Mujeres Inmersas En La Sociedad Y El Teatro

Mujeres inmersas en la sociedad y el teatro

Durante el curso de la materia de teatro, la misma se hizo cada vez más atractiva para ciertas personas, yo soy una de ellas, me di cuenta que el teatro reúne demasiadas cosas y que se ha ido modificando según las épocas y etapas de la historia, por eso en esta ocasión me gustaría escribir acerca de la figura de la mujer en el teatro y la sociedad, porque muchas personas piensen que la actividad de las mujeres se reduce sólo a labores de la casa y cuestiones meramente familiares, pero no es así, en la actualidad la importancia de la mujer dentro de un ámbito laboral como profesional, a cobrado un gran sentido, ya que el incremento de mujeres que son egresadas de la universidad son cada vez más y no sólo eso, la actividad de la mujer dentro de un ámbito de trabajo e incluso dentro de la cultura se ha visto en incremento. A veces creemos que el ser mujer nos reduce a estar en actividades muy diferentes a las de un hombre, esto se debe a la forma de pensar que años atrás las personas tenían, ya que creían que las mujeres estaban para hacer los trabajos sutiles y hogareños; pero al mismo tiempo se tomaba en cuenta la condición de la mujer, esto quiere decir que era mal visto que una mujer se dedicará a los trabajos rudos, pesados o que necesitarán de un análisis profundo; toda esta ideología ha sido inculcada desde la antigüedad, el creer que no podemos desarrollar un trabajo en áreas como lo es la arquitectura, las diferentes ingenierías, la abogacía y hasta la propia medicina e incluso dentro de la rama del arte la imagen de la mujer se ha visto limitada y así como sucede con esta, con otras más a de suceder lo mismo o hasta peor.

Por lo tanto a mi me causó una gran atracción saber cómo es que las mujeres han logrado ser mujeres exitosas en el ámbito cultural, en especial en el teatro, ya que casi para finalizar el ciclo escolar me topo con un sin fin de pensamientos referentes a la imagen de la mujer en el teatro y cómo es que ésta mutó y se vuelve pieza clave para un arte como lo es el teatro. Dentro del siglo en el cual vivimos; es común ver a una mujer actuando y haciendo de sus acciones una herramienta básica para la representación teatral por tal motivo el siguiente trabajo que elaboraré es a partir del ensayo de Gilles Lipovesky el cual lleva por nombre La mujer posmoderna, mi ensayo se basará con referente a lo que plantea Lipovesky en su libro La tercer mujer. Con lo relacionado a lo que aborda Gilles con respecto a cómo ha ido cambiando la vida de las mujeres desde las tres etapas que él explica en su libro; con el objetivo de desarrollarlo desde un panorama económico en relación a cómo es que las mujeres han cambiado su perspectiva y se han incluido a una vida laboral en la actuación, dejando detrás la educación y formas de pensar con las cuales crecieron. Comenzaré proponiendo lo que Lipovesky dice acerca de la mujer y posteriormente explicándolo desde el ámbito teatral para que de esta forma pueda argumentar y consolidar mi opinión acerca de lo que Lipovesky estableció.

En mi vida diaria puedo observar que el panorama de la mujer ha ido cambiado y a dejado de estandarizarse como se conocía, ejemplo de ese cambio son las nuevas formas en las que la mujer esta inmersa dentro de muchas áreas de trabajo, ya no son lo que anteriormente eran, ahora salen de sus casas, estudian y se superan , para después trabajar, entre otras cosas más, pero a pesar de ese discurso de sus padres, fue la influencia de la misma educación la cual impulso a estas mujeres a que siguieran un camino y objetivos que fueran alcanzables, prueba de eso es que podemos observar que el panorama en el que se desarrolla la sociedad a cambiado ya que la figura de una mujer ya no es símbolo de debilidad sino al contrario como motivo de respeto y dignidad.

