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Pedagogia Operatoria


Enviado por   •  15 de Junio de 2013  •  2.745 Palabras (11 Páginas)  •  386 Visitas

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La teoría de Piaget, como vimos en el tema precedente, trata de encontrar las pautas comunes en el desarrollo de la inteligencia de los niños, especialmente analizando como las estructuras de pensamiento van evolucionando en una secuencia lógica y bastante predecible si el pequeño no sufre de problemas de salud o traumas que la dificulten. Piaget distingue cuatro etapas en el desarrollo del niño.

La lógica, la comprensión del yo como ser autónomo y en relación con el entorno, los conceptos de tiempo, espacio, cantidad y relación, forman en conjunto parte de un proceso evolutivo en sus capacidades y habilidades cognoscitivas.

La primera de estas etapas es la senso-motriz y sucede desde el nacimiento hasta los dos años. En dicha etapa, a través del paulatino control de sus movimientos, puede el niño llegar al movimiento consciente y voluntario, que le hace realizar actividades dirigidas en su relación con el entorno.

Al avanzar en su control motriz el niño se descubre como un ser separado del entorno, diferente. Descubre su propia existencia y reconoce la existencia de los otros y del resto de los objetos y espacios.

En los primeros meses el niño apenas puede ser consciente de que es un ser diferente a su madre, por eso cualquier separación de esa parte de si mismo le produce una enorme ansiedad, ante una situación que sus percepciones y conocimientos no le permiten discernir como segura.

El niño comienza a explorar el entorno a través de sus sentidos y va descubriendo de forma natural que los objetos y las personas son otra cosa diferente a él mismo, asimilando sus propiedades físicas al tocarlos, chuparlos, olerlos y escucharlos. Aprende así que hay cosas duras y blandas, frias y calientes, con formas, texturas y sabores. Todo es muy nuevo y le lleva tiempo.

En esta etapa las personas con las que establece vínculos afectivos, su madre primero y otras que se suman poco a poco después, tienen una importancia enorme en su desarrollo no solamente intelectual, sino afectivo y emocional, pues son el referente que tiene para todos sus procesos y de quienes recibe, a través del contacto físico y las muestras de cariño, todo el reconocimiento de si mismo y del entorno.

A medida que pasan los meses el niño responde a esas muestras de afecto con gran intensidad y su necesidad de contacto humano permanente y personalizado no disminuye en ese tiempo, siendo siempre de gran importancia para él tener cerca a esas figuras de apego.

En esta primera de las cuatro etapas del desarrollo del niño según Piaget, es el afecto guia su aprendizaje y sus intereses, siendo el estímulo para los nuevos avances, siendo en esta etapa lo más importante el que el bebé tenga un ambiente seguro emocionalmente y adecuado para poder ejercitar sus sentidos y sus habilidades psicomotrices.

Para poder relacionarnos con los niños, y educarlos, es importante que los conozcamos y entendamos sus necesidades y motivaciones. Hay aspectos individuales, características, gustos y dificultades, propias de cada niño y otras que forman parte del periodo evolutivo en el que se encuentran. En la medida en que los padres conocen estas características, pueden normalizar algunas situaciones propias de la edad o darse cuenta de que otras requieren más atención. Uno de los hitos más importantes de esta etapa es la incorporación del niño al sistema escolar, lo que va a suponer numerosos cambios en la vida del menor.

Desarrollo físico y motor

Durante los años de juego, los niños adelgazan y crecen y la grasa del bebé se convierte en músculo. Se modifican muchas de las características diferenciales del niño pequeño, desaparece el vientre prominente, la cara ya no es tan redondeada, las extremidades se alargan y las dimensiones de la cabeza se hacen más proporcionadas con respecto al resto del cuerpo. El centro de gravedad se desplaza desde el esternón hacia el ombligo, lo que permite desarrollar numerosas habilidades motoras que le van a ser de gran utilidad, ya que tienen un papel importante en los juegos, y estos a su vez son los que permiten al pequeño una correcta socialización.

Las habilidades motoras de los niños aumentan a esta edad considerablemente debido a la combinación de la maduración cerebral, la motivación y la práctica, ya que la mayoría de los juegos y actividades que se realizan en este periodo van acompañados de un importante movimiento físico.

Desarollo cognitivo

Otro de los cambios internos que va a afectar al desarrollo externo del niño comienza después del primer año de vida. La proliferación de neuronas aumenta el crecimiento del encéfalo, y se produce la mielinización. La mielina es un revestimiento que cubre los axones y que acelera la transmisión de impulsos nerviosos entre las neuronas. Si bien los efectos más notables de esta son más visibles durante la primera infancia, la mielinización continúa durante un mayor periodo de tiempo.

La mielinización es un proceso esencial para la comunicación rápida y compleja entre neuronas. De los tres a los seis años la mielinización se produce en las áreas del encéfalo dedicadas a la memoria y a la reflexión. Debido a este proceso el niño puede actuar, cada vez más, de forma reflexiva y no dejándose llevar siempre por sus impulsos, como sucedía en etapas anteriores.

A un nivel práctico, el desarrollo cognitivo que se produce a esta edad conlleva numerosos cambios. Se denomina pensamiento preoperacional al desarrollo cognitivo que se produce entre los 2 y los 6 años de edad. El pensamiento preoperacional tiene cuatro características fundamentales.

Centración: es la tendencia a concentrarse en un aspecto de la situación ignorando el resto. Por ejemplo, el niño contempla a su padre como papá y no es capaz de percibirle en ninguno de sus otros roles: hermano, hijo, etc. El egocentrismo por el que se caracteriza esta etapa hace que los niños de esta edad se concentren en los aspectos de las cosas que tienen relación con ellos (a medida que se acerca al final de esta etapa, esta tendencia se amplia). Es habitual que, sobre todo en los primeros años, observemos que el menor tiene dificultades para ponerse en el lugar del otro. Ya que la capacidad empática se desarrolla de forma progresiva, es un buen momento para iniciar este importante aprendizaje.

Atención a la apariencia: en esta etapa las cosas son lo que parecen. Por ejemplo, si hay dos niños de diferente altura, interpretarán que el más alto es el más mayor, excluyendo otros atributos, lo que en ocasiones puede suponer algún conflicto cuando un adulto intenta que entienda conceptos superiores.

Razonamiento estático: perciben los cambios como repentinos y globales.

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