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PSICOLOGÍA RADICAL


Enviado por   •  2 de Mayo de 2013  •  1.496 Palabras (6 Páginas)  •  426 Visitas

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PSICOLOGÍA RADICAL.

Agrupa a un grupo heterogéneo, pues además de los psicólogos hay autores que vienen del área sociológica (Goffman, Scheff) y otros del área psiquiátrica (Szasz, Laing, Cooper, Esterson).

Esta corriente principio criticando la Psicología Tradicional e individualista, para pasar a interesarse por el papel del psicólogo en la sociedad, deduciendo que se trata de un técnico manipulador al servicio de las clases dominantes.

Así, el psicólogo clínico debe “adaptar” al paciente a la sociedad; el psicólogo industrial hacer “confortable” el trabajo y evitar cualquier protesta laboral; el psicólogo publicitario vender haciendo creer a las gentes que tendrán éxito financiero y/o sexual; el psicólogo escolar disuadirá a los estudiantes de pertenecer a grupos de oposición; los psicólogos militares quitan los complejos de culpa a los soldados, el psicólogo experto en modificación de conducta trabajará en las cárceles para modificar las conductas que intenten cambios radicales, etc.

Esta corriente considera que la teoría psicológica actual es en realidad una ideología, un esquema codificado de contrato social, y que la Psicología Radical es en realidad una fuerza revolucionaria y no un movimiento académico.

A la Psicología Radical se sumó la “Antipsiquiatría”, fundada por R. D. Laing, DAVID COOPER y AARON ESTERSON, y reforzada por BERKE, BARNES Y LOS BASAGLIA.

LAING con BINSWANGER, provenían de la corriente existencial-fenomenológica, por lo que luchaban contra las etiquetas y los casilleros.

DAVID COOPER va más allá, pues en su libro “Psychiatry and Anti-Psychiatry”, pone en duda el concepto de enfermedad mental, denuncia la violencia de los psiquiatras para mantener el status-quo y propone la abolición de la familia como paso previo a toda solución.

Thomas SZASZ ha explorado el contexto social de la enfermedad mental, y diferenciando las enfermedades del cerebro de aquellas de la mente, llega a la conclusión de que “enfermedad mental” es un mito, una metáfora, tal como antes se hablo del demonio y de las brujas, por lo que no hay que exorcizar ni curar, sino realizar cambios sociales.

Así por ejemplo, la mujer es castigada por ciertas conductas sexuales que son permitidas a los hombres, y estos castigos consisten en muchos casos en llevarla a un psicólogo o psiquiatra, convirtiendo así un problema social en un problema psicológico.

Para Szasz la relación entre la enfermedad del cuerpo y la enfermedad mental es similar a aquella entre un televisor que no funciona y un mal programa televisivo.

Erving GOFFMAN, en su importante obra “Internados”, hace una crítica despiadada a las “instituciones totales”, entendiendo por estas “un lugar de residencia y trabajo donde un gran número de individuos en igual situación, aislados de la sociedad por un periodo apreciable de tiempo, comparten en su encierro una rutina diaria, administrada formalmente”.

En este concepto se engloban cárceles, asilos, hospitales psiquiátricos, reformatorios, casas-hogar para menores, etc.

GOFFMAN describe como el “Yo” se va deteriorando, contaminando , al desbaratársele precisamente aquellos actos que en la sociedad civil cumplen la función de demostrar al actor, en presencia de testigos ocasionales, que tiene cierto dominio sobre su mundo, que es una persona dotada de la autodeterminación, la autonomía y la libertad propias de un adulto.

Al señalar el daño psicológico a los internos, GOFFMAN pone en duda la utilidad del tratamiento institucional.

THOMAS SCHEFF, descarta también el concepto de “síntoma psiquiátrico”, por considerar que esto implica una petición de principio, pues supone una enfermedad subyacente cuya existencia, en la mayoría de los casos, no ha sido demostrada.

Diferencia todas las violaciones de las normas que tienen alguna etiqueta específica (crimen, ebriedad, perversión) de aquellas que pueden llamarse “transgresión de las reglas residuales” y que antes se llamó brujería, posesión diabólica o síntoma psiquiátrico.

Esta transgresión puede provenir de cuatro fuentes: orgánicas, psicológicas, stress y actos volitivos de innovación o desafío.

SAMUEL RAMOS.

De su obra nos ocuparemos de “El perfil del hombre y la Cultura en México”, por su aplicación criminológica. En su capítulo Psicoanálisis del Mexicano, Ramos parte de la idea de un complejo de inferioridad colectivo, producto de siglos de mestizaje, colonización y dominio.

Para su análisis, el maestro RAMOS divide la población en cuatro; el indígena, el “pelado”, el citadino y el burgués.

El “pelado” representa a las clases más menesterosas de la sociedad, “n la jerarquía económica es menos que un proletario y en la intelectual un primitivo”, como la vida le ha sido hostil por todos lados, su actitud ante ella es de resentimiento.

Vive en una constante irritabilidad que lo hace reñir con los demás por el motivo más insignificante; busca la riña como un

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