Según Lipovesky en el ensayo La mujer posmoderna, plantea que la segunda mujer como lo dice Lipovesky es: “ Dependiente, se le educa en el sacrificio, deja de lado el impulso que es lo que trae de la primer mujer, deja igual el deseo, para convertirse en una buena madre y sea puesta en un pedestal para ser glorificada por los hombres”(Lipovesky,1999). En esta parte muchas mujeres aún se encuentran y me puedo incluir dentro de ellas, porque es la idea con la cual se nos ha ido inculcando, la gentileza de cómo es que nos debemos comportar, la forma en la cual nos quieren hacer inútiles, porque no ponen a nuestro alcance herramientas para que nos formemos como un hombre no trato de decir que tengamos como símbolo la barbarie sino que seamos independientes sin que nos metan el temor a estar solas y tener logros en nuestras vidas; según Lipovesky dejamos de lado los impulsos que nos llevan a tomar iniciativas y no tratar de pensar, en este espacio la segunda mujer se ve estancada, tal doctrina se ve en muchos de los países latinoamericanos incluyendo México, porque nos imponen la idea de occidente que a lo largo del tiempo se ha ido modificando, no a cambiando mucho ya que aún hay secuelas de la doctrina, pero que después todo un panorama viene a sacudir las medidas de esta forma de ver a la mujer.

Respecto a las actrices, no está muy clara su procedencia social ya que los datos que existen apuntan a que son más las que procedían de clases sociales bajas, que buscaban en el teatro un medio para mejorar sus condiciones de vida, que aquellas que lo han hecho desde una posición privilegiada.

Creo que para mí el postulado más importante que las mujeres empezaron a tomar en cuenta para convertirse en mujeres actrices es la tercer mujer, por que se toma como un fenómeno relevante que desde la primera y segunda guerra mundial la sociedad se torna en un ambiente bipolar, mientras que unos están en guerra otros deben de ver por la industria y otras áreas, es cuando la mujer entra al manejo de las fabricas, a lo que Lipovesky aclara que: “Surge una independencia económica y al ocurrir eso, la mujer pide trabajar, ser libre en lo sexual como en lo ideológico” (Lipovesky,1999). Al terminar las guerras se dio todo un cambio, este cambio es una Revolución femenina, por que la mujer al verse con un rol económico y cultural diferente, ella empieza a ver que puede generar dinero y que tiene la capacidad para analizar, emocionarse y amar con locura y pasión una profesión que la podría llevar muy alto, esto causó controversia por que las mujeres ya no se podían someter con nada, pedían igualdad y equidad, que se les otorgaran las mismas condiciones que las de un hombre, a lo que Lipovesky dice: ¡Eh aquí a la mujer posmoderna! (Lipovesky,1999). Porque esta se vuelve narcisista, inmersa a lo efímero, con una escala de valores que ella tomará si lo desea o no, pero ella no expone un nuevo ideal social; pero eso sí, le ha ganado a la segunda mujer y a dejado salir a la primera, solamente pidiendo algo, un ideal de igualdad.

La mujer en esta época toma un rumbo diferente se vuelve independiente como lo dice Lipovesky, pero ellas se esfuerzan como pocos hombres y demuestran que la diferencia no está en capacidades o competencias si no el simple hecho de proponerse un objetivo y cumplirlo es lo que hace que sea la pequeña diferencia con los hombres, pero la otra cara de la moneda según Aurelia Martín: “Las dificultades y obstáculos sociales que se les han puesto en el camino a las mujeres, han existido, ya que se han “aventurado” dentro de la profesión teatral. Dentro de ésta, en mayor número aparecen desempeñando el oficio de actriz, como profesión pública, las mujeres que han apostado por este oficio han tenido que sufrir numerosos vaivenes a la hora de ser ellas mismas”(Martín, 2010)

