NIÑOS AUTISTAS
Fernanda1256 de Junio de 2014
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INTRODUCCIÓN
Los niños y las niñas con un trastorno de espectro autista tienen un trastorno del desarrollo. Esto es un síndrome que se manifiesta en los primeros tres años de vida y que se caracteriza por la no aparición, o por lo menos no esperable, de algunos aspectos normales del desarrollo: habilidades de relación, de comunicación y, en general, del desarrollo. Los primeros acercamientos con este tipo de niños y niñas pueden ser confusos y desconcertantes, porque puede resultar difícil entablar una conversación o un simple juego y sobre todo porque en general pueden no mostrar ningún interés en interactuar, además su manera de comportase puede generarnos desagrado.
Sin embargo, es mucho lo que se puede hacer por estos peculiares niños y para mejorar su calidad de vida y la de sus familias. Para mí fue de agrado abordar este tema pues resulta confuso saber identificar a un niño con este tipo de trastorno, por lo tanto, esta información es muy benéfica para los docentes y facilitare al maestro y a la maestra información y estrategias básicas para acercarse a estos niños, comprender sus características y apoyarlos en el desarrollo de sus competencias.
Es muy necesario identificar las necesidades educativas especiales asociadas a los trastornos del espectro autista (TEA). Informar acerca de las características de las personas con TEA. Conocer y reflexionar sobre las estrategias utilizadas para intervenir con esta población. Pero sobre todo reflexionar sobre las posibilidades de aplicación de la información al contexto escolar de los maestros y maestras.
Así también me enfocare sobre tres preguntas guía para conocer aún más sobre este tipo de niños.
¿Qué son los trastornos del espectro autista?
¿Cuáles son las características de las personas con este tipo de trastornos?
¿Alguna vez han tenido algún alumno con algún trastorno de espectro autista?
Por consiguiente, también presentare casos de niños diagnosticados con problemas de autismo para tener una visión más clara y detallada sobre este padecimiento, y que sea para nosotros los docentes más eficaces para poder identificar a este tipo de niños.
El autismo es un trastorno de tipo heterogéneo. Entre las causas investigadas se han encontrado que esta anomalía se debe a factores de tipo genético (síndrome X frágil), por enfermedades de tipo infecciosas como la rubeola congénita, debido al funcionamiento anormal del sistema nervioso (disfunción y desarrollo atípico del cerebro), como consecuencia de alteraciones del nivel de los neurotransmisores de la serotonina. Igualmente, se le atribuye también a factores ambientales como intoxicación por metales pesados (mercurio), y problemas obstétricos.
CAPITULO I
“DEFINIENDO EL AUTISMO”
1.1 AUTISMO.
La etiqueta "autismo" del griego autós que significa uno mismo remite a un conjunto heterogéneo de individualidades, con niveles de desarrollo, necesidades educativas y perspectivas vitales diferentes. La cuestión, profundamente tratada por la Psicología y la Medicina no está exenta de dificultades e incógnitas.
El concepto de autismo abarca a una serie de trastornos que afectan las habilidades comunicativas, la sociabilización y la empatía de la persona. Los autistas tienen una personalidad replegada sobre sí misma de manera patológica.
Los pacientes que sufren de este síndrome cuentan con una serie de señas de identidad que determinan dicho padecimiento. En este sentido, destacaría, por ejemplo, que cuentan con un coeficiente intelectual generalmente por debajo de lo normal, que poseen un lenguaje y una gramática limitados o que muestran total desinterés por las relaciones sociales.
Los trastornos autistas, por lo tanto, afectan las interrelaciones y propician conductas repetitivas en quienes los padecen, ya que necesitan conservar un entorno fijo y estable. Por lo general el autismo se manifiesta en los primeros años de vida y se mantiene durante toda la existencia ya que no existe una cura, aunque sí se pueden reducir las conductas anómalas y mejorar la interactividad social.
El primer estudio de un niño autista lo llevó a cabo Kanner: su nombre era Jerry. Lo fascinante de Jerry es que nos ayuda a reconstruir en qué consiste la experiencia de ser autista. Recuerda que los estados de experiencia dominantes en su infancia eran "la confusión y el terror". Los estímulos sensoriales (sonidos, olores...) le resultaban insoportablemente intensos. "Nada parecía constante, todo era imprevisible y extraño". Especialmente la conducta de las personas, que resultaba imposible de anticipar y comprender. Jerry recuerda un mundo fragmentario, sin un sentido central. Y es consciente de que hay en él una carencia básica: no siente empatía, no puede sentir lo que las otras personas sienten. Su extraño mundo nos ayuda a comprender un poco mejor cómo podemos ayudar a las personas autistas. Qué nos piden a través de su silencio.
