PEDAGOGÍA Y LA DISCAPACIDAD

PEDAGOGÍA Y LA DISCAPACIDAD

En la historia considerar a un individuo o grupo de ellos con discapacidad como particularmente alejados de la condición normal de ser humano de interactuar de forma natural con la sociedad, ha establecido una mala disposición para la educación basada en la heterogeneidad, ya que es un enfoque que ha permitido truncar las dimensiones cognitiva, comunicativa y ética a partir de los déficits que pueden existir a nivel corporal, estético o espiritual.

Es así como se ha condenado o discriminado por la sociedad, sea a través de la iglesia, en nombre de un bien civil o étnico (eugenesia), enfoques sicológicos o cualquier otro tipo de ideologías e hipótesis, que en el marco actual ya se empiezan a considerar muy acertadamente como paranoias infundadas y segregación social que ha obligado a esta parte del conjunto de la humanidad a solo relacionarse entre sí dentro de espacios donde se mantienen separados y constituyéndose según el paradigma en generadores de culpa o vergüenza para su familiares.

Aunque el enfoque tradicional descrito parezca superado y alejado de la sociedad actual donde prevalecen los principios de igualdad, solidaridad, libertad y de los derechos humanos, aun no se avanza bastante en desarrollar una inclusión globalizada de ellos en la educación y mercados laborales.

Desde hace tiempo los pedagogos han querido establecer como principio de la escuela de formación, el que no se crea que hay malos o buenos estudiantes sino solo estudiantes diferentes que desarrollan sus propios ritmos de aprendizaje.

El saber orientar y estimular entonces a personas discapacitadas en una educación inclusiva se presenta entonces como una situación especial del aprendizaje que requiere métodos y recursos que si bien pueden adecuarse, en sí también van a constituir la diferencia vivida que perpetua la sensación de separación entre estudiantes normales y con discapacidad.

Lo primordial al reconocer la diversidad de las necesidades dentro de la educación será siempre tratar de verlo como reto pedagógico y sacarlo fuera del ámbito de segregación social que se mantuvo dentro del enfoque psico-patológico.

Esta por otra parte el imperativo de la modernidad sobre todo hablando de la eficiencia demandada a los países por los mismos derechos humanos de brindar educación a todos sus habitantes de forma que están apurados por abarcar el mayor número de población dentro de establecimientos educativos y reducir el tiempo que requiera su formación causando que el estándar maneje un ritmo que no se adapte a los casos de la educación especial.

La formación requerida en estos casos demanda una preparación que no todos los maestros desean asumir aunque sea loable y justo el fin incluyente de estas pedagogías para la educación especial.

Como sociedad también muchas personas consideramos una dificultad que preferimos no afrontar el tratar de comunicarnos con alguien con discapacidad auditiva, estamos poco dispuestos a entender sus señales y caemos en esa discriminación de relaciones, mucho más paciencia será necesaria para afrontar trastornos de la atención con estudiantes.

Asumiendo muchas discapacidades que existen dentro del rango del funcionamiento neurológico y psicológico es muy difícil pretender dentro de la educación incluyente casos bastante complicados sin la participación de personas especializadas y seguir los estándares igualmente pero si hacer el esfuerzo orientado en que a su ritmo puedan alcanzar todos los objetivos.

”La educación inclusiva no puede ser asumida como un cambio en la educación especial o una continuación de la integración sino un cambio social y por ende una transformación del sistema educativo”.

CONCLUSIONES

Las discapacidades de un individuo en cualquiera de sus dimensiones humanas no deben separarlo del resto

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