Esto quiere decir que con el ritmo de las actividades diarias de una mujer que se dedica a la vida laboral le es imposible educar, atender, etc. Ahora su tiempo es para trabajar, en este caso la actriz cuyos instrumentos de trabajo son la voz y el cuerpo que se exhiben en el escenario, en contra de la norma social que pedía que estuviesen ocultos. Esta exhibición unida a la ambigüedad que el cambio de personajes proporciona y al hecho de que viven de su profesión hará que la profesión de actrices esté mal visto en la sociedad. La mujer de hoy en día se pone metas fijas que sabe que debe de lograr hacer de su pasión su forma de vida no importando las dificultades, porque en si toda la vida esta llena de muchas desventuras, pero son metas que son simples para la mujer pero que sabe que debe de ser alcanzable porque al decir que buscar alcanzar algo mucho mejor, sabe que tiene que lograrlo, porque en algún momento en el mismo trabajo cuando una mujer se casa su vida profesional va en declinación y es lo que orilla a muchas mujeres a que dejen a sus hijos o familiares con personas para que los cuiden y para costear tal gasto se debe de trabajar duro y muchas mujeres lo saben.

Con lo planteado anteriormente con lo que dice Lipovesky puedo afirmar que la mujer posmoderna no representa una visión optimista, para la mujer es muy difícil desligarse de cuestiones ideológicas como lo es la familia, cuestiones personales, etc. Pero que si ha tenido una relevancia dentro de la índole laboral y más en un arte tan difícil como lo es el de la representación teatral, eso no cabe duda. Tanto las mujeres como los hombres de teatro han tenido que saltar algún tipo de obstáculo o barrera de tipo personal, familiar, social o laboral para dedicarse a esta profesión aunque serán las mujeres las que mayores dificultades han tenido, en muchos casos, no tanto por su dedicación al teatro, que también, sino por el hecho de ser mujer. Según la opinión de Aurelia Martín “el teatro sigue siendo, hoy por hoy, una profesión que no acaba de tener el reconocimiento y valoración social que se merece. El peso de los estereotipos sociales que se han elaborado históricamente en torno al teatro y sus gentes, así como las expectativas que los familiares de las personas entrevistadas han proyectado sobre sus hijos e hijas han marcado la historia de muchas de ellas”(Martín, 2010).

Una idea que se ha repetido de forma constante en muchos discursos es la de que todavía hoy se considera al teatro como una profesión de “putas, maricones y drogadictos”. El hecho de que las personas dedicadas a este oficio, tanto hombres como mujeres aunque cada uno con una serie de peculiaridades, no se adapten al modelo de género dominante socialmente previsto puede ser uno de los motivos por los que esta profesión se desprestigiada, por lo tanto desde mi punto de vista hay ciertas cosas que ya cambiaron pero otras que no; la cultura es parte de la sociedad y eso es muy difícil que se logre cambiar porque aunque vivimos en la capital de un estado sigue siendo un pueblo grande en donde las tradiciones y visiones son diferentes. Eso si comparto dos ideas la cuestión en la cual la mujer se renovó y que esta tiene una escala de valores, pero no es una doctrina idónea porque aunque la sociedad ha avanzado, creo que socialmente la mujer es llamada a cuidar el hogar y el hombre a ser el sustento económico casi siempre es visto así, lo anterior se traduce en que para la mujer la parte profesional a pesar que fue un fenómeno, en la vida de la misma pasa a segundo plano, en muchos trabajos aún el rol de género sobre sale y esto sigue siendo todo un reto para la mujer; no cabe duda que el conocimiento se revoluciona pero las perspectivas no del todo.

Referencias:

• Veiga, I. (2010). La construcción de las relaciones de género en el teatro andaluz contemporáneo. Universidad de Granada; España.

• Lipovesky, G. (1999). La mujer posmoderna. Zona erógena

• Universidad de chile (2010). Mujer generación siglo XXI. LOM Ediciones; Chile.

• Bustos, O. (2003). Mujeres y educación superior en México. UNAM; México

• El financiero (2012). Perspectiva de las mujeres dentro del ámbito laboral.

• Cortes, L. (2005). La mujer ejecutiva, siglo XXI.

• Castillo, S. (1986). Presencia de la mujer en el teatro: el caso venezolano. Universidad de San Diego; EUA.

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