Mucho antes de su fijación conceptual, el fenómeno ya se describía en los informes sobre niños-lobo. Quizá el más exhaustivo sea el de Jean Marc Gaspard Itard, médico de la Escuela Nacional de Sordos de París, sobre Víctor, el niño salvaje de Aveyron, capturado desnudo en 1799 y tan bien plasmado en la cinta El pequeño salvaje de François Trauffaut. Otro cineasta alemán, Werner Herzog, hizo lo mismo en la menos conocida El secreto de Caspar Hauser, en la cual recogía la historia de un niño que a los 4 años fue aislado en una habitación oscura en Nuremberg en la cual permaneció sin ver a nadie de 1816 a 1828.
No obstante, desde el siglo XIV, en que se dio a conocer el caso del niño lobo de Hesse, se cuentan medio centenar.
La pregunta que cabe hacerse hoy es: ¿Son niños abandonados que se han vuelto autistas o autistas abandonados?
El asunto merece atención por cuanto el autismo, en sentido estricto, tal como fue definido por Leo Kanner en 1943, es un trastorno relativamente infrecuente tiene una prevalencia en torno a 4.5 / 10.000 .
Hoy, las alteraciones de lo que se ha dado en llamar "Espectro Autista" son mucho más frecuentes y se encuentran en torno a 2-3/1000.
Durante mucho tiempo se ha venido definiendo el Autismo tomando una parte por el todo, es decir, tomando un único aspecto del desarrollo psicobiologico alterado y suponiendo que este es el motivo de todas las anomalías. Hoy, hay autores que apuestan por una génesis multifactorial del problema.
Esas alteraciones en general, y el autismo en particular, plantean desafíos importantes de comprensión, explicación y educación.
• De comprensión porque resulta difícil entender cómo es el mundo interno de personas con problemas importantes de relación y comunicación.
• De explicación porque aún desconocemos aspectos esenciales de la génesis biológica y los procesos psicológicos de las personas con autismo y trastornos profundos del desarrollo.
• De educación porque esas personas tienen limitadas las capacidades de empatía, relación intersubjetiva y penetración mental en el mundo interno de los semejantes, que permiten al niño normal aprender mediante delicados mecanismos de imitación, identificación e intercambio simbólico.
1.2 LEO KANNER, EL PADRE DEL AUTISMO.
“Falta de contacto con las personas, ensimismamiento y soledad emocional”. Así describía el médico vienés Leo Kanner a los niños con autismo en 1943. No era el primero que percibía los síntomas, pero sí que fue el primero que la diferenció de la esquizofrenia. La publicación de su libro “Autistic Disturbances of Affective Contact” (Trastornos Autísticos del Contacto Afectivo) en 1943 sembró los fundamentos, junto con el trabajo de Hans Asperger, del estudio moderno del autismo. Pero no todos son cumplidos para Kanner: también fue el responsable de la oscura teoría de “las madres nevera”.
1.2.1 Primer estudio: 11 niños con características peculiares.
Aunque fue el Doctor Eugen Bleurer quien utilizó por primera vez el término “autismo” en 1911 para describir a un grupo de niños “encerrados en sí mismos”, considerándolo una perturbación básica de la esquizofrenia, fue Leo Kanner el que por primera vez lo señaló como un síndrome distinto. Estudió a once niños con características peculiares y los definió como “ensimismados y con severos problemas sociales, de comportamiento y en la comunicación” . Más tarde, en 1956, publicó junto a Leon Eisenberg un nuevo artículo, fruto del estudio de 120 nuevos casos.
Por su parte, Hans Asperger, también médico y vienés, realizó un estudio parecido en 1944, pero con un grupo diferente de niños. Esta vez, cuatro infantes atendidos en el Departamento de Pedagogía Terapéutica de la Clínica Pediátrica Universitaria de Viena. Tenían características similares a las descritas por Kanner, pero con una diferencia fundamental: podían hablar. Este síndrome se describió como ‘de Asperger’.
Antes de estos trabajos se consideraba que los niños que presentaban este cuadro de síntomas sufrían un trastorno emocional o una disminución psíquica. Pero gracias a la descripción científica de Kanner, la primera de la historia, se empezó a reconocer el autismo como identidad. Las características aportadas continúan vigentes en la actualidad, y han contribuido, junto con el trabajo de Asperger, a fundamentar las bases del autismo moderno.
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