ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Músicas y danzas de panamá

BENJISTutorial29 de Octubre de 2012

5.195 Palabras (21 Páginas)650 Visitas

Página 1 de 21

MÚSICAS Y DANZAS DE PANAMÁ

1. LA MÚSICA

El hombre primitivo prestó atención a los sonidos de la naturaleza, a los cantos de las aves y trató de imitarlos para expresar su alegría, tristeza, ternura, sentimiento religioso y su exaltación por los triunfos obtenidos; por eso decimos que la música es tan antigua como la humanidad.

Se supone que la música fue originalmente vocal, ya que la naturaleza dotó al hombre de un instrumento que le permite emitir sonidos, o sea la voz; podría haber sucedido que más tarde comenzó a fabricar rudimentarios instrumentos musicales. Posiblemente un tronco hueco fue su primer tambor; la cuerda tensa de un arco de flecha, el primer instrumento de cuerda y un junco hueco o un hueso, la primera flauta.

Sus sencillas melodías (generalmente monótonas) daban marco a los hechos más importantes de su vida: nacimientos, matrimonios, duelos, guerras y celebraciones de toda especie.

El sonido es el medio de expresión de la música. Es un arte que se expresa en el tiempo y para apreciarlo tiene que escucharse por minutos o por horas; no puede ser captada de forma instantánea y por eso se diferencia de las Artes Plásticas, que pueden ser percibidas, en su totalidad, de un vistazo, aunque para juzgarlas con exactitud se requiere más tiempo.

Así como el pintor combina distintos colores para hacer un cuadro, el poeta ordena las palabras para hacer una poesía y el escultor da forma al barro o a la piedra para hacer una estatua, también el músico combina los sonidos para componer una melodía.

Podemos decir, que el sonido es la materia prima de la música. Los músicos se valen de las cuatro cualidades con las que cuenta el sonido (tono, duración, intensidad y timbre), para componer sus melodías en las que ponen en juego sonidos más o menos graves o agudos, largos, fuertes y con diferentes timbres sonoros, con el fin de conseguir los efectos que luego admiramos en una simple canción o en una compleja sinfonía.

En la producción de música intervienen tres participantes: el compositor, el intérprete (voz o instrumento) y el oyente o auditorio. A través de los medios modernos de difusión como los CD's, grabadora, radio, televisión, cine sonoro o computadora; la música llega a grandes masas de oyentes.

En Panamá, la música la podemos incluir como parte de nuestro folklore, la cual se desarrolla, principalmente, en las provincias centrales (Coclé, Herrera, Los Santos y Veraguas).

Son expresiones folklóricas la música típica, los vestidos, bailes, instrumentos, objetos artísticos, leyendas, costumbres y las comidas. La música folklórica está unida a la poesía y a los bailes populares, ésta ha sido, en muchos casos, la fuente de inspiración de la música culta.

En la música folklórica panameña se distingue la música vocal como: la saloma, el tamborito, la tuna, la mejorana, los congos y los bullerengues; y la música instrumental como: la mejorana, el punto, la cumbia y otros. Los campesinos panameños cantan mejoranas cuando se reúnen en: las juntas, los velorios, las fiestas religiosas y las cantaderas.

Es muy poco lo que se conoce de la música de los indios que poblaron el Istmo, antes de la llegada de los españoles. Los instrumentos más antiguos que se conocen son, posiblemente, la gran variedad de ocarinas que han sido encontradas en Chiriquí y que pueden ser vistas en los museos. Ellas están hechas de barro cocido, tienen variadas formas y están decoradas con dibujos policromos. Sus aberturas varían en número (de dos a cuatro) y por ellas se deduce que emitían cinco sonidos.

Los indios actuales, que conservan muchas de sus costumbres, pueblan las regiones de Chiriquí, parte de Veraguas y Bocas del Toro, San Blas y parte de Darién.

La música popular en Panamá presenta no sólo los elementos iniciales, sino la influencia de los pueblos cercanos (Cuba, Colombia) que han dejado su sello en piezas inmortales tales como los boleros Panamá Viejo, Historia de un Amor; el pasillo El suspiro de Una Fea y danzas como La Reina Roja, más conocida como Pescao.

Entre los compositores que más obras de arraigo popular nos han dejado, tenemos a Alberto Galimany, Ricardo Fábrega, Máximo Arrate Boza, Vicente Gómez, Víctor Cavalli, Carlos Eleta Almarán, Chino Hassán y Rubén Blades.

Entre los grandes valores de la música en Panamá, cuyo legado será una huella imborrable, están figuras de la talla de: Roque Cordero, Jaime Ingram, Eduardo Chanpertier y su hijo homónimo, Damian Carles y Priscilla Filós.

