (2002) “Aprender a aprender”, es la capacidad de reflexionar en la forma en que se aprende. Es actuar en el resultado, autorregulando el propio proceso de aprendizaje, mediante el uso de estrategias flexibles y apropiadas que se transfieren y adaptan a las nuevas situaciones. Esto nos lleva a un aprendizaje significativo, partiendo del procedimiento o recurso utilizado por el docente, el cual dota a los alumnos de estrategias efectivas para el mejoramiento de aéreas específicas y dominios determinados.

Solo existen competencias estables si la movilización de saberes va mas allá de la especulación que cada docente es capaz de realizar. Crear una competencia según Perrenoud (2007), es lograr identificar y encontrar en los alumnos conocimientos adecuados; si dichos conocimientos ya están presentes, organizados y designados por el contexto, el trabajo docente deberá ser de mayor compromiso, pues la parte esencial de transferencia y la movilización será esquivada por el conjunto de esquemas formados a lo largo de la vida; los cuales se vuelven hábitos.

La movilización de los saberes en una situación, se facilita por los esquemas de percepción, pensamiento y acción que el sujeto va construyendo en la práctica de su oficio; de tal manera los esquemas permiten movilizar conocimientos, métodos, informaciones y reglas para enfrentarse a una situación en una serie de operaciones mentales de alto nivel. Por tal motivo será necesario en el docente crear una competencia profesional en donde se apoye en diversos conocimientos disciplinarios, sea flexible, domine rápido y con seguridad su programa o plan de clase, sea experto en coordinar y diferenciar rápidamente esquemas de acción y sobre todo deberá tener conocimiento para enfrentar situaciones nuevas.

El docente competente es capaz de reconocer en su bagaje de conocimientos y procedimientos diversos, aquellos relacionados con el problema; realiza operaciones mentales complejas: relacionar, interpretar, incluye, infiere, inventa. Pone en práctica una intuición propia de su oficio, movilizando saberes en el alumno para resolver situaciones complejas siendo capaz de asociar e integrar en su labor esquemas específicos y estructurados de pensamiento y acción que le permitan reconocer los propios saberes disponibles.

Se expusieron en los lineamientos para la formación y atención de los adolescentes 2011. Guía para el maestro. Educación básica. Tutoría, que:

El grado de dominio de una competencia implica que el docente observe el análisis que hace el alumno de una problemática, los esquemas de actuación que elige y que representan la interrelación de actitudes que tiene; los procedimientos que domina y la serie de conocimientos que pone en juego para actuar de manera competente (SEP, 2011, p. 62).

La función docente es introducir los procesos de construcción del alumno con el saber colectivo, orientando y guiando una actividad mental útil (con una grado considerable de elaboración), sin embargo el alumno es el responsable de su proceso de aprendizaje (Díaz- Barriga y Hernández, 1999).

Las competencias docentes también requieren de una actualización permanente, la capacidad de trabajo en equipo, habilidades para comunicarse efectivamente, entre otras. Así también, estas competencias se exigen de parte de los formadores, quienes tienen a cargo dirigir los procesos de enseñanza-aprendizaje y son los actores educativos que deben demostrar un desempeño acorde a lo exigido a sus alumnos. Claramente, el currículo actual debe ser sometido a evaluación constante para promover y generar estos cambios.

Por tal motivo es que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en alianza con la Secretaria de Educación Pública (SEP) y el Sindicato Nacional De los Trabajadores del Estado (SNTE), busca medir el grado en el que los estudiantes manejan competencias básicas para la vida en la sociedad y ha dimensionado políticas para reformar planes y programas de estudio, en donde se realizan evaluaciones como: la de Evaluación Nacional del Logro Académico en Centro Escolares (ENLACE), carrera magisterial y el Programa Internacional de Evaluación (PISA por sus siglas en ingles); tanto a docentes como a alumnos, promoviendo una educación de calidad, motivando la actualización de los docentes con incentivos y descentralizando la transferencia de responsabilidades en el marco legal y funcionamiento público (OCDE, 2011).

Un enfoque de formación basado en competencias responde por una parte a escenarios actuales donde quien desempeña una labor docente, debe tener la capacidad de resolver los problemas que se le presentan; y por otro, responde a la movilización de saberes sobre la enseñanza; por tanto, el enfoque formativo propone una organización que favorece los aprendizajes significativos y duraderos.

La importancia actual de las competencias radica en la necesidad de cambio y falta de compromiso de los docentes para enfrentar las nuevas realidades de la sociedad actual; ya que no todos tienen la capacidad de hacer aprender a los alumnos. Algunos no están preparados para enseñar y solucionar problemas de la vida; ni para colocar al alumno frente a una serie de decisiones donde se alcance un objetivo; sin embargo la meta es el logro del perfil de egreso en la educación básica; movilizando saberes a partir de las competencias, para que la persona pueda continuar su desarrollo a lo largo de la vida, incluyendo además del docente y los alumnos, a los directivos y padres de familia; integrando así una comunidad de aprendizaje, que tenga como soporte fundamental, el trabajo colaborativo.

Las reformas educativas representan desafíos que pretenden combatir el fracaso escolar, independientemente de la situación económica y social en la que se encuentra el país. En estos nuevos y cambiantes contextos, las competencias que los individuos necesitan para alcanzar sus metas, tanto individuales como colectivas, se han ido complejizando cada vez más, pues realmente el enfoque no está completamente adaptado para México, pues trabajamos con programas del siglo XIX, con docentes del siglo XX, para alumnos del siglo XXI.

Referencia bibliográfica

Delors, J. (1996). La educación encierra un tesoro, informe a la UNESCO de la comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI. Madrid: Unesco-Santillán

Díaz Barriga, F. (2002). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. Una interpretación constructivista. México: Mc Graw-Hill.

Díaz-Barriga, F. y Hernández, G. (1999). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. Una interpretación constructivista. Cap. 5. México: Mc Graw-Hill.

OCDE (2011).establecimiento de un marco para la evalución e incentivos docentes: Consideraciones para México. OECD publishing.

Perrenoud, P. (2002). Construir competencias desde la escuela. Chile: Dolmen.

Perrenoud, P. (2007). Diez nuevas competencias para enseñar. Invitación al viaje. (5ta. Ed., reimp.) Barcelona: GRAÓ, de IRIF.

Secretaria de Educación Pública (2011). Lineamientos para la formación y atención de los adolescentes 2011. Guía para los maestros. Tutoría. México: Autor

Secretaria de Educación Pública (2011). Plan de estudios 2011. Educación básica. México: Autores.

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