Al dar un vistazo al panorama musical panameño, es justo mencionar a Gonzalo Brenes Candanedo, por su labor en la composición de la música dedicada a la niñez y a la adolescencia, con temas inspirados en nuestro folklore y con letras de poetas panameños como es el caso de la obra de teatro “La Cucarachita Mandinga” con letra de Rogelio Sinán y música de Gonzalo Brenes Candanedo. También debemos recordar a Alberto Galimany, por sus pasillos, marchas, himnos escolares, y a Ricardo Fábrega, por sus boleros y canciones.

2. EL CANTO

Todo país que considere tener una identidad propia, no debe pasar por alto el hacer mención entre otras características, del canto, como uno de los aspectos que en un momento dado lo identifica como tal.

Además de la música y las danzas, el canto en Panamá también nos dice el sentir o la forma de actuar del panameño. A través de la historia, el canto ha sido utilizado por el hombre, para manifestar, en un momento dado, sus sentimientos, inquietudes o sueños; pues desde tiempos memoriales, se utilizó, para rendirle tributo a los dioses, reyes, para obtener una buena cosecha o, simplemente, como forma de entretenimiento.

En Panamá, al hablar de canto, podríamos decir que su evolución ha ido unida a los acontecimientos suscitados a través de la historia republicana. Antes de continuar, vale mencionar que el canto popular era utilizado por el hombre del campo, durante las faenas diarias, combinadas con las salomas, éste como todo, ha evolucionado no sólo con la inclusión de instrumentos musicales, si no en sus letras, las cuales varían en su tono y mensajes.

La Saloma: Es el canto de los hombres campesinos panameños, lo hacen a toda hora y en todo lugar, bien ajustado a su temperamento. Es una combinación de cantos y alaridos. Es de origen indígena e hispánico.

La Tuna: Son tamboritos corridos que cantan para acompañar el desfile. En la ciudad de las Tablas son famosos por la sana competencia entre las tunas de Calle Abajo y Calle Arriba en los carnavales.

La Mejorana: La mejorana es la canción típica del campesino panameño cantada por los hombres. De origen hispánico, los aires de la mejorana se llaman tonos, tonadas o torrentes.

Canto del Tamborito: El canto siempre se ejecuta entre mujeres. Una hermosa voz, cruda, natural que es la solista o CANTALATANTE como la llamamos, ocupa su puesto al lado del cajero. Ella entona la melodía y le marca el compás, cantando el estribillo correspondiente al texto que va a cantar. El cajero la sigue y luego entran los otros tambores y simultáneamente; el coro de mujeres que dan palmadas, apoyando el compás. Se establece una especie de diálogo en la solista y su coro, actividad que continúa hasta que la Cantalante deje la tonada, ya sea porque quiere cambiarla por otra o porque desea descansar o ser sustituida. Algunas de las tonadas de tamborito con autores conocidos son el "Tambor de la Alegría", de Juan Pastor Paredes y Doña Carmen Lagnon; "Chorrerano" de Ricardo Fábrega, y demás.

Hecha la aclaración diremos que el canto panameño, además de las salomas, que por lo general son utilizadas por los trovadores en las cantaderas (fiestas pueblerinas de muchos contenido folklórico), tiene actualmente grandes exponentes de este arte, que lejos de ser vistos únicamente en los pueblos ya son escuchados en la ciudad capital, entre otras partes del país que comúnmente no se daba.

En relación a los grandes exponentes del género trovador; en lo que al canto popular se refiere llamando cantadera, que no es más que una serie de décimas terminadas en rimas, podemos agregar que desarrollar esta habilidad no es fácil, pues no todas las personas están dotadas del privilegio de poder escribir o cantar sus sentimientos a través de unos versos. Precisamente quienes tienen la facultad de hacerlo, son verdaderos valuartes del arte folclórico en los factores de la composición y del canto, siendo muchos de ellos admirados y respetados por el público que escucha esas melodías emanadas de lo más profundo del corazón ya que tienen la peculariedad de lograr improvisar en este arte vernacular de nuestro Istmo.

Como máximos exponentes y representantes del canto y décima popular, por sus largas trayectorias en la divulgación e interpretación de la misma, podemos mencionar a respetados trovadores de la calidad de: Agustín Rodríguez, Min Acevedo, Bolívar Barrios y Toñito Vargas, quienes con coraje y valentía se enfrentaron al público de la capital del país que no sabía apreciar el legado cultural que nos dejaron nuestros ancestros. Hoy día gracias a ellos y a muchos otros juglares, la décima y la copla panameña es escuchada, a través de diferentes medios de comunicación radial y televisivos de nuestro terruño y no únicamente en las regiones del interior como se daba anteriormente.

En el aspecto histórico, nuestra gente del campo tiene sus formas muy especiales de dar nombres a las cosas que más quiere; por lo tanto al canto de décima le llamaron verso. Este vino de España, casi un siglo

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (31 Kb)
Leer 20 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com